PRIMERA PARTE DEL LIBRO TERMINADA. NO ESPEREN UNA NOVELA TIPICA, LAS MIAS DAN DOLORES DE CABEZA Y LOS HACE PENSAR MAS DE LO QUE DEBERIA!!!
ESCRIBO CON AMOR Y ESPERO RECIBIR LO MIMO DE USTEDES, SI SIENTEN QUE LA NOVELA ES LARGA Y TEDIOSA, LOS INVITO A ABANDONARLA. PERO, NO TOLERO INSULTOS NI FALTAS DE RESPETO...
LAS QUIERE...
JESS QUEEN
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Cap 15
El agotamiento de ambos era evidente, el ambiente cargado de tensión. Mi mente y mi cuerpo estaban al límite, mi loba y mi parte vampírica también. La noche había sido demasiado larga y difícil. Sin embargo, Logan seguía esperando una respuesta de mí, como si tuviera derecho a una verdad que ya no podía ofrecer.
No podía decirle que no estaba segura de querer terminar con esto, ni podía mostrarle lo mucho que el vínculo me estaba afectando. Si lo hacía, sabía que él aprovecharía cada fragmento de debilidad. No, eso no lo iba a permitir.
—Es por ese vampiro, ¿verdad? —la furia en su voz era palpable, y su mirada se clavó en mí con una intensidad que me quemó por dentro—. ¡Es tu pareja y eres muy feliz bien con él! ¿Es por eso que quieres rechazarme para volver a tu estúpido reino?
Las palabras de Logan me atravesaron como dagas. Intenté no mostrarlo, pero la verdad, es que no tiene nada que ver con Vladimir. Todo lo que había hecho, la mentira que le había contado, se me devolvía ahora con su ira.
Mi garganta se apretó, el miedo de que mi mentirita se desmoronara me paralizaba, pero las emociones que el vínculo despertaba en mí también. La lucha interna, el instinto era tan feroz que ni siquiera podía pensar con claridad.
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Logan estaba furioso, y era evidente que Silas luchaba desesperadamente por tomar el control. Sus ojos oscilaban entre el rojo profundo del lobo y el tono oscuro que indicaba que Logan intentaba mantenerse firme. Por otro lado, Lina tampoco ayudaba. Mi loba estaba al borde de la histeria, gruñendo y aullando en mi interior como si pudiera saltar hacia él a través de mi pecho. Mi parte vampira no se quedaba atrás, reaccionando a cada movimiento agresivo de Silas con una amenaza latente, lista para atacar.
Si tan solo entendieran que esto no es sobre ellos... pensé con frustración mientras observaba a Logan tensarse más. Este es un problema entre él y yo, no de nuestros lobos.
—¡Silas! —dije con firmeza, elevando la voz lo justo para cortar la tensión que cargaba el aire—. Guarda tus garras, porque no me intimidas. Si vas a comportarte como un salvaje, lo único que vas a conseguir es una buena mordida de Shayde. ¿Eso es lo que quieres? Porque mi parte vampira está a nada de atacarte para protegernos, a Lina y a mí. —Mi tono de voz igualó el suyo, cada palabra cargada de advertencia—. Y te lo advierto: la mordida de una híbrida puede matarte. Lo único que podría salvarte sería mi sangre, y dudo mucho que esté dispuesta a dártela si decides actuar como un maldito cretino.
Mis palabras parecieron alcanzarlo, aunque fue más bien el desafío en mi tono lo que lo hizo retroceder. Poco a poco, la expresión feroz en el rostro de Logan comenzó a relajarse. Sus manos, que hasta hacía un momento estaban hechas puños, se abrieron con un temblor sutil. Finalmente, inclinó la cabeza hacia un lado y sacudió los hombros, como si quisiera deshacerse de la tensión que lo invadía.
—Lo siento... —murmuró con la voz aún cargada de culpa y algo de furia contenida—. Perdí el control. Él... Silas está muy afectado por todo esto, y yo… no pude detenerlo.
Podía ver en sus ojos el arrepentimiento y la lucha interna que libraba con su lobo. Era como si Logan estuviera desgarrado en dos, cada parte tratando de imponerse sobre la otra. Pero lo que más me sorprendió fue el cansancio que se asomaba en su rostro, como si el peso de todas las decisiones equivocadas que había tomado finalmente lo estuviera alcanzando.
Me crucé de brazos, observándolo con cuidado, intentando descifrar qué tanto de esas palabras provenían realmente de él y cuánto era Silas hablando a través suyo.
—¿De verdad crees que con un “lo siento” vas a arreglar esto? —pregunté, sin querer sonar cruel, pero incapaz de ocultar mi incredulidad—. Logan, esto va mucho más allá de una disculpa.
Él levantó la mirada y me sostuvo la vista, esa intensidad en sus ojos que siempre lograba sacudir algo en mí.
—Sé que esto no es suficiente, Karin —respondió con un susurro que, sin embargo, tenía el peso de mil confesiones—. Pero no sé cómo hacer que todo esté bien. No sé cómo arreglar lo que rompí. No quiero que me rechaces, no quiero perderte de nuevo.
