La historia sigue a Patrick, un aventurero serio y amable que trabaja para la iglesia en un mundo de fantasía medieval. Patrick recibe la misión de recolectar poderosos artefactos mágicos, incluyendo la espada Dama, que puede invocar a una entidad llamada Dama Blanca. Durante su viaje, Patrick rescata a Samantha, una chica mitad demonio con un carácter fuerte pero frágil, que es perseguida por la iglesia debido a su linaje. Juntos, enfrentan peligros y desafíos mientras Samantha comienza a enamorarse de Patrick, y él descubre secretos oscuros sobre los artefactos y las verdaderas intenciones de la iglesia. La historia se desarrolla en un vasto mundo lleno de reinos, criaturas míticas, y seres divinos, donde la discriminación entre razas y la lucha por el poder son constantes.
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Capitulo 2: El Legado de Dama
**Capítulo 2: El Legado de Dama**
El viento soplaba suave, arrastrando el olor a tierra y pasto fresco mientras Patrick y Samantha continuaban su camino a través de las vastas llanuras. La noche había caído por completo, y solo la luz de las estrellas y una luna creciente iluminaban su trayecto. El silencio entre ellos era palpable; aunque Patrick había liberado a Samantha, la joven aún estaba sumida en una mezcla de desconfianza y confusión.
Después de un tiempo, Patrick decidió que era prudente descansar. Encontraron un pequeño claro rodeado de árboles, donde el terreno era lo suficientemente plano para acampar. Mientras Patrick preparaba una pequeña fogata, Samantha permanecía alerta, mirando con ojos vigilantes a su alrededor, como si temiera que los cazarrecompensas pudieran aparecer en cualquier momento.
"Es seguro aquí," comentó Patrick al notar su inquietud. "Podemos descansar un poco antes de seguir adelante."
Samantha lo miró, todavía desconfiada. "¿Adónde vamos?" preguntó finalmente, rompiendo el silencio.
Patrick encendió la fogata, y las llamas comenzaron a bailar en la oscuridad, proyectando sombras en los rostros de ambos. "Vamos a un lugar donde estarás a salvo," respondió. "Pero primero, debemos entender más sobre tu situación. ¿Sabes por qué esos hombres te capturaron?"
Samantha negó con la cabeza, su expresión se suavizó ligeramente. "No lo sé... siempre he sido una fugitiva. Desde que tengo memoria, he estado huyendo. No sé quiénes son mis padres, ni por qué nací así." Se tocó los pequeños cuernos que sobresalían de su cabeza, una señal de su naturaleza demoníaca. "Lo único que sé es que mi existencia es un problema para todos."
Patrick asintió, comprendiendo su angustia. "Los humanos temen lo que no entienden," dijo con calma. "Y en este mundo, eso puede ser peligroso. Pero no todas las personas son iguales, y no todos los demonios son malvados."
"¿Tú crees eso?" preguntó Samantha, con una mezcla de esperanza y escepticismo en su voz.
"Lo creo," afirmó Patrick, mirando las llamas de la fogata. "He visto muchas cosas en mi vida como aventurero. Y he aprendido que el bien y el mal no están tan claramente definidos como nos hacen creer."
El silencio volvió a caer entre ellos, pero esta vez fue más relajado. Samantha finalmente se dejó caer sobre el suelo, envolviéndose en su capa desgastada para protegerse del frío de la noche. Patrick también se acomodó, aunque su mente seguía activa, reflexionando sobre lo que había ocurrido ese día.
Sus pensamientos se centraron en la espada que llevaba a su lado, Dama. La hoja, ahora envainada, parecía irradiar un calor suave y reconfortante, como si estuviera viva. La espada había sido un regalo de Taha, la líder de la iglesia, una mujer cuyo poder era tan grande que incluso las divinidades la clasificaban como una anomalía. Taha había confiado en Patrick para llevar la espada, pero él sabía que esto no era solo un símbolo de su lealtad a la iglesia. Dama era más que una simple arma; tenía un legado, un poder oculto que Patrick apenas comenzaba a comprender.
Mientras miraba la espada, un recuerdo cruzó por su mente: el día en que Taha le entregó la hoja en los archivos de la iglesia. Los archivos eran un lugar sagrado, un vasto almacén subterráneo lleno de artefactos antiguos y poderosos, muchos de ellos considerados demasiado peligrosos para ser usados. La espada Dama había estado allí durante siglos, custodiada y protegida. Cuando Taha se la entregó, le advirtió sobre el poder que albergaba.
"Esta espada no es un simple artefacto," le había dicho Taha, con su voz solemne. "Dentro de ella reside un poder que, si se despierta por completo, podría cambiar el curso del destino. La entidad conocida como Dama Blanca está ligada a esta espada, pero hasta ahora, nadie ha logrado liberar su verdadero potencial. El hecho de que la espada te haya aceptado como portador sugiere que tienes un papel importante que desempeñar."
Patrick había sentido el peso de esas palabras desde entonces. Aunque había usado la espada en combate, sabía que apenas había arañado la superficie de su verdadero poder. La energía que Dama liberaba durante las batallas era solo una fracción de lo que escondía en su interior. Y ahora, con Samantha bajo su protección, sentía que el destino lo estaba guiando hacia algo mucho más grande de lo que había imaginado.
A medida que la noche avanzaba, Patrick se acomodó para descansar, pero no dejó de pensar en lo que le esperaba. Sabía que las próximas semanas serían decisivas, no solo para él, sino también para Samantha y para todos aquellos que se cruzaran en su camino. Mientras cerraba los ojos, se hizo una promesa: protegería a Samantha, desentrañaría los secretos de Dama y enfrentaría cualquier desafío que el destino le presentara.
La noche transcurrió en silencio, pero el amanecer traería consigo nuevos desafíos, nuevas revelaciones y, quizás, el primer paso hacia el verdadero despertar del poder de la Dama Blanca.