Ella es Noel, una periodista apasionada y amante por su trabajo, sueña algún día llegar a ser la conductora del noticiero estelar, pero al investigar la historia que la llevaría a un ascenso posible, sin saber que esa misma historia la haría vivir en carne propia el sufrimiento, el maltrato, la venta y el tráfico...
¿Tu que tan dispuesta estarías para salvar tu propia vida?.
¿Estarías dispuesta a hacer lo impensable?.
¿Doblegarte o ser doblegada de las maneras más crueles e inimaginables?.
Dime, ¿Tú, que harías?...
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Capítulo 14.
Al salir de mi reunión con uno de los tantos asociados del grupo de ganadería agropecuaria; caminé hacia el ascensor y subí junto a mi séquito que cuida mis espaldas.
Los necesito porque miles de personas desean hacerme daño para quedarse con mis tierras y mis negocios.
Pero así como me ven como un simple ranchero, siempre voy tres pasos adelante de cada una de esas personas mal intensionadas.
Esta es la herencia que me dejó mi abuelo y la seguiré manteniendo firme hasta que mi hija pueda hacerse cargo.
Pero así como el abuelo me dejó esta herencia, mi padre me dejó un legado fuerte y muy oculto, donde cada día tengo que navegar aguas muy profundas para demostrar mi poder y alejar a los posibles enemigos que intentan afectar a mi pequeña familia.
Aunque no me preocupo tanto de eso, ya que he trabajado duro, día, tarde y noche para dejar la marca y que todos sepan quien soy y de lo que soy capaz cuando ponen un pie en mis territorios y con intenciones no tan gratas; y solo con mi nombre temen aun sin siquiera tener el desagradable gusto de conocerme en persona.
Así es como llevo tranquilamente una doble vida, sin tanto estrés pues a pesar de ser el líder de la Meka y manejar las empresas de lácteos, de alimentos y venta vacuna aun así, mi vida o nuestra vida es tranquila...
Acababa de aterrizar el jet, bajé con rapidez quería llegar a casa y ver a mi hija quien a sido la luz de mi vida desde que nació.
Y eso es lo único que le agradezco hasta el día de hoy a mi ex mujer, de haber traído a Eva al mundo, dos meses después de que mi hija nació, su madre se fue, abandonando el barco, nuestro barco, y solo dejando un estúpido recado diciendo una simples palabras para justificar su acto inhumano.
"me di cuenta, que yo no debí ser madre, nunca".
Así pasaron los años siendo solo ella y yo, mi pequeña Eva esta próxima a cumplir sus seis años y es la luz de mi mundo y la pesonita qué mas amo con toda mi alma.
Subo a mi camioneta y de inmediato salimos de la pista de aterrizaje, tomamos las principales calles de la ciudad, y antes de salir de ella para ir a la zona de las rancherias, detuve la camioneta y fui a comprar un pequeño ramo de flores, las que le gustan a mi princesa.
Compre algunos dulces y continúe mi camino, salimos de la ciudad, pasamos el riachuelo y seguimos en camino.
Al ver por la ventanilla aquel rancho, me di cuenta que había movimiento y era extraño, yo sabía que ese rancho estaba vacío desde hace tiempo y no había nuevo dueño, ni tampoco estaba en venta, ya que yo tenia que asegurar la zona donde vivíamos así que investigue a todos los propietarios de las rancherias cercanas a la mía.
Y todo estaba normal, los propietarios se dedicaban a la ganadería como yo, pero al ver ese rancho mi instinto me indicó que no andaba algo bien.
Pase los siguientes ranchos hasta que el porton se abrió y entramos avanzando quinientos metros al fondo.
Estacionaron las camionetas al rededor de la gran fuente que daba la bienvenida a mi rancho, al bajar de la camioneta tome el pequeño ramo y la caja de golosinas y me dirigí a la puerta principal.
La cual fue abierta por la persona que ansiaba ver desde hace horas.
- ¡papi! - corrió a mis brazos y sin dudar la tome entre mis brazos y la carge hasta estrecharla entre mi pecho - te extrañe.
- yo también te extrañe princesa, ¿te has portado bien?. - hizo un puchero y asintió viendo sus ojos cafés profundos como los de su madre. - ¿segura?.
- si papi, pero Melani no me dejo jugar en el campo.
Solo asentí a su pequeña queja y entre a la casa con ella aun en brazos, Melani era la hija de uno de mis hombres y ella me ayudaba a cuidar a Eva, cuando tenía que salir de la ciudad.
Sabía que su reproche era por los límites de que saliera, pero Melani solo seguía y acataba mis ordenes, tanto Eva como ella estarían mucho más seguras en la casa que afuera, solo mis acciones eran por el tema de seguridad.
Camine hasta llegar a las escaleras y en ese momento apareció Melani demasiado pálida, se acercó con prisa a nosotros e hizo una especie de reverencia y solo negué.
- Melani sabes que no es necesario hacer eso. - ella asintió mientras veía a Eva. - ¿estabas corriendo?.