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Quería decírselo, gritarle que Vladimir no era mi pareja, que todo había sido una mentira para protegerme. Él fue enviado por mi tío a la mansión en el bosque, para asegurarse de que yo estuviera bien, para vigilarme y ayudarme si lo necesitaba. Pero las palabras se atoraron en mi garganta. ¿Cómo explicarle que sus celos eran infundados cuando la rabia de Silas aún parecía al borde de estallar?
Porque, aunque quisiera que lo entendiera, en este momento era imposible. No solo por él, sino también por mí. Yo era solo suya, siempre lo había sido, incluso cuando quería negarlo, incluso cuando pretendía que no me afectaba. Shayde, mi vampira interior, tampoco ayudaba. Aunque poderosa, ni siquiera ella había encontrado a su pareja, a su verdadero complemento.
Todo esto era tan complicado, un enredo de emociones, mentiras y vínculos que apenas podía sostener. Verlo en este estado, desgarrado por el dolor, por los celos, y por la lucha interna con Silas, me rompía el corazón. Y Lina... Mi loba estaba al borde del colapso, incapaz de soportar tanto sufrimiento.
Entonces, antes de poder pensarlo, antes de procesar lo que estaba a punto de decir, las palabras se escaparon de mis labios como un susurro que se llevó el aire cargado entre nosotros:
—¿Me quieres contigo porque la manada me necesita, o porque realmente me quieres de verdad?
La pregunta quedó suspendida en el aire, un arma cargada que podía herir a cualquiera de los dos. No estaba segura de querer escuchar la respuesta, y sin embargo, mi corazón latía con fuerza, ansiando que dijera lo que necesitaba escuchar. ¿Pero lo haría?
Logan suspiro sin ganas, pero no fue un suspiro cualquiera. Era uno pesado, cargado de una tristeza tan profunda que me hizo estremecer. Bajó la mirada por un instante, como si buscara las palabras correctas en el suelo, antes de volver a alzarla y encontrarse con mis ojos.
—Te quiero tanto, Karin —dijo con un tono que casi me rompe por completo—, que, si me dejas, si no me aceptas y decides rechazarme... estoy dispuesto a hacer algo desesperado.
Hizo una pausa, su voz quebrándose por un momento, y mi corazón se encogió al ver el dolor reflejado en sus ojos.
—Estoy dispuesto a pedirle a Shayde que me muerda... —continuó—, o que me haga pedazos con sus garras afiladas, si eso pone fin a mi sufrimiento y al de Silas.
Mis ojos se abrieron de par en par, y un escalofrío recorrió mi espalda. Las palabras de Logan eran como cuchillas, cada una enterrándose en mi pecho con una precisión dolorosa.
Lina aulló dentro de mí, herida por su confesión, pero mi parte vampira no se quedó atrás. Shayde rugió en mi interior, furiosa ante la idea de que alguien le pidiera hacer algo tan cruel. La sola imagen de Logan destrozado por sus garras o su vida apagada por su mordida era demasiado.
Logan sospechó, pero no fue un suspiro cualquiera. Era uno pesado, cargado de una tristeza tan profunda que me hizo estremecer. Bajó la mirada por un instante, como si buscara las palabras correctas en el suelo, antes de volver a alzarla y encontrarse con mis ojos.
—Te quiero tanto, Karin —dijo con un tono que casi me rompe por completo—, que si me dejas, si no me aceptas y decide rechazarme... estoy dispuesto a hacer algo desesperado.
Hizo una pausa, su voz quebrándose por un momento, y mi corazón se encogió al ver el dolor reflejado en sus ojos.
—Estoy dispuesto a pedirle a Shayde que me muerda... —continuó, su tono ahora tratamiento de desesperación—, o que me haga pedazos con sus garras afiladas, si eso pone fin a mi sufrimiento y al de Silas.
Mis ojos se abrieron de par en par, y un escalofrío recorrió mi espalda. Las palabras de Logan eran como cuchillas, cada una enterrándose en mi pecho con una precisión dolorosa.
Lina aulló dentro de mí, herida por su confesión, pero mi parte vampira no se quedó atrás. Shayde rugió en mi interior, furiosa ante la idea de que alguien le pidiera hacer algo tan cruel. La sola imagen de Logan destrozado por sus garras o su vida apagada por su mordida era demasiado.
—No puedes decir algo así... —murmuré, mi voz apenas un susurro, pero cargada de incredulidad y miedo—. Logan, eso no es amor. Es rendición.
—Tú no entiendes, cariño... —su voz se quebró, y lo vi tragar con dificultad antes de continuar—. Me siento así desde la primera semana que te fuiste. ¿Eso responde a tu pregunta? Así de fuerte es mi amor por ti... y tan débil como me haces sentir.
Logan bajó la cabeza, como si el peso de sus palabras lo aplastara, y dejó escapar un suspiro que parecía venir desde lo más profundo de su alma. La oficina, que había estado sumida en una penumbra opresiva durante horas, comenzaba a llenarse de una tenue luz matutina que se filtraba por las persianas. Los tonos grises y dorados del amanecer suavizan las sombras, pero no la tensión entre nosotros.
