Rebeca Giordano es una joven de familia adinerada completamente enamorada de Leonardo Ferrari quien siente odio y aversión por ella. Está enamorado de la joven Fiorella Moretti y hace todo lo que la mujer quiere sin saber quién es realmente. En su vida pasada, Rebeca hizo todo por Leonardo, todos en su círculo social sabían lo mucho que lo adoraba y hacía todo por él mientras que a él ni siquiera le importaba ella. Se casarían por voluntad de su abuela y por negocios comunes. En su vida anterior, él la descuidó y terminó muriendo. Sin embargo, en esta nueva vida, ella renace y hace todo diferente, incluso poner a su ex en su lugar, sorprendiendo a todos, incluido Leonardo.
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Capítulo 9
Rebeca llega a la casa de Leonardo.
Lia: _Señora, regresó temprano.
Rebeca: _Solo vine a recoger mis cosas, pídele a Joaquim que saque mi coche del garaje, por favor.
Lia: _Claro.
Lia, que era la gobernanta de la casa, no entiende lo que está sucediendo, pero hace lo que Rebeca le pide.
Rebeca recoge todas sus cosas, que ya estaban separadas en maletas, y baja las escaleras; los empleados la ayudan a colocar las cosas en el coche.
Lia: _¿La señorita se va?
Rebeca abraza a todos los empleados de la casa.
Rebeca: _Sí, querida, me voy. Se acabó, ya no me voy a casar con tu patrón. Cuando llegue, entrégale estas llaves y esta tarjeta de crédito.
Lia: _La extrañaré, señorita.
Rebeca: _Mi bien, yo también los extrañaré a todos ustedes. En esta casa eran los únicos que me trataban bien. Tengo que irme.
Rebeca se despide de todos y entra en el coche. Justo cuando ella sale, Leonardo entra con su coche en el patio de la mansión. Él entra como un cohete en la casa.
Leonardo: _¡Lia! ¡Lia!
Lia: _Sí, señor.
Leonardo: _¿Dónde está esa tipeja de Rebeca?
Lia: _Se fue, señor. Me pidió que le entregara esto.
Leonardo toma las llaves y la tarjeta con incredulidad.
Leonardo: _¿A dónde fue?
Lia: _No lo sé, señor, no lo dijo. Recogió sus cosas, entró en su coche y se fue hace poco. Si el señor hubiera llegado 5 minutos antes, se habría encontrado con ella. ¿Necesita algo, señor?
Leonardo: _No, Lia, puedes retirarte.
El teléfono de Leonardo comienza a sonar, era Fiorella, pero él no contesta. Rechaza la llamada y le envía un mensaje diciéndole que quiere estar solo. Apaga el teléfono, va a su habitación y se encierra allí.
Mientras tanto, Rebeca llega a su casa.
María: _Rebeca, ¿qué fue eso? Fue vergonzoso y...
Brandon: _¿Qué haces aquí?
Rebeca: _Esta casa es mía y a partir de hoy he vuelto a donde nunca debí haberme ido. ¡Amelia!
Amelia entra corriendo en la sala.
Amelia: _Niña Rebeca, cuánto tiempo.
Rebeca abraza a la mujer.
Rebeca: _De ahora en adelante me verás todo el tiempo. Antes de que preguntes, no habrá boda. Pide que lleven mis cosas a mi habitación, por favor.
Amelia: _Claro, y ahora mismo.
Brandon: _Oye, no puedes simplemente entrar en mi casa y dar órdenes como si fueras la dueña.
Rebeca: _Puedo hacer lo que quiera, esta casa está a mi nombre. Espero que mañana encuentren un lugar donde vivir.
María: _¿Cómo así?
Rebeca: _Papá me dejó todo a mí, incluida esta casa, así que nada de aquí les pertenece. Mañana cojan sus cosas y desaparezcan. Él les dejó 5 millones de dólares.
María: _En realidad, dos millones y medio para cada uno. Hija, esto es injusto, yo estuve a su lado hasta el final.
Brandon: _También lo creo, yo crecí prácticamente en esta casa. Estás resentida porque Leonardo prefiere a Fiorella y quieres desquitarte con todo el mundo.
Rebeca: _No me importa un bledo lo que pienses, Brandon, y puedes olvidarte de la empresa, no eres accionista, nada allí te pertenece. Solo estuviste allí porque yo estaba lo suficientemente ciega por Leonardo como para dejar todo en tus manos. Ahora que todo ha terminado, voy a tomar las riendas de mi empresa y de mi vida.
María: _Lo que vas a hacer es llevar todo a la quiebra, deja que Brandon te ayude.
Rebeca: _No, y este asunto está cerrado. Si mañana no se van, llamaré a la policía. Y Brandon, ni se te ocurra volver a pisar mi empresa, ya di órdenes para que no pongas un pie más allí.
Brandon: _¿Pero por qué?
Rebeca: _Porque quiero. Con el dinero que heredaron pueden vivir bien por el resto de sus vidas, solo tienen que saber invertir. Ahora, si me disculpan, voy a mi habitación.
Rebeca se da la vuelta y va a su habitación.
Brandon: _¿Quién se cree que es esa zorra?
María: _Hablaré con ella mañana, siempre me ha escuchado y obedecido, no te preocupes. Esa ordinaria no se va a rebelar, no lo permitiré.