Sofía Y Yo...

José Luis...

Ayer fue un día muy importante y bonito para mi hija y para mí, no me imagine que darle mi apellido a Sofía le iba a dar tanta felicidad, ella se ha convertido en parte importante de mi vida, llegó a cambiar mi mundo y me está convirtiendo en un hombre mejor.

Aun Sofía sigue dormida, hoy Katherine y yo iremos a buscar escuela para la niña, ya es momento, eso le permitirá aprender nuevas cosas y yo podré iniciar con un proyecto que tengo en mente.

Katherine dice que en la escuela donde trabaja Tatiana podemos buscar un cupo para la niña, allí estudia también David quizás puedan ser compañeros de curso.

-Buenos días, pequeña, despierta hoy vamos a buscar una escuela para ti- le digo intentando despertarla.

-Buenos días, papi...- dice con los ojos aun cerrados.

-Ven vamos a que te bañes mientras te preparo algo de desayunar- le digo cargándola.

-Papi, crees que me reciban en una escuela, aún no he aprendido bien muchas cosas- pregunta preocupada.

-Yo creo que si pequeña, además para eso es la escuela para aprender, tienes muchas personas que nos encargaremos de ayudarte- le respondo.

Sofía entra al baño, mientras yo preparo el desayuno, aún no cocino bien, pero la niña se come lo que preparo, pronto llegará Katherine creo que se me ha hecho tarde.

-Hija apúrate, Katherine está a punto de llegar- le digo a Sofía.

*Tocan la puerta*

-Sofí si escuchas ya llego Katherine, sal rápido amor tenemos la cita en la escuela y falta media hora- digo yendo a abrir la puerta.

-Si papá ya casi salgo- responde la niña.

-Katherine, amor te estaba... Buenos días, señora que se le ofrece- pregunto un poco confundido.

-Buenos días, soy Lucrecia Álvarez, es usted José Luis Montero- pregunta.

-Sí, soy yo en que le puedo servir- pregunto con intriga.

-Mucho gusto señor montero, soy la tía de Sofía, hermana de Mariana y vengo por mi sobrina- dice Lucrecia con mucha seriedad.

-Como, no entiendo, que yo sepa Mariana no tenía hermanas, además yo soy su padre y no tengo por qué entregarte a mi hija- le digo algo molesto.

-Señor mi hermana lo engaño por micho tiempo, Sofía no es su hija, y en estos momentos yo soy la única familia que le queda- dice Lucrecia.

-Sofía es mi hija, que eso le quede claro, ahora le pido que se retire por favor- le digo con seriedad.

-Está bien señor Montero, va a tener noticias de mi abogado muy pronto, vine por mi sobrina y me la voy a llevar- responde la mujer abandonando el edificio.

Entro a la casa cerrando la puerta, esto no puede ser verdad, Mariana nunca me mentiría con algo tan serio, no, no es verdad, así tenga que gastarme el dinero que tengo para que esa mujer no me quite a mi hija lo voy a hacer.

-Papá y Katherine?- pregunta Sofía saliendo del baño.

-No ha llegado aún, pero siéntate pequeña tenemos que desayunar rápido- le digo intentando cambiar mi rostro de preocupación.

Un rato después llega Katherine a la casa, salimos y buscamos un taxi para ir a la escuela, era un lugar muy bonito perfecto para mi hija, la directora del lugar me dijo que permitiría que Sofía estudiara lo que restaba del año escolar, yo le agradecí su amabilidad, luego me entregó una lista de útiles escolares y de uniformes.

No podía ocultar mi preocupación, Katherine intentaba preguntar qué pasaba, pero no quería decirle nada delante de la niña.

Visitamos el nuevo salón de Sofía, su profesora sería Tatiana, lo cual me gustó mucho porque mi niña no se sentiría sola, además también David estaba en el salón allí mi hija sería muy feliz.

Después de conocer su salón y compartir un poco con sus nuevos compañeros, salimos de la escuela a comprar las cosas que necesitaba para empezar a estudiar, entre las dos chicas escogieron cuadernos, libros, colores, una mochila y una lonchera muy bonita, también compramos los uniformes y zapatos para que la niña empezará sus clases mañana mismo.

Al regresar a casa Sofía estaba cansada y decidió tomar una siesta, allí aproveché para contarle a Katherine lo que había sucedido en la mañana con Lucrecia.

-Tranquilo amor, todo va a salir bien, Sofía es tu hija, de eso estoy segura, necesitamos buscar un abogado para defendernos por si esa mujer hace alguna demanda- dice Katherine acariciando mi rostro.

-Tienes razón, también necesito hablar con Rosario, ella siempre estuvo con Mariana y es la única que puede aclarar todo esto- le digo un poco triste.

-Quita esa cara amor, no te preocupes que no vamos a perder a nuestra niña, yo voy a estar ahí siempre apoyándote- dice Katherine dándome un pequeño beso en la mejilla.

Yo me acerque y le di un beso en los labios, luego la abrace muy fuerte, y puse mi cabeza en su pecho, sentirla tan cerca me lleno de mucha paz, ella es la fuerza que necesito para seguir adelante, sé que estando con ella todo se va a resolver.

-Voy a preparar la cena, que quieres que te prepare- pregunta Katherine.

-Cualquier cosa amor, no te preocupes, será que hoy te puedes quedar a dormir conmigo, quiero sentirte cerca esta noche- le pregunto.

-Esta bien amor, le aviso a mamá y me quedo contigo, voy a despertar a Sofía- dice una Katherine sonrojada saliendo de la cocina.

*En otro lugar*

-Señor Montero, ya visité a su hijo, como supuso se negó a entregarme la niña, continuo con el plan- pregunta Lucrecia.

-Si, no te preocupes por nada, ya contraté el mejor abogado familiar, pronto esa niña dejara de ser un estorbo- dice el señor Montero muy sonriente.

-Señor, que hago después con esa niña- pregunta Lucrecia.

-La dejas en un orfanato o la matas, tú decides- responde.

-Está bien señor, espero su llamada para seguir con el plan- dice Lucrecia abandonando el lugar.