En Esta Segunda Vida Seré Villana

Tras escuchar la pregunta de la niña, el joven se pone a pensar un poco, y su memoria le manda imágenes borrosas, las cuales no logra distinguir en lo absoluto.

Por lo que sincero, decide decir

—No tengo claro nada sobre mí— dice él y ella lo entiende.

No puede simplemente dejar ir al niño, eso sí, lo va a mantener escondido bien, por si nuevamente los del templo lo ven.

—Te puedes quedar si quieres aquí en esta habitación, en cuanto recuperes todos tus recuerdos, debes de irte, pero por ahora te ayudaré a recuperarte— expresa ella y él agradecido vuelve a hacer una reverencia.

—Gracias, ¿tú nombre es?— pregunta el niño.

—Dayana, y como aún no sabes tú nombre te llamaré Calisto— dice ella y el niño pone cara de desagrado.

—¿No puede ser otro más feo?—pregunta él con sarcasmo y la niña sonríe.

—Bueno... Déjame pensar — dice ella para luego decir — Sebastián, por ahora ese será tu nombre, si no te gusta, no es mi problema — dice la niña enojada y al mismo tiempo, los estómagos de ambos gruñen.

Ambos sin decir nada se ponen la mano en el estómago, y estaban avergonzados.

Sus caras estaban rojas por la pena.

Cuando iban a decir algo, llegó el clon de sombras de Dayana con comida, y ella le pide acomodar todo en una mesa. Ella invita al niño a la mesa.

El niño no esperó siquiera a que le digan que coma, y el mismo por su cuenta comenzó a comer como un loco.

Dayana solo se ríe de su actitud, tal parece que el pobre había pasado por mucho.

Ella también se le unió y ambos en silencio comieron hasta tener sus estómagos llenos. Por suerte, la comida no le causó dolor de barriga al niño.

Ya saciados, el niño pregunta.

—¿Oye Dayana, eso que entró en la habitación era un clon de sombras?— pregunta el niño curioso.

Ella no duda en responder.

—Ya que te salvé, me imagino que puedes guardar un secreto para mí. Yo soy usuaria de dos tipos de magia, oscuridad y luz, pero eso aún nadie lo sabe— dice ella y al niño se le iluminan los ojos.

—¡Qué genial! Me gustaría ser un gran hechicero— dice el niño y ella promete enseñarle a usar magia, asegurando, que ambos tienen una magia en común y esa es la de oscuridad.

Lo que quedó de día, los dos niños estaban conversando entre ellos, y Dayana le enseñó al niño a sus amigas las libélulas.

Ambos quedaron de dormir en la misma habitación, ya que al ser pequeños, ambos no tenían la malicia de que ambos se pasen de la raya.

Cuando la noche llegó, Dayana manda a su clon a buscar algo de cenar y cuando esté llega nuevamente los dos niños cenan, y al terminar, ambos se turnan para usar el baño.

Al no tener ropa, Dayana le presta al niño algo para dormir, lo más masculino posible, y aunque la ropa era pequeña, el niño estaba muy delgado y le quedó, eso si, corta para su tamaño.

Los dos se durmieron, pero a la media noche, llegó el maestro a ver cómo va todo, y Dayana le cuenta sobre lo que pasó.

El hombre se compromete a ayudar al niño, y le pide irse con él para entrenar, pero el niño no acepta y siente temor, él solo le tiene confianza a Dayana.

Para evitar problemas, Dayana le pide al maestro que entrene al niño junto con ella, para que él no se sienta asustado.

Después de todo, acaba de salir de un trauma.

Él lo entiende bien, y por esa razón, ambos quedaron de entrenar con el niño, cuando esté tenga casi toda su magia más restaurada.

Paso exactamente así, el niño luego de culminar la toma de las pociones restante, se sentía más estable.

El maestro con el cristal mágico verifico su porcentaje de maná, y al hacer la prueba, vio que la magia del niño estaba en un 50%, y que estás en efecto eran de oscuridad y de fuego.

Por esa razón, él en compañía de Dayana armo un plan de entrenamiento.

Siempre a la media noche, el niño entrenaba con sus dos conocidos y, aunque era un novato, y no tenía conocimiento de nada, prestaba atención y era muy inteligente. Eso sí, en el proceso se llevaba unas buenas palizas.

Para evitar que Sebastián no esté en la habitación el día entero, el maestro le sugiere a Dayana sacarlo de la habitación usando un hechizo de transformación, el cual sería renovado cada cierto tiempo, para de ese modo, evitar inconvenientes.

Para evitar preguntas, Dayana desde el primer día que todos vieron a Sebastián con ella, dijo que aquel niño era un pariente de su maestro y que él era su sirviente.

A nadie le importo ese hecho, ya que hace mucho el maestro había mandado al palacio unas personas que ahora trabajan allí, las cuales son las mejores en el área.

No era extraño ver a aquel niño al lado de Dayana, y con el pasado de los meses, el niño se convierte en su acompañante personal. Ya casi había pasado un año, desde que Dayana había regresado en el tiempo.

Las cosas para los que viven en el palacio estaban de diferentes maneras.

Marta en especial, había perdido casi la cabeza, no solo porque el imperio no la acepta como emperatriz, sino también, porque no tiene amigas.

Dayana con ayuda de una doncella de su confianza, ha estado apagando la magia de Marta y de su hija y ahora a aquella mujer le cuesta trabajo convencer al emperador de hacer lo que ella quiere.

Ella sabe que la cosa no está caminando bien, y tiene miedo de que todo se le salga de control.

A medida que los días están pasando, la cosa se va poniendo color de hormigas y más porque ella no ha sabido hacer bien su trabajo. En pocas palabras, es una inútil como emperatriz.

Los fondos destinados a los pobres, ella no ha sabido bien cómo manejarlo, y la mayoría de esos fondos, los gasta en ella, su hija y en otras cosas más, alegando, que los pobres no necesitan tanta ayuda.

Eso ha hecho, que el pueblo entre en una crisis muy grande, y los primeros en darse cuenta fueron los nobles.

Todos los nobles furiosos se reúnen con el emperador para reclamar la situación, ninguno de esos hombres está dispuesto a dejar que el pueblo se muera de hambre.

Aparte de ayudar con provisiones a los más pobres, el palacio cada mes, le entrega a los trabajadores agrícolas semillas u otros productos que se dan en el campo, pero ahora que Marta no estaba haciendo aquello, han bajado mucho las ventas de esos productos.

Pero, eso es parte de la problemática que se viene.

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Es todo por el momento, nos vemos mañana si Dios quiere

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