Mi Ardiente Chef

Bárbara

Luego de decir que soy su esposa y de bañarlo en alcohol me fui del lugar pero el desgraciado salió detrás de mí y me alcanzó antes de entrar al apartamento porque me arrebató las llaves.

La conversación fue de lo más extraña pero al menos se que aunque le haga la vida a cuadritos no me puede despedir... interesante.

Lo que me jode es seguir en abstinencia, hace tanto tiempo no tengo buen sexo que mi cuerpo me lo solicita a gritos pero claro, el idiota se interpone en mis planes.

Kim me llamo para preguntar qué rayos había sucedido y es que ni yo lo sé maldita sea, ¿Por qué tuvo que ir justo al mismo club que nosotras habiendo tantos?

Aún así, puede que haya arruinado una salida pero no todas y ahora que soy una mujer libre planeo divertirme, conocer gente y divertirme con el equivocado hasta que llegue el correcto tal como dice mi amiga; de alguna manera así quizás sienta que puedo recuperar algo de todo el tiempo desperdiciado en mi ex.

Ya habría tiempo de planear más salidas pero prefería descansar porque tendría que regresar al trabajo mañana

Suena mi alarma y comienzo a alistarme para ir a trabajar. Intento pensar que por lo ocurrido no hará de mi jornada un infierno pero pierdo la esperanza al salir y verlo parado delante de mi puerta

-Buenos días- saluda ¿amigable?

-Serán para ti porque ver tu cara ni bien abro la puerta arruina todo

-Hay pero que mala eres esposa mía- ríe como el imbécil que es y furia no hace más que aumentar

-No me casaría contigo ni en mis pesadillas, quítate imbécil- cerré con llave, lo aparte y comencé a caminar pero me agarró de mi muñeca y me giró quedando pegada a su pecho

-¿Nerviosa?- preguntó viendo mi rostro y mis labios

-No, más bien a punto de vomitar

-¿Estás descompuesta?

-Si, por tenerte tan cerca se me revuelve el estómago- miré hacia otro lado- ¿Me vas a soltar o para que me agarras?

-Porque tenía ganas- se encoge de hombros restando importancia

-Felicidades, cuando creía que no podrías ser más idiota te superas

Sujetó mi barbilla y acercó sus labios a los míos y susurró yo creo que sí te pongo nerviosa pero no quieres admitirlo. Me dió un beso en la comisura de mis labios y me soltó tan rápido como me agarró

-Se hace tarde a trabajar

-No vuelvas a hacer eso, ahora tendré náuseas todo el día

-Podria hacer mucho más sin causarte náuseas, te lo aseguro

-Tienes razón, desaparecer de mi vida, despedirme, vender el restaurant, tomar vacaciones, puedes hacer lo que sea que no implique tenerte cerca y hasta podrías agradarme- se giró y me agarró nuevamente

-Entiende una cosa, todo lo que quiero hacer implica en este momento tenerte más cerca así que te recomiendo que comiences a acostumbrarte porque cada vez me acercaré más a ti- me dió un beso fugaz en los labios

-IDIOTA- le grité y limpie mis labios en un gesto para molestarlo más aún

-¿Y si buscara la manera de despedirte?- siguió caminando escaleras abajo

-ESPERA- grité para que se detuviera y lo hizo- Dime cómo

-Solo si me besas- sonrió triunfal

-Listo- le di un beso en la mejilla

-Ahi no, aquí y que valga la pena- tocó sus labios

-No te preocupes, prefiero seguir trabajando unas semanas más, tampoco estoy tan desesperada por irme

-Como quieras, quizás ésta semana vayas al carrito a trabajar

-Tienes que estar de broma

-No

Llegamos al restaurant, yo caminando a una prudente distancia de el sin comprender que coño le pasaba, por qué de buenas a primeras me besa, sujeta, me impide estar con más personas. Su comportamiento ha cambiado de buenas a primeras pero aunque sea atractivo y me ponga los nervios de punta seguiré indiferente hasta descubrir que quiere