Massimo Russo tenía que cumplir con su destino , él no lo había elegido ,pero su vida había sido escrita hace muchos años.
Su padre había sido asesinado,su madre tuvo el mismo destino, solo que antes había Sido abusada sexualmente antes.
Su abuela Carlotta los había criado a su hermano pequeño Pietro y a él. Pero no hubo día que no relatará esa historia una y otra vez, y lo había preparado para su venganza toda su vida. Había llegado el momento.
y lo haría con la hija de su peor enemigo la familia Ferrari. La bella y inocente Sofía( o era lo que creía) era hermosa pero la destruiría para matar a esa familia.
Solo haría justicia por sus padres como su abuela se lo había pedido .Pero ¿que sucede si el amor hace de las suyas en la vida de ambos? ¿Podrá cumplir lo que planeo?
Veremos en esta nueva historia que sucede ...entre los protagonistad...
Lealtad , venganza , amor ,destino...
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CAPÍTULO 15: “CUENTAS PENDIENTES"
Marco Ferrari llegó a la empresa de Massimo.
Ingreso con el rostro cargado de ira, se presentó en la recepción y pidió hablar con el señor Russo.
Esperaba muy nervioso, espero un largo rato.Finalmente, la voz de la secretaria rompió el silencio :
- Señor puede pasar.. Él señor Russo lo está esperando.
Cuando llegó a su oficina, no toco. Ingreso directamente al lugar.
Ahí estaba él sentado detrás de su imponente escritorio, se veía como una persona que demostraba poder y arrogancia. Verlo de esa manera enfureció más a Marco.
-Se estaba tardando en venir señor Ferrari. Dijo Massimo con una sonrisa que no reflejaba en sus ojos.
-Juro que te voy a matar. Le escupió Marco, acercándose a él con cada palabra. Él siguió...
- ¡Levántate de ahí, cobarde! Te crees muy hombre usando a una joven inocente para vengarte por algo que te contaron, ni siquiera sabes la verdad de lo que realmente sucedió. Le dijo con furia.
Massimo se levantó, lo miró fijamente, enfrentándolo con una calma que solo sirvió para encender más la furia de Marco.
- Usted no tiene la más mínima vergüenza señor Ferrari, encima viene a mi oficina para agredirme, no tiene cara sinceramente. Es usted el que tiene sus manos manchadas de sangre.
- Eres un idiota hombre, no sabes de lo que estás hablando. ¿Quién te hizo creer que lastimando, usando y rompiendo el corazón a mi hija, ibas a saldar la cuenta de tus padres? ¡Ya me imagino quien fue, tu abuela Carlotta! ¡Qué ironía en esta vida!
- No ensucies con tu boca el nombre de mi abuela, por tu culpa ella ha sufrido mucho tiempo.
La tensión en el ambiente ya llegó a un punto insostenible.
Marcó consumido por la rabia lanzó un puñetazo que impacto en el rostro de Massimo rompiéndole el labio, que sangro. Él se limpió la sangre con odio. Pero cuando estaba a punto de devolverle el golpe, entro alguien corriendo que se interpuso en el medio de ambos.
- ¡No te atrevas a pegarle a mi papá, Massimo! Le gritó Sofía.
Ella con los ojos llenos de furia y determinación, se había colocado en el medio de los dos hombres.
- Y tu papá basta, vamos para casa. Tomó a Marco del brazo. Luego dirigió su mirada para Massimo y le propinó un cabezazo que lo hizo tambalear. Ahora la sangre salió por su nariz, manchando su camisa clara.
Massimo la miró sorprendido y...
Podía ver algo ilógico en su mirada, ¿se estaba divirtiendo? Pensó Sofía.
Massimo no podía creer eso ,sí que no lo esperaba de Sofía, pero le gustó, sinceramente quería llevarla a una habitación y devolverle el favor pero de otra manera. Pero era la hija de su peor enemigo, había entre ellos un abismo insalvable. En cambio, soltó:
- Familia Ferrari, agresivos no es para asombrarme. No devuelvo los golpes porque usted es un hombre mayor y tu una mujer, loca pero lo eres.
Sofía lo miro levantando las cejas con una voz que demostraba ironía le dijo:
- Hay, pero que considerado señor Russo, ¿se siente bien o está enfermo?
