A los 18 años, Aurora Conti, una joven rebelde, es forzada por su familia a casarse con el enigmático magnate Salvatore Romano, para saldar una deuda millonaria. Tras el rechazo de su hermanastra
Valeria, Aurora es ofrecida como sustituta, manipulada con la vida de su madre enferma. Golpeada por su padre y humillada por Valeria, jura sobrevivir al "Rey de Hielo", un hombre frío y temido cuya reputación oculta su verdadera naturaleza: un mafioso. Atrapada en un matrimonio marcado por la pasión y la obsesión, Aurora desafía a Salvatore mientras descubre los secretos oscuros detrás de su fachada de CEO, luchando por su independencia en un mundo de intriga y peligro.
¿Podrá Aurora mantener su espíritu rebeldefrente al control obsesivo de Salvatore?
¿Es el amor de Salvatore por Aurora una salvación o una trampa mortal?
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CAPÍTULO 8
........ɴᴀʀʀᴀᴅᴏʀᴀ........
...❛ ━━━・❪ ᴀʟ ᴅɪ́ᴀ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ❫ ・━━━ ❜...
El amanecer se colo por las rendijas de las ventanas, pintando rayitas de luz en el suelo que parecían bailar. Salvatore dormía como tronco, su pecho subía y bajaba con tranquilidad ajeno a todo. Aurora en cambio, ya empezaba a despertarse, sus ojos se abrieron despacio atrapando el brillo del nuevo día. Cuando su mirada cayó sobre Salvatore, ella pegó un salto en la cama sintiendo que el corazón se le aceleraba al mil.
—“¿Y este que hace aquí? ” —murmuró nerviosa, apretando las sábanas contra su pecho como si fuera un escudo. Luego echo un vistazo rápido bajo las sábanas, y suspiro aliviada al ver que todo estaba en orden, llevaba su pijama puesta. Pero entonces, sus ojos volvieron a él, y... ay madre, qué error.
Ahí estaba él, dormido, con ese rostro que parecía tallado por los mismos dioses. Tenía una mandíbula fuerte , labios carnosos apenas abiertos, y su cabello ligeramente desordenado le daba un toque más sexy. Pero lo que realmente la dejó sin aliento fue ver su torso desnudo. Él no llevaba camiseta, solo unos pantalones de lino que se le pegaban a las caderas de una forma casi pecaminosa, marcando justo lo suficiente para hacerla tragar saliva. Esos abdominales...Dios, parecían esculpidos, cada músculo perfectamente definido, la invitaban a imaginar cosas que, bueno, no debería.
“¿Cómo es que puede existir alguien así? ” —pensó, mordiéndose el labio con una mezcla de vergüenza y curiosidad a la vez. Su mente, traviesa, empezó a desbocarse. Imaginó como sus dedos rozaban esos abdominales sintiendo la piel cálida, y dura como si estuviera explorando un mapa prohibido. Aquella línea que bajaba desde su ombligo perdiéndose bajo la cintura de esos pantalones, parecían gritar “tócalos"..
—Ay , no Aurora..Contrólate —se dijo, pero su cabeza ya estaba en otro lado ; imaginando cómo se sentiría si él despertaba y la pillara mirándolo.
El calor le subió a la cara y un cosquilleo travieso le recorrió la piel. —Solo estoy mirando, no pasa nada —se justificó, pero sus ojos seguían clavados en él. Deteniéndose en cómo los pantalones se ajustaban a sus caderas, e insinuando demasiado. Quería apartar la mirada, de verdad , pero era como si su cuerpo se negara — Un segundo más no hace daño — pensó, con una sonrisita culpable mientras el sol seguía subiendo, y ella se quedaba atrapada en ese torbellino de pensamientos subidos de tono. Pero, con ese toque Inocente de quien sólo está soñando despierta.
—Debería ser ilegal despertarse así —dijo, mordiéndose el labio, completamente perdida en la fantasía de recorrer con sus dedos cada línea de ese cuerpo perfecto. Su mente seguía traicionándola, imaginando cómo sería presionar su cuerpo contra el suyo , sentir el calor de su piel...la firmeza de esos músculos bajo sus manos. Estaba tan ensimismada, tan atrapada en sus pensamientos que no notó que los ojos de Salvatore ya estaban abiertos, observándola con una mezcla de diversión y algo más ... intenso.
—¿Te está gustando lo que ves? — preguntó él, con la voz grave y ligeramente ronca por el sueño.
Aurora dio un respingo y sentía que el corazón le saltaba hasta la garganta —¡A-ajá — soltó sin pensar con los ojos abiertos como platos Pero entonces la realidad la golpeó y el calor le inundó las mejillas— ¡No! Digo, sí....¡No! ¡Ay, ¿Qué estoy diciendo?!... ¡No era mi intención, yo solo...!— balbuceo agitando las manos en un intento inútil de explicarse mientras su cara pasaba de rosa a rojo cereza.
él mientras solo se limitó a sonreír su sonrisa fue lenta pero peligrosamente seductora acto que la hizo sentir aún más expuesta sin darle tiempo de procesar Se movió con una agilidad felina apoyando una mano en cada lado de ella y haciéndola caer suavemente contra la cama y en menos de un instante se encontraba sobre ella su cuerpo se cernía como una sombra cálida y tentadora.
—Si lo deseas, no te dejaría solo mirar... también podrías tocar —susurró contra su oído, haciendo que la piel se le erizara. y antes de que ella pudiera responder él inclinó la cabeza y sus labios encontraron su cuello rozando la piel con suavidad. Un jadeo involuntario escapó de los labios de Aurora ,sus manos instintivamente se aferraron a las sábanas mientras él seguía besándola cada roce dado enviaba chispas por todo su cuerpo sus labios eran precisos cálidos trazando un camino lento y deliberado que la hacía arquearse sin querer.
—¡D-detente ...por favor. No lo haré más— logró decir entre jadeos, claramente roja como un tomate, pero sus palabras sonaban más a súplica que a convicción.
Salvatore alzó la mirada, sus ojos brillaban con picardía —Me gusta que lo hagas, pequeña. Puedes mirarme todas las veces que quieras —murmuró entre besos, y su voz vibraba contra su piel mientras seguía explorando su cuello, bajando un poco más hacia la clavícula haciendo que ella temblara bajo su toque.
En ese momento, un golpe en la puerta interrumpió en la habitación. —Aurora querida, es hora de despertar… el desayuno está listo — llamó Amanda desde el otro lado de la puerta, con un tono de voz suave ,ajena a la tormenta que se desataba dentro de la habitación.
Aurora intentó responder , pero Salvatore no se detuvo. Sus labios seguían encendiendo su piel, cada beso de su parte se hacía más audaz, más profundo.
—Deberías hacer menos ruido, pequeña. O podrían escucharte —susurró él contra su oído, su aliento cálido la hizo estremecer mientras sus manos se deslizaban suavemente por su cintura, atrapándola aún más en esa mezcla de deseo, y vergüenza que sentía.
—¡E-enseguida bajo! —logró gritar, con la voz entrecortada y apenas coherente , mientras su cuerpo traicionero se rendía ante el placer, y el calor de los besos de Salvatore. Él sonrió, claramente estaba disfrutando de la reacción que provocaba en Aurora , y ella supo que estaba perdida , atrapada en un juego que no quería que terminara … Aunque su mente gritara que debía parar.
espero que este no diga ahora que está perra regresa y ese hermano o primero no se que es pero algo trama y no es nada bueno que el la traiga de regreso
Les salió el tiro por la culata 🤭🤭
Ya era hora de poner el freno de mano