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Raíces Cruzadas (LGBT)

Raíces Cruzadas (LGBT)

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Completas / Centrado emocionalmente
Popularitas:1k
Nilai: 5
nombre de autor: Joél Caceres

En un mundo donde las familias toman formas diversas, León se enfrenta a los desafíos y recompensas de crecer en un hogar que rompe con las normas tradicionales. Mientras navega la relación con su novia Clara, León descubre que no solo está construyendo su propia identidad, sino también reconciliando las influencias de un padre bisexual, un padrastro con quien compartió momentos cruciales, y una madre que ha sido un pilar de fortaleza.

Las raíces de su historia no solo se hunden en su familia inmediata, sino que también se entrelazan con las de Clara y su mundo, revelando tensiones, aprendizajes y momentos de unión entre dos realidades aparentemente opuestas. León deberá balancear la autenticidad con las expectativas externas, mientras ambos jóvenes enfrentan el peso de los prejuicios y el poder del amor.

NovelToon tiene autorización de Joél Caceres para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Primera cita de León y Clara

León y Clara están sentados en un café acogedor. Es un lugar tranquilo, con luces cálidas que crean una atmósfera íntima. Los dos están nerviosos, pero Clara parece más relajada mientras observa a León, quien parece un poco más pensativo.

La conversación comienza:

León, mirando el menú pero distraído:

"Es raro estar aquí contigo, como… como esto. No sé, nunca imaginé que nuestra primera cita sería en un lugar tan… tranquilo."

Clara, sonriendo tímidamente:

"Sí, es raro. Pero creo que es un buen lugar para hablar, ¿no? Hay algo en el aire aquí, algo que hace que todo sea un poco más fácil."

León, asintiendo, pero con una leve mirada pensativa:

"Sí… aunque, si soy sincero, hay algo más que me intriga. Me hablaste de tu amiga, Mariana. ¿Cómo está ella?"

Clara, sonriendo pero con un tono un poco triste:

"Está bien. Bueno, está bien ahora. Pero, ya sabes, las cosas no fueron fáciles para ella. Salió del armario cuando tenía quince años, y para mi mamá… fue un gran shock."

León, frunciendo el ceño, notando la tristeza en Clara:

"Eso debe haber sido difícil, especialmente con tu mamá. ¿Qué pasó después?"

Clara, respirando hondo, el silencio por un momento antes de hablar:

"Mi mamá… no lo aceptó al principio. Me acuerdo como si fuera ayer, cuando Mariana me confesó que… que se sentía diferente. La miré, y aunque no lo decía en voz alta, sentí algo en el aire. En ese momento, estaba tan confundida. No sabía cómo reaccionar, pero no quería que se fuera, no quería que se sintiera rechazada. Pero mi mamá…"

León, tocando suavemente su mano:

"¿Qué pasó después?"

Clara, mirando hacia abajo, recordando con melancolía:

"Su mamá, sin darme muchas explicaciones, la cambió de colegio. La mandó a otro lugar, sin preguntar si Mariana quería. Fue como… borrarla de nuestras vidas. No sé si fue por miedo o porque pensó que podría cambiarla, pero, bueno, todo cambió después de eso."

León, observando la tristeza de Clara, pero buscando entender:

"Eso es tan injusto. Y te dolió, ¿verdad?"

Clara, levantando la mirada, ahora con una mezcla de confusión y enojo:

"Sí. Lo hizo. Porque aunque no lo decía, yo también la quería. Era mi amiga más cercana, y más que eso, había algo en ella, algo que nunca me atreví a decir… porque no sabía qué hacer con esos sentimientos. Pero después, cuando se fue, supe que había algo más entre nosotros, algo que no podía describir."

León, un poco sorprendido, sin perder la empatía:

"¿Sentías algo por ella?"

Clara, sonrojándose ligeramente, mirando hacia abajo, incomoda por la pregunta pero también aliviada al poder hablar de ello:

"No sé. Es difícil decirlo, León. Nos entendíamos de una manera que nadie más lo hacía. Y, claro, cuando salió del armario, todo cambió. La distancia entre nosotras se hizo real, porque ya no podíamos simplemente ser amigas. Mariana y yo teníamos una conexión tan profunda, pero también… algo más, algo que nunca entendí bien. Quizá era algo romántico, pero al mismo tiempo, me asustaba."