-Les voy a pedir que se retiren de esta oficina, antes que pierda más mi control. Les gritó enojado.
-Claro que nos vamos de este lugar, no queremos ver nada tu horrible rostro, ni sentir tu presencia. Vete al infierno Massimo, que es el lugar donde perteneces. Vámonos papá.
Massimo Soltó una gran carcajada.
-Vamos juntos hermosa tú y yo al infierno, nos quedamos bien cerquita uno del otro ¿Qué dices? Le sonrió pícaramente.
- ¡Estás enfermo Massimo! Al infierno te irás tú solo, porque yo no tengo el alma negra como tú, iré a un mejor lugar anótalo, bien lejos tuyo.
Marcó quería volver para pegarle. Pero Sofía lo agarro y le dijo que no, lo agarro fuerte del brazo nuevamente.
Él entendió y asintió, pero antes de irse le gritó al Massimo.
-Espero que hayas entendido, no te acerques más a mi hija te lo advertí por única vez, si no tú sabes Russo, te perdiste a la mejor mujer que podrías haber tenido en tu vida por algo que no conoces. Cuánto estés listo y madures te espero para que escuches la verdad.
Él lo miro con furia. Exclamó con odio:
-Fuera le dije Ferrari de aquí, porque si pudiera, usted ya estaría muerto. Le haría lo mismo que usted hizo con mis padres. Gritó enfurecido
Sofía se volvió y le respondió:
- Qué mal estás Massimo, ¡estás amenazando a mi padre, ten cuidado! De verdad que tu odio no te deja ver más allá, que tristeza ver al verdadero tú. Haz terapia la necesitas urgentemente, porque tú mismo vas a quedarte solo cuando puedas ver la realidad y todo lo que destruyes al pasar.
Por un instante quedaron mirándose fijamente, recordando aquella vez que se entregaron uno al otro y ambos se les llevaron los ojos de lágrimas, diciéndose con la mirada más que mil palabras.Querian abrazarse, pero no podían había un muro entre ellos que no podían romper .
Sofía cortó el momento y salió con su padre de la empresa, sin mirar atrás.
Ya en el auto Sofía miró a su padre con determinación y le dijo:
-Padre me dirás qué sucede de una maldita vez, deja de dar vueltas, necesito entender qué sucedió en tu pasado y él de ellos.
Marcos solo la miró, asintió.
- Luego lo hablamos Hija, te lo prometo, ahora necesito descansar. Arranca le dijo al chófer.
- Vamos para casa, rápido.
Sofía frustrada se sentó en el respaldo del auto, pensando que debía ser algo realmente doloroso para su padre si le costaba hablar del tema. Le daría un poco de tiempo y espacio, sabía que él le contaría cuando estuviera preparado.
Abrazo a su papá, y le dio un beso en su frente cómo le hacía él a ella.
- Te quiero mucho papá. Dijo ella.
- También mi princesa. Sonrió Marco.
Él la miró por un rato largo y le pregunto:
- Hija vi ese momento que compartieron entre miradas ese hombre y tú, ahora necesito que me contestes con la verdad como siempre.
-Si papá, que necesitas saber.
- ¿Tú estás enamorada de ese hombre? Realmente sientes algo por él.
Sofía esquivó la mirada de su padre, no quería contestar esa pregunta, porque ella misma no quería escuchar esa palabra y aceptarlo.
Marco se dio cuenta y no quería hacer sufrir más a su hija, ya la había dañado ese hombre lo suficiente.
Marcó la abrazo más fuerte y habló:
-Tranquila hija, ya entendí. Estaré para ti hasta que sanes tu corazón, toda tu vida juntos y lo sabes. Nadie volverá a lastimarte te lo prometo.
Ella quedó en los brazos de su padre y se permitió llorar un rato con su mejor refugio, Él.
Massimo en la oficina, cuando ellos se fueron. Agarró todo lo que había en su escritorio,lo tiró por todo el lugar, no quedó nada en su lugar. Se sentó en el piso y gritó:
- Sofía pequeña mía, y sus ojos se humedecieron.
Nicola escuchó el bullicio y entro, al ver todo ese lío, solo fue donde estaba su amigo, se sentó al lado y quedaron así en silencio, le alcanzó un bebida fuera y él asintió