Como habíamos hecho ambos durante esas largas horas, miró la hora en el reloj de pared. Esta vez, sin embargo, parecía que algo dentro de él había cedido. Con un movimiento lento y agotado, se levantó de su asiento. Caminó hacia mí con pasos pesados, como si la distancia entre nosotros fuera más que física, hasta detenerse frente a mi silla.
Logan se agachó, apoyando una rodilla en el suelo para quedar a la altura de mi rostro. Sus ojos me recorrieron con una intensidad que me hizo contener el aliento. Su mirada pasó lentamente desde mis ojos hasta mis labios, y lo vi tragar con fuerza, como si estuviera luchando contra un impulso que no podía controlar.
—¿Estás aquí porque quieres romper nuestro vínculo... o porque decidiste darme una segunda oportunidad? —preguntó en un tono apenas audible, pero cargado de significado.
“Díselo, díselo, por favor, Karin” —La voz de Lina resonó con fuerza en mi mente, sus palabras entrelazadas con sollozos. Mi loba sintió el dolor de Silas tan claramente como yo sentí el de Logan. El vínculo entre nosotros era una corriente constante de emociones, una conexión que me consumía tanto como me daba fuerzas.
Me costaba respirar, el peso de su mirada, y mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Sabía que no podía seguir evadiendo su pregunta, pero las palabras eran difíciles de formar.
—Estoy aquí por los dos, Logan. —Mi voz apenas salió, un susurro quebrado—. Solo dame tiempo para ver qué pasa. Es muy difícil para mí decirte que sí a todo y...
No termine la frase. Vi cómo sus hombros caían, como si mi indecisión lo golpeara con más fuerza que cualquier negativa.
—Entiendo... —murmuró, y por primera vez apartó los ojos de mí, mirando hacia un punto perdido en la pared detrás de mí—. Te alejas de mi por ese vampiro. Lo amas. Es tu pareja. Es lógico que te sientas incómoda con esta situación.
Su tono era contenido, pero había algo en él que me rompió por dentro. Entonces, ya no pude más. Sentía que la mentira nos estaba destrozando a los dos, y no podía seguir callando.
—Vlad no es mi pareja.
El silencio que siguió a mi confesión fue más ensordecedor que cualquier grito.
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Logan se tomó un momento para digerir lo que acababa de revelarle. Se puso de pie lentamente, y retrocedió un paso con una calma que parecía calculada, pero su rostro era una máscara de inexpresividad que no lograba engañarme. Yo solo podía sentir cómo mi sangre luchaba por no congelarse bajo el peso de su mirada. La atmósfera a nuestro alrededor cambió drásticamente, como si su aura de alfa estuviera impregnando cada rincón del lugar, volviéndose imposible de ignorar.
— ¿Cómo que no es tu...? —Su voz empezó baja, contenida, pero de repente explotó en un rugido lleno de furia—. ¡Me mentiste!
La vibración de su tono parecía resonar en mis huesos. Antes de que Shayde tomara control de mi cuerpo, impulsada por nuestra reacción instintiva al peligro, me puse de pie y cerré el espacio entre ambos en un movimiento rápido. Sabía que, si no actuaba ahora, todo podría irse al infierno en cuestión de segundos. Lina por otra parte, nos acusaba a ambas porque nos lo había pedido, no seguir el juego de Vladimir.
—Antes de que digas algo, escucha. —Mi voz era firme, pero mi interior era un caos. Traté de controlarme, de ignorar la tensión que me rodeaba y el fuego que comenzaba a arder en su mirada—. No quería mentirte. Hasta hace unas horas ni siquiera tenía planeado verte.
Logan se quedó inmóvil, pero la intensidad de su mirada me hizo dudar si realmente estaba escuchándome. Sus ojos, seguían cargados de rabia, pero yo continuaba. No podía detenerme ahora.
—Vlad es el mejor amigo de mi tío, y le pidió que fuera a la mansión para asegurarse de que no estaría sola contigo, de que yo no estaría en peligro. —Las palabras salieron de mi boca más rápido de lo que las pensaba, como si alguna parte de mí estuviera desesperada por ser honesta con él. Lo miré directamente a los ojos, buscando una señal de que entendía mis motivos, de que estaba dispuesto a escucharme—. Apenas conocí a Vlad esta noche.
Por un momento, el silencio entre ambos fue casi ensordecedor. Luego, noté cómo los ojos de Logan comenzaban a tomar un tono rojizo, un destello peligroso que me puso en alerta inmediata.
"Silas", pensé. La conexión con su lobo era evidente. Estaban teniendo una conversación, pero no parecía ser una buena. Las líneas de tensión en sus hombros y la forma en que su mandíbula se apretaba eran pruebas de que Silas no estaba tomando bien lo que acababa de escuchar.
El aire se sentía cargado, como si estuviéramos al borde de una tormenta. Traté de no retroceder ni mostrar temor, pero mi instinto no dejaba de gritarme que estaba jugando con fuego.
—Logan —dije en un tono más bajo, intentando calmarlo—, no es lo que piensas.
Su mirada ardía como el fuego mismo, pero no dijo nada. Su silencio era peor que cualquier grito.