Ella solo quiere terminar sus estudios y cubrir todas las deudas de su padre.
Él la desea y hará hasta lo imposible por tenerla.
Un contrato, una historia y rosas amarillas que marcaran el principio de un nuevo capitulo para ambos.
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Invitación
-No mamá, no pienso exponer a Alma a los desplantes de papá, lo lamento, ahora debo
colgar me esperan en la sala de reuniones. Te amo.
Lion termino la llamada, soltó un suspiro y se arrojó agotado contra el respaldo del
gran sillón negro ubicado en su oficina.
- ¿Tan malo fue? La voz masculina frente a él llamo su atención
-Cameron mi padre realmente se lució. Lion se inclinó y sus codos se acomodaron sobre
sus rodillas, para luego mostrar una sutil sonrisa.
-Debías verla, esa mujer es una fiera, me defendió.
-¡¡Que!!
Los grandes ojos negros del joven empresario parecían querer salirse al
escuchar tal declaración.
-Es un chiste ¿no?, Alma se atrevió a enfrentar a tu padre.
-Sí, - Lion asentía mientras afirmaba mostrando un brillo diferente en sus ojos.
-Dijo que me elegía por lo que soy,
-Hermano…- Cameron quiso interrumpir, pero Lion continúo hablando.
-Sé que no lo dijo en serio, pero aun así me defendió Cameron, algo debe sentir por
mí de lo contrario porque le importaría si mi padre me destroza.
- Tal vez\, el tiempo juntos los ayude a acercarse\, pero hermano trátala mejor\,
ella no es como una de las empresas con las que compites en donde debes marcar
tu territorio y poderío. Ella es la mujer que amas.
-Lo sé. - Lion llevo ambas manos a su
cabellera y se despeinó como si ese acto lo ayudara actuar mejor.
- ¿Qué vas a hacer con el evento?\, sabes que no puedes faltar.
-Cameron no voy a exponer a Alma y no deseo ir solo, ella es mi esposa.
-Lo sé, pero no todo el mundo está al tanto que el Joven empresario Lion Colins se
desposó.
-Es exactamente por lo que no quiero ir, estoy seguro de que mi padre tratara de
emparejarme con alguien para molestar a Alma.
-Es uno de los eventos empresariales más importantes, Lion no puedes faltar. – El
tono preocupado de Cameron hacía eco en los oídos del empresario.
-Aún no entiendo ¿Por qué no terminas de presentar a Alma en sociedad?
-Quiero hacerlo cuando ella, me acepte, no quiero que finja, me es tan difícil mantener
la distancia, sería una tortura besarla en público porque sé que me
aprovecharía de la situación, y no quiero que me odie.
-Bueno amigo debías de pensar eso antes de hacer la estupidez que te dije que no
hicieras, vaya forma de conquistar. Cameron tomo el café que se encontraba sobre
el escritorio y lo saboreo.
-Bien, lo echo, echo esta, no voy a ir a la gala y punto.
-Como quieras. Cameron se dio por vencido, cuando Lion decía no, no había fuerza en el mundo que pudiera hacerlo cambiar de opinión o al menos eso creía.
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-Señorita Alma. - El mayordomo ingreso al hermoso santuario lleno de rosas para
interrumpir la lectura de la bella mujer que se encontraba rodeada de libros
-Si, Pierre.
-La Señora Elizabeth se encuentra en la sala, desea hablar con usted.
Alma se levantó como si un rayo hubiera impactado en ella acomodo como pudo su larga
cabellera y pidió la opinión del hombre para ver si estaba ordenaba, como siempre
el hombre mayor sonrió y asintió.
La joven mujer atravesó el jardín casi corriendo y una vez que ingreso a la sala
se encontró con el dulce rostro de Elizabeth.
-Hola, preciosa, lamento presentarme sin avisar- Elizabeth camino al encuentro de Alma
y la cubrió en un cálido abrazo.
-No, por favor, gracias por venir.
-¿Desean beber algo?- el mayordomo interrumpió tan dulce escena.
-Si por favor Pierre, ¿Qué deseas beber Elizabeth?
-Un té estaría bien,
-Dos, por favor Pierre.
