Shopia estudiante de enfermería es engañada por su gran amor, sin querer conoce a un familiar de su ex, con quien conocerá la otra cara del amor.
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Lecciones
Papá estaba en su oficina leyendo el periódico después de salir de una reunión, toque la puerta antes de entrar, su cansancio se volvió en sonrisa cuando me vio entrar.
— Buenos días, papá— le saludé.
— Hola mi reina— me abrazó muy fuerte.
— Papá, perdón por no ser una hija que solo te traiga felicidad, sé que me equivoque, pero quiero que sepas que estoy arrepentida por mis errores.
— Lamento que te hayas casado sin amor mi amor, pero el bebé necesita a sus padres. Sos muy joven y no quiero que mi nieto solo se críe con su madre, su padre también tiene derecho a asumir su responsabilidad. Tal vez tenga el pensamiento de un viejo, pero todo se irá poniendo en su lugar hija.
— Si papá lo sé, por eso estoy aquí, quiero darte las gracias por el regalo que me diste, sabré muy bien como sacar a flote mi futuro.
— Estoy seguro de que lo harás bien, si necesitas algo aquí estaré, la familia de Ezequiel no se quedará conforme con tu nuevo camino, sabes que tenemos convenios con ellos y lo van a utilizar en tu contra, sé cuidadosa mi amor, y no te dejes caer. No sabemos muy bien qué tramarán pero debes prepararte.
— Si papá, lo sé, si hubiese sabido que Derek era familiar de Ezequiel nunca hubiese tenido una aventura con él.
— Si mi amor, lo sabemos, ellos jamas no los mencionaron, por lo visto tienen problemas con su pasado. ¿Y ahora que lo pienso?, puede ser que Derek sabía quién eras y se acercó a ti para fastidiar a Nora.
Me puse a pensar un poco en esa posibilidad, pero no podía ser cierto, Derek se estaba preparando para salvar vidas y no para destruir otras.
— No papá, él tampoco sabía quien era en realidad.
— ¿Cómo te trato ayer?
— Aún somos dos desconocidos que serán padres en unos cuantos meses, pero tengo tiempo para conocerlo antes que nazca mi hijo.
— No quise obligarte a esto, pero quería que mi nieto nazca con un apellido y lado de sus padres, si no llegan a un buen acuerdo en un futuro, existe el divorcio hasta entonces ya sabrás como guiar tu vida. Quizás ahora no lo entiendas, pero después te darás cuenta cuál era realmente tu destino.
— Si papá, lo entiendo, salir del cascarón hace que el aire sea diferente. Tus formas de hacerme ver la vida hacen que sean pequeñas lecciones para mí.
Después de esa pequeña charla con mi padre fuimos a almorzar juntos cerca de los edificios de su oficina, darme el lujo de tener un padre, una madre, un hermano, una familia y un hogar hacia que me sintiera afortunada, tenía razones para ser feliz. A diferencia de Derek que solo se tenía así mismo, porque había perdido a su madre y padre, y la única hermana que tenía lo quería lejos de ella, lo único cerca que ahora tenía era un pequeño ser que llevaba su ADN y que crecía en mi vientre, aún no sabía si lo quería o no, pero yo me encargaría de descubrirlo.
Estaba empeñada a perfumar los nuevos desafíos de la vida con nuevos sueños, me despedí de mi padre después de la agradable comida, tenía muchas razones por agradecerle y una era por quererme.
Cuando estaba por entrar al estacionamiento me tope con la sonrisa más cruel y vagabunda, su hermosura no le servía para camuflarse como buena persona, solo servía para tirar veneno.
— Felicidades por tu matrimonio, no me llegó la invitación, sin embargo, Ezequiel me dio las buenas nuevas— dijo Diana al verme para molestarme.
— Gracias por felicitarme Diana, ahora seguro piensas que tendrás en camino libre para conquistar a Ezequiel sin chantajes sucios, pero tranquila tu maldad puede darte algo de felicidad, pero tarde o temprano tu máscara caerá y ahí si no sabrás cuál usar al final— le dije muy molesta y le quite de mi caminó para pasar.
Subí al coche algo alterada, ver a esa mujer me causaba un mal general, parte del cambio de mi vida se la debía a ella. Estaba por prender el auto cuando escucho el teléfono, Selin me llamaba.
— Hola Selin — le contesté intentando bajar mis niveles de rabia y enojo.
— Shopia, ¿Estás bien?— me preguntó.
— Me crucé con Diana después del almuerzo con mi padre.
— Ya veo que fue lo que te puso así, hasta olvidaste saludarme por mis cumpleaños.
— Lo siento amiga, feliz cumple...
— Gracias Shopia, está noche te espero en mi casa, estoy haciendo una pequeña fiesta, si quieres puedes venir con tu esposo, ya que no me invitaste tampoco a la boda.
— ¡Perdón!... Perdón, todo fue tan rápido, ni tiempo me dio para decirte, quería que fueras mi dama de honor, pero todo fue muy íntimo. Mis padres fueron mis testigos y los únicos invitados, cuando me case nuevamente y con alguien a quien ame, tú serás la primera en saber todo.
— Estás perdonada si te veo esta noche en mi casa.
— Está bien, esta noche estaré ahí.
Llegue a mi nuevo hogar, Derek aún no había llegado del trabajo, me tomé el tiempo para observar y revisar la casa, todo a su alrededor era hermoso, muchos cuadros de paisajes, pero ninguna foto de él o algún retrato con algún familiar o amigo, eso me llamo mucha atención, abrí las ventanas para tomar algo de aire fresco, la vista de la ciudad desde aquí era maravillosa, los autos se veían como miniaturas, y las personas circulaban de un lugar a otro, estaba tan concentrada contemplando la vista que no sentí cuando Derek había llegado a casa.
— Es hermosa la vista ¿verdad?— de pronto escuché su voz a lado mío.
— No solo es hermosa es espectacular. También quiero un departamento con una vista así, pero con más luz, donde pueda ver el sol y la luna con más claridad.
— ¿Piensas mudarte?
— Por ahora no, pero más adelante sí.
— Shopia, perdón por lo de ayer, se que actúe como un imbécil, hay cosas que me matan por dentro y no sé cómo lidiar con todo.
— ¿Te asusta la idea de ser padre?
— En absoluto, es más desde que me lo dijiste una pequeña felicidad creció en mi pecho, yo crecí sin mi padre y no fue fácil, y ahora que tengo la oportunidad quiero darle mucho cariño a este pequeño ser que viene en camino, quiero darle todo el amor que no recibe de nadie.
— Siendo las cosas así, podemos hacer un trato, disfrutemos de este embarazo juntos, hagamos que nuestro hijo se sienta querido por sus padres y cuando lo tengamos en nuestros brazos él nos mostrará nuestro nuevo destino— le dije poniendo su mano en mi vientre.