- si señor Balder, estaba buscando a Eva quien decidió jugar a las escondidas sin avisarme. - gire a ver a Eva quien tenía una pequeña sonrisa y sus ojos brillosos.
- Eva, hija sabes que esconderse esta mal y más porque asustas a Melani al no encontarte. - mi pequeña suspiró, bajó su mirada y asintió.
- lo siento papi. - levantó su vista y vio a Melani y se avalanzo a ella. - lo siento Melani.
- tranquila pequeña. - Melani beso la frente de mi hija y asintió. - me voy señor Balder.
Asentí y la vi caminar hacia la puerta - tu padre te esta esperando y Melani, no te olvides que el martes será la fiesta de Eva para que traigas a tus hermanos.
- si señor, permiso. - y la vi salir, subí las escaleras hasta llegar a la habitación de mi hija.
- ahora si señorita, ha bañarse, hija, ¿donde te metiste para que estés así de la ropa? .
- por ahí papi. - solo negué mientras prepara la tina de baño y alistaba la ropa que se pondría.
La bañé y al intentar ponerle un vestido simplemente negó e hizo un berrinche y nuevamente se puso un pantalón y sus botas, ya que repetía qué ella sería como yo.
Solo negue porque tan pequeña y ella luchaba para decir que será como yo hasta en la vestimenta.
Cenamos y la lleve a acostar después de haber jugado con ella por largas horas, regrese a mi habitación y como cada noche mi sueño fue interrumpido por la imagen de aquella hermosa mujer pidiéndome ayuda.
No entendía que rayos me estaba pasando y más por tenia ese sueño tan recurrente desde hace tiempo.
El día del cumpleaños de mi hija había llegado, la casa estaba siendo decorada al gusto de su personaje favorito, la comida estaba lista al igual que la torta.
Los hijos de algunos de mis hombres habían llegado, ya que mi hija no tenía amigos, ya que por seguridad estaba prohibido la entrada a gente ajena.
Mi hija estaba feliz por como estaba arreglado y por los invitados, que aquellos pequeños eran lo más cercano a un amigo para Eva.
Los niños al igual que Eva fueron a la piscina a pasar el día tan agradable, las horas avanzaban y el sol estaba ocultándose.
Las luces automáticas se encendieron a la falta de la luz natural, estábamos por partir la torta cuando un disparo se escuchó a lo lejos.
Volteé a ver a unos de mis hombres quienes asintieron notificandome que ya habían desplegado a los hombres por todo el rancho.
Nuevamente otro disparo se escuchó, los niños gritaron y di la orden de que los llevarán a la habitación del pánico.
Tome mi arma y salí por la puerta de atrás de donde provenían los disparos, subí a una de las camionetas para revisar el perímetro.
Cuando a lo lejos vi a alguien correr hacia la cerca que dividida mis tierras, di la orden de ir hacia esa dirección.
Al llegar, la vi por la ventanilla, su rostro era tan parecido al de mi sueño, de inmediato movilicé a mis hombres al ver su pierna herida.
Mis hombres se pusieron de escudo protegiendola de no se quien, pero comenzaron a disparar hacia esa dirección, aquella chica se desplomó y fui hacia ella.
- tranquila, estarás bien.
La carge entre mis brazos y fui a la camioneta y me llevaron de regreso a la casa, mientras llamaba al médico de confianza para que la revisara.
Al llegar, corrí escaleras arriba y sin pensar la llevé a mi habitación, al dejarla sobre la cama, y ver su rostro desde más cerca me pude dar cuenta de lo hermosa que era.
Me alejé, entre al baño para tomar el botiquín y regrese, al volverla a ver me percate de la mancha qué había debajo de ella, de inmediato la moví poniéndola de lado.
Al ver su espalda vi aquel pequeño orificio, limpie la herida y retuve su sangrado hasta que llegara el médico quien llego tres minutos después de exigir que lo llamaran de nuevo.
La reviso y sacó el casquillo de su espalda, el de su pierna solo había encontrado salida así que solo cauterizo la herida y la vendo.
Cuando termino, recogió sus cosas y antes de salir me entregó un medicamento. - señor Berlusconi, este medicamento la ayudará a que sus heridas sanen más rápido. - Asentí mientras volteaba a ver aquella mujer que estaba en mi cama.
- ¿pero como está ella?.
- ella está bien, solo necesita descansar, le administre un sedante así que hasta mañana despertará, pero es necesario que limpie las heridas dos veces al día y ponga esa pomada en ellas.
Asentí ante sus indicaciones. - señor Balder, ¿necesita que le envíe una enfermera para que asee las heridas?.
Negué mientras lo acompañaba a la salida. - no es necesario, yo puedo hacerlo, gracias doctor.
El asintió y salió, me quede por un momento observándola y recordando o que había dicho, ¿yo cuidare de sus heridas?, ¿ni siquiera se quien es?, ¿no entiendo por que dije eso?, negué y salí de mi habitación para buscar a mi hija y a sus invitados.
Balder Berlusconi.
Eva Berlusconi.