La ciudad despierta alarmada y aterrada con un horrendo triple crimen y Fiorella descubre, con espanto, que es una mujer lobo, pensándose, entonces en un ser cruel y sanguinario, lo que la sume en desesperación y pavor. Empieza, por ende, su agonía, imaginándose una alimaña maligna y quizás la única de su especie en el mundo. Fiorella es acosada por la policía y cazadores de lobos que intentan dar con ella, iniciándose toda de suerte de peripecias, con muchas dosis de acción y suspenso. Ella se enamora, perdidamente, de un humano, un periodista que tiene la misión de su canal de noticias en dar con la mujer lobo, sin imaginar que es la muchacha a quien ama, también, con locura y vehemencia. Fiorella ya había tenido anteriores decepciones con otros hombres, debido a que es una fiera y no puede controlar la furia que lleva adentro, provocándoles graves heridas. Con la aparición de otras mujeres lobo, Fiorella intentará salvar su vida caótica llena de peligros y no solo evadir a los cazadores sino evitar ser asesinada. Romance, acción, peligros, suspenso y mucha intriga se suceden en esta apasionante novela, "Mujer lobo" que acaparará la atención de los lectores. Una novela audaz, intrépida, muy real, donde se conjuga, amor, mucho romance, decepción, miedo, asesinatos, crímenes y mafias para que el lector se mantenga en vilo de principio a fin, sin perder detalle alguno.
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Capítulo 15
-¡¡¡Eres una maldita perra!!!-
Viviana estaba enfurecida, fuera de sí, encrespada, con la ira dibujada en sus ojos, echando mucho humo de las narices, dando bufidos y con los puños apretados. Su corazón tamborileaba de cólera dentro de su busto. Tenía las pupilas inyectadas de rabia y soplaba su enfado en el aliento como truenos. Anthony le había confesado que estaba muy enamorado de mí, que mejor era terminar su relación porque había dejado de quererla y eso la enervó por completo. Vivi quería destrozarme, hacerme añicos, arrancarme las vísceras y dejarme en medio de un gran charco de sangre agonizando y pidiéndole perdón por haberme llevado a su novio. Su rostro se incendiaba en fuego y tenía sus manos hechas rocas dispuesta a darme una gran paliza, hasta dejarme, incluso descerebrada. ¡¡¡Quería matarme!!!
Ella me acorraló en los baños. No había nadie. Viviana, después que entré, trancó la puerta para quedarse a solas conmigo. Me asusté, intenté correr, pero ella me bloqueaba la única salida a los pasadizos. Vivi seguía echando humo de las narices, también de las orejas, y se encontraba completamente enardecida. Ella estaba segura que yo había seducido a su amante y quería estrangularme y desaparecerme del mapa, vengándose de mi insolencia.
-Anthony me besó, él fue el que te engañó y te traicionó-, le dije parpadeando, tratando una fatua excusa para salvar mi pellejo. Yo no quería problemas, en realidad, ya mucha presión tenía con el asunto de ser una mujer lobo que tener que lidiar por un hombre con otra mujer que, de remate, era desquiciada, violenta y que se dejaba llevar y domar por los celos. Y aunque él me gustaba, no pretendía estar con Anthony. Finalmente todo había sido nada más que un desliz que, aunque me gustó, pretendía olvidar totalmente. Pero todo eso no lo iba a entender Viviana. Ella estaba demasiado descontrolada y veía un brillo muy potente en sus ojos, como faros y además estrujaba su boca igualito como yo lo hacía cuando hacía el amor con mis ocasionales amantes. Me sentí realmente aterrada a merced de esa loca.
-Anthony me terminó y todo es por tu culpa, porque no eres más que una perra que se acuesta con todos los hombres de la facultad-, seguía ella enfurecida, apretaba sus puños y no dejaba de exhalar mucho vaho de las narices y la boca. Estaba colérica y explotaba en ira. Se había tornado en una fiera dispuesta a matarme a dentelladas.
-A mí no me interesa Anthony. Él me besó, luego no pasó nada, tu novio se fue corriendo, no he hablado más con él, Anthony no me interesa, no es mi tipo, no me gusta-, intenté explicarme enredándome en mi propia angustia pero Vivi me metió un puñete en un ojo, con tanta furia que me hizo botar mis libros que sujetaba en los brazos, lanzándome por los aires. Me estrellé en forma estrepitosa contra las mayólicas y quedé completamente desparramada en el suelo.
-Te voy a enseñar a respetar a las novias, maldita perra-, insistió ella fuera de sí y arremetió contra mí, jalándome con furia mis pelos, arranchándome un gran mechón de mis cabellos. Yo me escondí entre mis brazos y me puse a llorar, entre desconcertada y sorprendida. Gritaba además angustiada presa del pánico.
Fue entonces, cuando ella me aporreaba a puñetes y patadas, que empecé a temblar, a desfigurarme, a enfurecerme. Dejé de llorar y gritar y por el contrario, comencé a a inflarme y cubrirme de pelos. Mis uñas se fueron afilando, y una baba tupida y agria empezó a chorrear de mi boca. Mis ojos se fueron envolviendo en sangre y mis soplidos se volvieron en grandes ronquidos y bufidos. Mi corazón rebotaba en mi pecho y sentí mi busto expandirse iguala un tractor hasta hacerse gigante.
-¡¡¡También eres una mujer lobo!!!-, se espantó Viviana. Fue lo último que escuché de su boca. Un potente rugido, luego, quebró el silencio y no supe más.