LA NOVIA MUDA

" Mi amor no debes de decir esas palabras" La voz de su madre lo atrajo al presente. "Aunque el no sea tu hermano de sangre te estima demasiado. Llama a diario preguntando por ti".

"Si cómo no. ¿Y dónde se encuentra Bartolomé ahora?"

"En Estados Unidos mi vida. Renunció a su cargo como director general y fué a tomarse un respiro después de tu accidente. Pero no te preocupes, estará de vuelta pronto."

"Mmm"

La mente del joven volvió a volar. ¿En que estado se encontraría las compañías de su padre?. ¿Quién estaría a cargo entonces?. Tenía que ponerse al día cuando antes. No queriendo abrumar a su madre decidió que lo averiguaría por su cuenta.

"Cariño, piénsalo mejor" La mirada perdida de Bryan volvió a posarse en el rostro de su madre "Podemos encontrar a alguien digna de ti, ahora que estás bien encontremos una linda candidata"

"¿Ahora que estoy bien? ¿Te das cuenta de lo que hablas?. No me hagas reir madre. Veo que no te das cuenta de la situación. Es obvio que las mujeres se van a pegar a mi como abejas a la miel ahora que estoy despierto, eso sin mencionar mi dinero. Todas son unas arpías. Ya lo pensé bien. Voy a casarme con la chiquilla por contrato. En cuanto la herencia pase a mis manos me divorciaré"

Estela esbozó una gran sonrisa, la idea le pareció exquisita "Tienes razón hijo mío, eres brillante".

"Ahora mándame a la chiquilla, quiero conversar con ella. Ah, otra cosa madre." El hombre arrugó la frente. "¿Que pasó con mis guardaespaldas?. La servidumbre no sabe nada".

"Los despedí la semana pasada mi cielo. Solo estorbaban, todo un año parados como estatua llegó a aburrirme"

"¡Madre!" Bryan se mordió la lengua para no soltar una grosería.

"Iré por Elucibeth". Estela salió a prisa y encontró a Elucibeth en el jardín.

"Mi hijo quiere verte".

Tras sus palabras la muchacha sintió escalofríos.

Cuando llegó a la habitación se le secó la garganta y se quedó en la puerta.

"Ven acércate, no voy a comerte" La voz pétrea del hombre le llegó desde la cama.

Con pasos inseguros y llena se nervios Elucibeth se acercó un poco.

"No es suficiente, acércate mas". Su helada voz retumbó en sus orejas y siguió caminando de manera automática. Cuando llegó hasta la cama se detuvo.

"Bien, siéntate". Elucibeth obedeció. "Mañana te haran un diagnóstico de embarazo en sangre, si el resultado da positivo me casaré contigo de inmediato".

Los hermosos ojos de Elucibeth se abrieron de golpe y tuvo una bajada de presión. ¿Casarse?. La idea le pareció locura. No se imaginaba una vida encadenada al furioso dragón que acababa de despertar.

"Cuando el niño nazca y cobre mi herencia serás libre como el viento, podrás empezar una nueva vida con la suma millonaria que obtendrás".

¿Ser libre? El corazón de Elucibeth se esperanzó.

*¿Que va a pasar si no estoy embarazada?* Escribió la joven, con la curiosidad carcomiendo sus entrañas.

El hombre endureció el rostro y se silenció luego de leer. "Pensaba dejarte ir, pero... Cambié de opinión. Te quiero a ti, chiquilla, como madre de mi hijo. Quiero ver la cara de Chelsea cuando se entere de lo nuestro, se va a retorcer de coraje"

Elucibeth no entendió lo último. ¿Quién era la tal Chelsea?. ¿Y por qué al mencionar ese nombre el rostro de Bryan se ensombreció mucho más?.

No queriendo indagar más en el asunto, pensó en la propuesta del hombre.

Solo un año y sería libre. Podría empezar de nuevo, muy lejos de este país que tantos dolorosos recuerdos le traía. Libre al fin libre de ataduras.

*Está bien* Escribió con firmeza.

*¿Y cómo haremos para embarazarme si mañana sale negativo?* Al mostar su pregunta se ruborizó mucho y bajó la mirada.

"No pienso tocarte, puedes estar tranquila. El proceso se hará en el laboratorio. Mañana firmaremos el contrato y discutiremos los detalles de la boda. Puedes retirarte. A partir de ahora ocuparás otra habitación".

Elucibeth asintió y salió a prisa con el corazón latiéndole a prisa. Dejando a un Bryan pensativo.

'Si mi hijo nace de esta mujer será una obra se arte ' Pensó. 'Es de demasiada bella, lástima que sea muda'.

Sintiéndose todavía debíl apagó la luz y se acostó.

"Cariño ¿Duermes?" La voz de su madre sonó desde la puerta.

"Eso intento. Deberías de ir a descansar también".

"Si mi amor, dulces sueños"

"Mamá".

"¿Si cariño?"

"Asegúrate de que las empleadas le den la mejor habitación a la chiquita".

"Despreocúpate mi cielo. Te amo, descansa".

Al sentir el silencio, varias cosas rondaron por su mente. ¿Que habrá pasado conmigo mientras estaba dormido?. Se preguntó.

Necesitaba revisar las cámaras de seguridad de tamaño invisible, que había instalado justo antes del accidente por precaución. Rogó que no se hayan averiado.

'Mañana a primeras horas lo revisaré' Pensó. Después de dar muchas vueltas por fin logró dormír.