León, escuchando atentamente, comprendiendo más sobre Clara y el conflicto interno que estaba viviendo:

"Eso debe haber sido muy confuso para ti. Estar atrapada entre lo que sentías y lo que los demás esperaban que sintieras."

Clara, mirando a León ahora con una sonrisa triste, pero al mismo tiempo reconociendo la verdad en sus palabras:

"Sí, exactamente. Mi mamá nunca lo aceptó, y yo tampoco supe cómo manejarlo. Pero después de todo, entendí que no podía hacer que las cosas fueran lo que no eran. A veces me pregunto si las cosas hubieran sido diferentes si Mariana nunca hubiera tenido que salir del armario."

León, suavemente, con un toque de comprensión:

"Creo que las personas no siempre pueden controlar lo que sienten, Clara. Y lo importante es lo que decides hacer con eso. Mariana hizo lo que tenía que hacer, y tú también."

León, después de una pausa, tocando su pulsera con los colores del arco iris, como un gesto sutil pero significativo:

"Mi familia también es un poco complicada. Mi papá… es parte de la comunidad. No siempre lo entendí, pero, con el tiempo, me di cuenta de que el amor no tiene una forma exacta.

Clara, sorprendida pero con una expresión de respeto:

"Eso es valiente, León. Y, honestamente, también me hace admirarte aún más."

"Es algo que tuve que aprender, pero sí. Creo que, a fin de cuentas, el amor no es algo que se pueda definir tan fácilmente. Y lo que realmente importa es aceptarse a uno mismo."

Clara, pensativa, mirando a León con una sonrisa triste:

"A veces me pregunto si los ciclos en la vida se repiten. Si las cosas que nos duelen son las mismas que le pasaron a nuestros padres. A mi mamá, Mariana le hizo sentir miedo, y a mí me hizo sentir algo que no sabía manejar. Pero supongo que, de alguna manera, lo que me enseñó es que los sentimientos no se pueden negar. No importa lo que los demás piensen."

León, mirando a Clara con mucho cariño:

"Creo que eso es lo más importante, Clara. No negar lo que sientes."

La tarde había pasado rápido. Después de la cita con Clara, León había regresado a casa, pero la conversación seguía dando vueltas en su cabeza. Estaba solo en su habitación, sentado en su cama, con las piernas cruzadas, mirando al techo. La PlayStation estaba apagada, y los auriculares caían de su cuello. No quería volver a jugar ni hacer nada que lo distrajera, necesitaba pensar.

El sol de la tarde entraba por la ventana, iluminando suavemente la habitación, pero León no lo notaba. Su mente estaba ocupada con los pensamientos sobre Clara. Pensaba en su sonrisa, en la manera en que había hablado sobre su madre y su historia con Mariana, y en cómo eso había resonado en su propio corazón.

León (pensando para sí mismo):  Estoy tan acostumbrado a ver a mi padre siempre dividido entre dos mundos... ¿yo voy a terminar igual?"

Sus pensamientos volvían una y otra vez al tema de la relación con Clara. No podía evitar preguntarse si estaba listo para lo que eso implicaba. En su mente, las sombras del pasado de su familia, y las incertidumbres que siempre rondaban en su hogar, no dejaban de atormentarlo.

León (pensando): "¿Qué pasaría si la cago? Si repito los errores de mi papá... Alex y él nunca encontraron la paz. Quizás estoy buscando lo mismo, un lugar donde encajar. Pero ¿y si nunca encuentro un lugar que se sienta mío?"

La figura de su padre, Daniel, cruzó su mente. Él había crecido bajo la influencia de la relación de Daniel con Alex, la turbulencia emocional de su hogar, y ahora, veía cómo su padre había cambiado. Pero esa transformación no venía sin su propio costo. León sabía que aún había demasiadas cicatrices, demasiados demonios sin resolver en su familia.

León (pensando): "Papá... me decía que el amor es complicado. Yo lo vi pelear y fracasar, y también vi que a veces no basta con querer a alguien. Quizás por eso tengo tanto miedo. Tal vez no es el amor lo que temo, sino las expectativas que tengo de él."

León respiró profundo y se recostó en su cama, mirando al techo.

