Nunca Supe Ver Quien Eras

-No sabes cuanto esperé este momento – le escuché decir y por primera vez sentí que no era yo quien tenía el poder y lo peor era que me gustaba

Solo voy a decir que esa no fue la única vez que estuvimos juntos esa noche, pasamos toda la noche como animales en celo teniendo sexo por toda la casa y parecía otra persona, ya no era mi dulce borreguito quien perseguía y se me iba de las manos, he encontrado a una diosa del sexo que lo lleva a otro nivel, que me provoca una y otra vez, a la vez que es terriblemente insaciable.

Para culminar, lo hacemos un par de veces en su habitación, a pesar de lo que esperaba no buscar ir a la mía, sino que me dirige a la de ella y toma el control en todo momento hasta que parece cansarse y se duerme entre mis brazos, lo peor es que yo también me quedo dormido hasta que despierto y veo la habitación totalmente iluminada.

Veo el reloj que se encuentra en la mesilla y son las once de la mañana, intento rescatar mi brazo y se despierta, me mira con los ojos somnolientos y con cierta picardía haciendo que mi mejor amigo se despierte de inmediato dándole los buenos días.

Lo que ella nota y volvemos a hacerlo, no entiendo de donde saca tanta fuerza esta niña, pero por nada del mundo voy a dejar que ella me gane en esta batalla, por lo que lo hacemos y al terminar ve la hora y se levanta de inmediato.

-Es tardísimo, tengo cosas que hacer – dice mirando el reloj

-Lo que tengas que hacer puedes dejarlo para otro día, pasemos el día juntos – me mira como si me hubiera salido otra cabeza y se mete al baño

¿Qué me está sucediendo?, no puede ser que precisamente yo le haya dichos esas palabras a esa niña, es a mí a quien siempre le piden pasar el día, es de mi de quien no se quieren separar y esto no puede suceder, debo poner un limite o esto se me puede salir de las manos.

Salgo de ahí y voy a mi habitación a darme una ducha, me cambio de ropa y bajo a comer algo, me la encuentro cuando estoy abajo, la veo recoger sus cosas que quedaron esparcidas por toda la habitación de entretenimiento, veo que recoge también las mías y me las entrega.

-Reny, detente ahí que necesito decirte algo – la veo detenerse y es que mi voz salió más como una orden que como una solicitud

-Dime – se voltea y me mira fijamente con esa actitud altiva que me encanta, y que me gustaría doblegar

-Uno, esto será solo sexo y dos, que no quiero reclamos de ninguna manera, nada de sentimentalismos, ni de celos, ni de nada, solo dos adultos matando sus ganas, al primer problema esto se acaba y haré como si nunca te hubiera tocado – por su cara no le gustó lo que escuchó, pero se acerca a mi lentamente

-Me agrada que todo quede claro, solo hay un problema no recuerdo que te hayas cuidado y yo tampoco lo estoy haciendo, así que me gustaría que el señor “solo sexo” me ayude a conseguir una pastilla del día después lo más pronto posible, ya que no está en mis planes reproducirme y menos con alguien como tu – esta mujer sabe como sacarme de mis casillas

Cada vez que hago algo pienso que ella va a responder de una manera y hace todo lo contrario, no puedo con ella y por otro lado, necesito la estúpida pastilla con urgencia, en mis planes no está el tener un hijo por los momentos y menos por una calentura.

Llamo a uno de los chicos de seguridad y lo mando a comprar la dichosa pastilla, en unos minutos veo que va a salir.

-Reny, espera – ella me mira de una manera despectiva, pero puedo ver que ha llorado y me siento como el peor hombre del mundo, pero debo ser claro y no darle esperanzas de algo que no va a llegar a ningún lado

-Dime, tengo prisa – me dice mirando a otro lado

-Mande a comprar la pastilla, espera un momento para que salgamos de eso de una vez por todas – cambia de expresión y no se leer que pasa por su mente

-No me vayas a decir que mandaste a uno de tus hombres a comprar eso – se tapa la cara

-¡Claro!, no pensaras que iría yo a comprar eso – no la entiendo, es definitivo

-Ahora todos sabrán que he tenido sexo contigo – siento que dice algo obvio

En ese momento llega mi empleado con la pastilla y se la entrego, la veo cambiar de colores e ir de inmediato a la cocina para irse de casa luego de unos minutos, sin decirme absolutamente nada.

Reny

Me siento como la mujer más estúpida del mundo, no sé porque imaginé que podía haber algo más entre Víctor y yo, anoche me dejé llevar por él por sus caricias y sentí como si me hubiera caído un balde de agua encima cuando me dijo que lo nuestro era puro sexo.

Eso me pasa porque siempre pienso lo mejor de las personas que están a mi alrededor, no quiero verle más la cara, pero no le voy a dar el gusto de verme destruida, no voy a dejar que sus palabras me sigan haciendo sentir lo peor del mundo.

Lo peor es verles la cara a sus empleados, al mandar a comprar eso les debió dar una idea de lo que pasó, me siento terrible, me imagino que pensaran que soy otra de las conquistas de su jefe.

Siento una lagrima correr por mi mejilla y luego otra, así que detengo el auto a un lado de la vía y dejo que toda esa tristeza salga, tengo que mejorar mi ánimo, no puedo dejar que mi abuela me vea de esa manera.

Pero, cuando las cosas malas surgen aparecen todas al mismo tiempo, llego al centro donde está internada mi abuela y al preguntar por ella veo una mirada extraña en la cara de la enfermera, extrañamente Marc no viene a recibirme como siempre y eso es algo extraño.

-Señorita, desde ayer hemos intentado comunicarnos con usted, su abuela sufrió un infarto anoche y está en terapia intensiva – siento que mi corazón se detiene, no escucho nada más, no siento nada más, solo lagrimas salen de mis ojos