.-Enseguida Señora- Pierre sonrió y se retiró.
-Esto es de no creer. Elizabeth sorprendida.
-¿Qué cosa? Pregunto Alma arqueando sus finas cejas.
-Pierre sonríe, en todos los años que trabajo para la familia fueron contadas las veces
que lo vi sonreír, pero desde que te vi entrara ese hombre tiene esa extraña
mueca en el rostro. Elizabeth soltó una sonora risa que hizo eco en la sala.
-Elizabeth. Dijo como un reproche cariñoso
-Pierre siempre ha sido muy amable, en realidad todos en la casa.
-Ambas se sentaron en el hermoso sillón blanco de la sala,
-Lion ha sido bueno contigo?
-Alma se sonrojó, aún no entendía por qué su cuerpo estas últimas semanas reaccionaba
diferente a la presencia de su esposo, en especial luego de la visita a la casa
de sus padres, él se había vuelto más atento, aún seguía con su tono sarcástico,
pero era menos irritante y ni hablar de ese cuerpo hermoso que se traía, con el
cual por accidente choco una madrugada en la cocina, viendo como el agua que
traía en sus manos se trasformaron en gotas que delinearon el fuerte y bien
armado abdomen de su esposo.
-Bien, me trata bien, - Afirmo tímidamente tratando de sacar esa imagen de su cabeza.
-Bueno voy a dejar de avergonzar a mi nuera - Elizabeth acaricio las manos de Alma
-¿Te preguntarás el porqué de esta visita?
-Mm. Alma asintió.
-Permiso, aquí están los tés, me tomé el atrevimiento de traer sus dulces preferidos
señora Alma.
-Gracias Pierre.
El hombre mayor se retiró en silencio luego de acomodar las delicadas tazas.
-Vaya estoy realmente sorprendía.
-Elizabeth- dijo Alma sonriendo.
-Bien, bien voy a dejar de molestar al pobre de Pierre. Como te decía estoy aquí para
pedirte un favor.
-Un favor, usted a mí. Alma llevó su mano a su pecho mostrando sorpresa,
-Si cielo, la única mujer que podrá convencer a Lion eres tú.
Alma solo sonrió, no era capaz de desilusionar a esta mujer, que creía que su hijo
la amaba tanto como para hacerle caso.
-Cielo en unos días celebraremos el aniversario de la empresa, allí estarán los
mayores accionistas, y empresarios.
-¿Pero en qué puedo ayudar?, no entiendo nada de ese mundo.
-Cariño el único mundo que debes entender es el de mi hijo.
. Eso es aún más difícil. Pensó Alma
-Lion no desea ir.
-Elizabeth no puedo obligarlo.
-Alma sé que mi esposo se comportó como un animal, y que no querrás cruzarte con él.
-Tiene razón. Afirmo Alma llevando el té a sus rosados labios.
-Pero es importante que Lion esté allí fortalece lazos empresariales, él está
comenzado y aún le queda mucho camino por recorrer.
-Elizabeth… Alma quiso replicar, pero Elizabeth interrumpió
-Alma no estaría pidiendo este favor si no pensara en como perjudicaría esto a
Lion, y aunque no quiera aceptar sé que Antoan estaría feliz si mi hijo
fracasara.
-¡¡Es su hijo!!- grito Alma- lo lamento no debí –cubrió sus labios avergonzados.
-Tienes razón, por años justifiqué a mi esposo, tratando de entender su dolor, pero ya
no más, debo proteger a mi hijo y por eso te pido me ayudes a convencer a Lion
de ir.
-¿A qué se refiere, que dolor? Alma aún no interpretaba las palabras de Elizabeth.
-No soy quien deba hablar de eso, solo puedo decirte que desde que perdí a mi
pequeña, también perdí a mi esposo e hijo. Las lágrimas surcaban el rostro de
la hermosa mujer frente a Alma.
-Tranquila Elizabeth, hablaré con Lion, estaremos allí, lo prometo.
-Gracias, eres un ángel para esta familia, soy tan feliz de que mi Lion te haya
encontrado.
Ambas pasaron una tarde amena entre risas y anécdotas que permitieron a Alma conocer
un poco más el corazón de su esposo.
Muchas felicidades autora.