Un par de horas después, cuando ya era de noche, León escuchó la puerta del departamento abrirse. Era su padre, Daniel.

Daniel se asomó a la habitación de León y se apoyó en el marco de la puerta.

Daniel: "¿Todo bien, hijo?"

León: "Sí... solo estaba pensando."

Daniel: "¿Sobre qué?"

León: "Sobre lo que me dijiste el otro día... sobre cómo las relaciones son complicadas. A veces siento que no sé cómo hacer para que algo funcione."

Daniel: "Las relaciones nunca son fáciles, hijo. A veces ni siquiera yo sé lo que estoy haciendo... pero siempre trato de ser sincero conmigo mismo."

León: "¿Eso ayuda?"

Daniel: "Sí. Al menos sé que no estoy viviendo una mentira. Y eso hace que todo lo demás tenga más sentido. No tienes que hacerlo todo perfecto. Solo sé honesto con lo que sientes. No te dejes atrapar por la idea de que tienes que ser algo que no eres. Lo que más me costó aprender fue aceptar quién soy... y eso me permitió empezar a amar de una manera más verdadera."

León: "Pero ¿y si me lastiman? ¿Y si al final todo termina mal?"

Daniel: "Eso puede pasar, León. El miedo es normal, y siempre va a estar ahí. Pero no por eso debes dejar de intentar. No te guardes las cosas por miedo a perder. Aprender a amar no es un destino final, es un viaje. Y no tiene que ser perfecto."

León miró a su padre, viendo en él la misma inseguridad que sentía en su interior, aunque disimulada bajo una capa de experiencia.

León (pensando): "Tal vez no todo tiene que ser perfecto. Quizás lo importante es seguir intentándolo, no rendirse."

Al día siguiente, León decidió que ya no podía seguir eludiendo lo que sentía. Era hora de hablar con Clara, de ser sincero consigo mismo y con ella. Se citó con ella en el parque, donde habían ido unas semanas antes. Esta vez, no iba a esconder sus miedos. Necesitaba compartir lo que sentía.

Clara llegó sonriendo, como siempre. Sin embargo, cuando vio la seriedad en el rostro de León, la sonrisa se desvaneció un poco.

Clara: "¿Todo bien?"

León: "No lo sé... he estado pensando mucho en lo que hablamos el otro día."

Clara: "Sobre Mariana, ¿no?"

León: "Sí... pero también sobre nosotros. Tengo miedo. Miedo de que no sea suficiente. Miedo de que no pueda manejar lo que tú y yo somos."

Clara: "León... yo también tengo miedo. La relación no será perfecta, pero eso no significa que no valga la pena. Si nos apoyamos el uno al otro, podemos hacerlo funcionar."

León: "Yo también quiero intentarlo, Clara. Pero necesito saber que no me estoy equivocando. No quiero perderme a mí mismo por intentar que las cosas funcionen."

Clara: "No te perderás. Te prometo que seré honesta contigo, como tú lo seas conmigo. Y no te pido que seas perfecto, León, solo que seas tú."

La conversación terminó en una sonrisa tímida de ambos, con la promesa de seguir adelante sin garantías, pero con el compromiso de ser genuinos el uno con el otro.

Esa noche, después de hablar con Clara, León se sintió un poco más ligero. El peso que había estado cargando en su corazón comenzaba a disiparse. Sabía que el futuro era incierto, pero por primera vez en mucho tiempo, sentía que estaba dando un paso hacia algo más claro, hacia algo auténtico.

León (pensando): "Quizás no necesito tener todas las respuestas ahora. Tal vez solo tengo que seguir adelante, un día a la vez. Y eso, al final, es suficiente."

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Milagros Mármol
Supongo que falta el Epílogo por qué dice fin pero luego dice continuará
Juan Silvestre Fernando Ramirez: Hola, el final era demasiado perfecto para todos, vamos a introducir algo de caos jaja.
Juan Silvestre Fernando Ramirez: muchas gracias, se me pasó poner que está completa
total 2 replies
Juan Silvestre Fernando Ramirez
Muchas gracias, cualquier sugerencia será bienvenida :)
Aki
Esto es un tesoro 🌟
Juan Silvestre Fernando Ramirez: gracias, cualquier sugerencia será bienvenida.
total 1 replies
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