Prólogo

Mi pequeña Sofía.

Si en este momento te están leyendo esta carta quiere decir que mamita está ahora con Dios, perdóname mi niña, esta enfermedad fue más fuerte que yo, pero te prometo que cuidaré de ti desde cualquier lugar en donde este.

Aún eres muy pequeña, pero tu madrina algún día te explicará por qué te dejo justo en este momento que más me necesitas.

Mi niña ahora debes seguir tu vida sin mí, pero hay un secreto que te quiero contar, tu papá, si con el que tantas veces soñaste, si existe y vive en una lejana, pero hermosa ciudad así como las que hay en los cuentos que te leía en las noches.

Ahora que no te puedo cuidar te encontraras con él, tu madrina te llevará y te prometo que papi te cuidara y serás muy feliz, él es bueno aunque tiene un estilo de vida muy diferente al de nosotros, ya lo conocerás y sé que cambiaras su mundo así como lo hiciste con el mío.

Su nombre es José Luis Montero, es un empresario muy reconocido y sé que él estará muy feliz de conocerte.

Mi amor chiquito recuerda que mami te ama con toda su alma y que siempre me tendrás en tu corazón, quisiera verte crecer, pero eso no será posible, cuídate mucho y sé valiente, no llores por mamá, sigue soñando, y te juro que yo seré un ángel que ayudara a que cada uno de tus sueños se cumpla.

Te adora con el alma, mamá.

-Entendiste lo que mamá te escribió pequeña- pregunta Rosario

-Si nina, pero papá si me aceptará- pregunta Sofía.

-Quien no va a aceptar esos hermosos ojos, intenta dormir mi corazón, mañana conocerás por fin a tu padre y empezarás una nueva vida con él- dice Rosario.

-Está bien nina, hasta mañana-

Al salir de la habitación, la pequeña suelta algunas lágrimas y dice mirando la foto de su mamá.

-Ayúdame mamita a que papá me quiera, te extraño mucho, no quiero estar sólita-

Soy Sofía tengo seis años y acabo de perder a mi mamá, dice mi nina Rosario que tenía leucemia y que dios la necesitaba en el cielo, estoy triste mamá era la mejor, siempre estuvimos juntas, me llevaba de paseo y leíamos todas las noches, al parece papá si existe y por fin lo voy a conocer, pero tengo miedo, y si no me quiere, que va a pasar conmigo.

La hora de salir de casa ha llegado, solo llevo mi muñeca y unos cuantos vestidos que hizo mamá para mí, nina Rosario dice que serán dos horas de viaje que papá está cerca y que por fin voy a ser muy feliz.

Llegamos a la dirección que nos dejó mamá, es una casa inmensa, con hermosos jardines, al parecer hay una fiesta porque todo está muy decorado, es como los cuentos de hadas que leía con mami.

Mi madrina pregunta por mi papá, le dicen que en este momento no nos puede recibir que está muy ocupado, yo me suelto de la mano de mi nina y entro a un salón muy grande, hay mucha gente y un hombre ha mencionado el nombre de mi papá.

Señor José Luis Montero, acepta usted como esposa a la señorita Diana Del Prado.

-Padre yo...-

-Papá... Papá... Papá...- grito al escuchar su voz

-Que está pasando aquí- pregunta el sacerdote.

-Lo siento, soy Sofía, tengo seis años y él es mi papá- digo señalándolo.

Papá se puso pálido, la mujer que estaba a su lado me miro muy mal, y las personas que estaban allí reunidas empezaron a murmurar, no sé que hice mal, al parecer papá no está feliz de verme o sí.

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