**Saga Vannecelli**
Sandra es una joven encantadora y divertida, apasionada por las carreras ilegales de motocicletas. Es hija adoptiva de Santiago Vannecelli, sublíder de la mafia italiana, y de la empresaria María Romero. Desde los 15 años, Sandra se enamoró de su primo Thyler Vannecelli, y juntos hicieron una promesa: informar a su familia sobre su relación cuando ella cumpriera 17 años. Sin embargo, el gran día llegó y nada salió como esperaban. A partir de ese momento, la vida de Sandra se convierte en un caos, repleto de traiciones, lujuria, odio y amor.
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Capítulo 4 Él no la merece. 1/2
Renzo Vannecelli
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-He observado cómo las motocicletas se detienen. Los chicos que se quitan los cascos son los mismos que participaban en las carreras. Se acercan a nosotros, y yo posiciono a Sandra detrás de mí, les indico- Es mejor que se suban a sus motos y regresen por donde vinieron. No quiere tener problemas con nosotros.
-Los escucho reírse a carcajadas, y uno de ellos comenta- ¿Este pobre diablo acaba de amenazarnos? Si no sabes contar, somos cinco contra uno. No cuentes con esa chica, es solo una niña.
-Sandra se coloca frente a mí y dice-Esta niña les ha ganado. Yo sola puedo darles una paliza. Si lo que buscan es dinero, permítanme advertirles que se irán sin él y con varios huesos rotos.
-Ellos se ríen y sacan navajas. Sandra arroja su bolso detrás de nuestras motos, mostrando una sonrisa. Ellos se acercan a nosotros y, en un instante de acción, tomo la mano de Sandra y la coloco detrás de mí, mientras comienzo a enfrentar a uno de ellos.Desarmé su navaja con un golpe en su mano, lo que provocó que el arma cayera al suelo. Comencé a golpearlo rápidamente y, tras tomar la navaja, le corté el cuello, haciendo que cayera al suelo. Dos de sus acompañantes corrieron hacia mí, mientras que los otros dos se dirigieron hacia Sandra. Logré neutralizar a uno de ellos, pero el otro me hirió en el brazo. Le quité la navaja, lo apuñalé en el corazón y luego le corté el cuello. Al voltearme con preocupación hacia Sandra, noté que uno de los atacantes yacía en el suelo, mientras que el otro estaba de rodillas Con el cuello ensangrentado, ella le agarra la cabeza y la gira. Me sonríe de manera esquiva, pero su expresión rápidamente se transforma en preocupación. Corre hacia mí al notar la herida en mi brazo y, tras examinarme, me dice- Debo tratar tu lesión antes de que se infecte.Nos dirigimos hacia las motos y comenzamos a conducir. De repente, empezó a llover intensamente. En apenas cinco minutos, llegamos a nuestro destino, pero ambos estábamos empapados. Observé que su ropa se adhería a su cuerpo debido a la lluvia, y noté cómo temblaba de frío. Entramos en la casa y subimos a una de las habitaciones. Ambos comenzamos a buscar ropa seca. Mientras ella se despojaba de su ropa, no pude evitar mirarla con atención.
tiene unas hermosas piernas, sus senos son grandes, está erecto por causa del frío, se le nota abajo de su top. Trago saliva; tiene un cuerpo hermoso. Siento como mi cuerpo se calienta y mi erección crece. Solo estoy embobado viéndola. Cuando ella voltea, se tapa con una toalla y me dice- Renzo, ¿qué haces todavía acá? Pensé que te habías ido. Ve a quitarte esa ropa mojada, espérame en la sala que te iré a desinfectar tu herida.
-Salí de la habitación y me dirigí hacia otra. Me quité la ropa, pero la imagen que tiene ocupada mi mente no se desvanece. Desde aquel día, ya no la percibo como mi prima, sino como una mujer que despierta en mí un profundo deseo. Sin embargo, estoy intentando reprimir esta oscura tentación. Ella me considera su primo y es fundamental que respete esa relación; necesito controlar estos impulsos. Al llegar a la casa de reuniones donde me quedaré esta noche, deseo estar solo. Mañana es el cumpleaños de Sandra, por lo que debo asistir. Al bajarme de la moto, me doy cuenta de que Thyler y Sandra están caminando por los jardines, así que decido seguirlos sin que se percaten de mi presencia. Encuentro la situación inusual, ya que rara vez los veo juntos y apenas intercambian palabras. Me oculto entre las plantas y los observo; él le toma la mejilla y la besa, y se expresan mutuamente lo mucho que se aman. Estoy atónito ante la escena. Una creciente frustración me inunda al pensar en la relación que ellos han establecido. Mañana, ellos informarán a la familia sobre su situación, y mi malestar se intensifica al escuchar que ella planea perder su virginidad con él esa misma noche. Aprieto los puños, incapaz de aceptar que ella se entregue a alguien así; no lo permitiré. Con precaución, salgo del jardín, tomo mi moto y me alejo de allí. Estoy experimentando una profunda frustración al ver que Sandra está con él; no puedo entender cómo es posible. Él no la merece, ella es mucho más que eso. Siento que debería ser mía. Al llegar a la mansión, encuentro a mi madre sentada en el sofá, escribiendo en su portátil. Al verme, deja de lado su trabajo, se levanta y se acerca a mí. Me da un beso en la mejilla y me dice- Cariño, qué bueno que estás en casa. Tu padre está en el despacho con Black.
-Le respondo- ¿En serio, Black está aquí? ¡Qué sorpresa, madre!
-Ella responde-Sí, cariño, tu padre lo ha llamado para que le dé su opinión sobre un puesto.
Entiendo, madre. -Le doy un beso en la frente y me dirijo al despacho. A medida que camino, una pequeña idea surge en mi mente. Llego y toco la puerta; escucho la voz de mi padre, así que entro y me siento al lado de Black. Mi padre me pregunta- ¿Qué necesitas, Renzo?
-Respondo-Papá, me enteré de que hay un nuevo puesto disponible.
-Él me interrumpe y me dice- Así es, estoy buscando a una persona de confianza que se encargue de la gestión de las bodegas de armas de toda la organización.
-Con una sonrisa, le respondo- Papá, esa persona podría ser Thyler; él es el fabricante de las armas, ¿quién mejor que él para encargarse de su administración?
-Black dice- No es una mala idea, padre. Aunque Thyler es aún muy joven para ese cargo, es un chico comprometido y aprende con rapidez. Él se encarga de la fabricación de las armas y las conoce a la perfección. Confío en sus capacidades y estoy seguro de que lo hará bien; además, yo lo apoyaré en el proceso. ¿Cuál es tu opinión, padre?
- Mi padre, reflexionando, dice- Apruebo lo que indicas; él será el encargado. Mañana, después de la comida por el cumpleaños de Sandra, se lo comunicaré. Renzo, eres un excelente hermano; gracias por tu aporte.
- Yo, con una sonrisa, me levanto y respondo- No es nada, padre, debo irme.
- Al salir del despacho, una gran sonrisa se dibuja en mi rostro. Mañana veremos si Thyler elegirá su amor por Sandra o su nuevo puesto.-