DE LA POBREZA AL ÉXITO

Abel quedó sorprendido porque no tenía conocimiento de que su abuela tuviera joyas, ella lo miró y dijo.

NIRIDA: Esto me los regalo tu abuelo, nunca las use y por eso nadie sabía de su existencia, no se si las vendemos o empeñamos para empezar con los planes que ustedes tienen.

ANTONIA: No... como crees, guarda eso.

NIRIDA: Quiero ayudar, bastante que tu nos has ayudado, más que nuestros muchachos quieren esto, vamos a hacerlo.

ABEL: No lo vamos a vender, empeñemos dos a ver cuanto nos dan, pero primero tenemos que averiguar el local.

IVIS: Si, preguntamos por el local, si se dan las cosas se empeñan dis como dice Abel y confiando que todo salga bien se puede sacar en un mes.

NIRIDA: Es que todo va a salir bien, hay que tener esa mentalidad y fe en Dios para que haga su obra.

ANTONIA: Así es, bueno ya esta.

ABEL: Vamos enseguida a preguntar por el local.

Ivis se levantó y Abel la siguió, dieron pasos apresurados para llegar rápido, las ansias que tenían por llegar los tenían desesperados, caminaban y les parecía que no avanzaban mucho, Abel se dio cuenta que estaban muy ansiosos y la agarró de la mano entrelazando sus dedos con los de ella, ella lo miró y entendió el porque lo hizo.

Cuando finalmente llegaron de casualidad la dueña iba saliendo y ellos la detuvieron, hablaron con ella del local recibiendo la respuesta, ellos se alegraron porque recibieron la respuesta que querían, la señora les dijo que tenía pensado en quitarlo, pero si ellos lo querían se los arrendaba, el punto estaba al lado de su casa, tenía su espacio aparte e independiente de la casa, tenia hasta un baño a un lado y una tuberia donde anteriormente habia una lavamanos, ella se le mostró todo y la pareja quedó encantada, no era mucho lo que tenían que arreglar, solo pintar y comprar el lavamanos y el inodoro.

Ellos preguntaron en cuanto se los los arrendaba, ellalos miró pensando y les dijo que le dieran doscientos cincuenta quincenal, o si preferían le dieran los quinientos mensual, ellos aceptaron y Abel.

ABEL: Mañana temprano se los traigo para ponerme a arreglar todo.

IVIS: Mañana no... hoy, yo los tengo, vamos y se los traemos enseguida para asegurar.

ABEL: Está bien, ya regresamos con el dinero.

Ellos salieron apresurados a la casa, pero a unos cuantos pasos ella se detuvo 6 lo abrazó, el correspondió al abrazo y después le dio un beso en los labios, no les importó si alguien los veías, lo importante era la felicidad que sentía.

Llegaron a casa felices, Ivis corrió a su habitación mientras Abel daba las buenas noticias, en ese momento todo fue felicidad, Ivis salió e inmediatamente fueron a entregar el dinero para cerrar el trato, la señora les dijo que iba a hacer un documento para legalizar todo.

A las dos de la tarde sirvieron el almuerzo, ninguno tenía hambre de la emoción, pero tenian que almorzar. La noche llego y después de cenar, compartir con alegría porque la vida les estaba empezando a cambiar, todos buscaron para dormir; la primera en irse fue Antonia y después Ivis, se fue con la incomodidad de no despedirse como era de su novio, Nirida también se fue y lo dejó solo en la sala; Ivis se dio cuenta y salió, lo miró y se fue para la cocina, ella llegó hasta donde ella estaba inmediatamente la besó y ella correspondió.

Abel se separo un poco de ella y serca de sus labios le dijo.

ABEL: Hasta mañana mi reina.

Cuando el dijo mi reina ella sintió como su cuerpo se estremecía ante esas palabras, el también lo sintió, ella sentía

como si estuviera flotando, sentía su corazón latir con fuerza, el le sonrió y se fue dejándola sola porque si no lo hacía podía pasar salgo inesperado porque ya había algo entre sus piernas buscando levantarse.

Abel se fue con la incomodidad en su parte, no quiso que Ivis se diera cuenta por qué podía malinterpretar, pensar que solo quería sexo con ella; pero lo que él no sabía, era que ella también estaba en las mismas, Ivis se fue a su habitación, se sentó en la cama y sintió como su parte íntima vibraba, por instinto llevó su mano y se dio cuenta de que estaba mojada, ella se avergonzó en ese momento, era la primera vez que le sucedía eso, fue al baño y se echó agua y después se acostó pensando en como le estaba cambiando la vida.

En otra habitación Abel estaba en las mismas, él miró a un lado la cama de su abuela y ella ta estaba dormida, él pensaba en como había cambiado su vida junto a la de su abuela para bien, pensando en todo lo que tenía que hacer al día siguiente se durmió.

El lunes temprano ya estaban con la misma rutina, Ivis salió lista para ir a su trabajo, ella se despidió y se fue con Abel, cuando llegaron a la esquina el aprovechó para besarla, ambos disfrutaron del momento hasta que llegó el transporte y se despidieron.

Abel regresó a casa y ayudo a las mujeres, cuando terminaron de vender recogieron todo y regresaron a la casa, Nirida le dio dos anillos y los llevó a una casa de empeño, allí le dieron seiscientos por los dos anillos porque eran gruesos y muy pesados, cuando llegó a la casa le comento a las mujeres y la abuela le dijo que las otras prendas estaban disponibles, Antonia quiso saber como iban a hacer con las ganancias y los gastos, más porque Nirida era la que iba a poner más dinero, preguntó y Nirida le dijo.

NIRIDA: Yo saco las prendas, y con el negocio vamos mitad por mitad, porque somos cuatro, nosotras dos mi nieto y tu hija.

ANTONIA: No... yo te ayudo a sacar las prendas, vamos mitad y mitad con todo, es más, ustedes me cancelaron tres meses de arriendo, pero ya no me paguen más arriendo, gracias a ustedes estamos avanzando.