En Mí Habitación

Casi no dormí anoche incluso desperté antes que mi madre, al parecer hoy no me quedé dormida, las cosas del amor. Incluso hice el desayuno y la esperé en la cocina al verme ahí tan dispuesta solo sonrió, desayunamos y nos fuimos a casa de Liam. Mi corazón no paraba de latir de la emoción que tenía por dentro, no podía controlar mi alegría.

Al fin llegamos, aparcamos y fuimos hacia la puerta de la casa, más bien la mansión. Mi madre tocó el timbre y nos atendió una empleada del hogar que nos indicó pasar, dentro en su silla de ruedas estaba él, la vida tomó sentido al verlo, mis mejillas se sonrojaron al hacer contacto con sus bellos ojos, fue su padre que estaba justo a su lado quién me hizo retomar el aliento y la concentración.

Bastian fue a nuestro encuentra y nos saludó, luego de saludarlo fui hacia Liam, no sabía cómo saludarlo en realidad, si besarlo en la boca o la mejilla, tuve que agacharme un poco, ya que estaba en la silla, en medio de mi dilema él me sacó de la duda, besando mi boca con un piquito, cómo dicen mis amigas. Sonríe y tomé asiento a su lado en el sofá, mi madre tomó asiento justo frente nuestro al igual que su padre.

La siguiente hora la dedicamos a conocernos un poco más, ya que éramos novios oficialmente. Mi madre con su sobre protección planteó lo que esperaba de nuestra relación, básicamente respeto y sobre todo que dado el caso que la relación avanzara y tuviéramos relaciones sexuales, usar el preservativo siempre.

 Ella sabía que prohibiendo que no tuviese sexo sería peor. Me brindaba todo el apoyo del mundo, solo pedía que hiciera las cosas bien. Ver a mi madre hablar de esos temas allí, siendo nuestra primera cita como quién dice, nos hizo sacar los colores en más de una ocasión a Liam y a mí.

Luego de la disertación de mi madre ella se quedó conversando un poco más con el padre de Liam y nosotros fuimos a su cuarto para tener una mejor intimidad entre ambos. Al entrar dejemos la puerta abierta para que no se imaginaran que podía caber la posibilidad de que en esa habitación habría sexo.

En cuanto entramos él dejó la silla y tomó las muletas, fuimos hasta un pequeño sofá que había en sí cuarto y nos sentamos muy junticos. Tenerlo tan cerca revolucionó mis hormonas y me olvidé de mi timidez, tomé si bello rostro entre mis manos, lo miré a los ojos y fui acercando el mío a él, cómo pidiendo permiso para besarlo, se acercó y nuestros labios hicieron contacto.

Besar si boca me hacía sentir miles de emociones, deseo, ganas de más y sobre todo mi piel se electrificaba con cada contacto, nos está imposible separarnos, el beso fue en aumento, al igual que la necesidad de contacto, coloqué mis piernas sobre él y así pude abrazarlo, me hacía sentir única, me gustaba mucho.

Luego de besarnos cómo por media hora, fuimos capaces de conversar, teníamos tantas ganas acumuladas que nos fue imposible hacerlo antes.

- El fin que viene mi padre me llevará a tu casa, ¿Crees que tu madre lo apruebe?

- Claro que sí, me encanta la idea, dije mientras volví a besarlo. Luego me acomodé acostada sobre sus piernas el jugueteo con mi pelo.

- Me gustas mucho, lo sabes verdad, dijo.

- Tu igual, en este poco tiempo no dejo de pensar en ti, tengo necesidad de verte siempre.

- Me siento igual. Jamás lo sentí por nadie antes.

- ¿Has tenido muchas novias?. Pregunte.

- Algunas y tú, ¿ Has tenido muchos novios?

- En realidad uno, lo otro fue un tonto sin importancia. Con mi novio lo dejamos porque se mudó a otro país.¿Y tú por qué terminaste con tu última relación?

- Prácticamente, me dejó por perder una pierna.

- Lo siento mucho, para mí eso no es importante, eres el chico más hermoso del universo para mí.

- Gracias, dijo mientras me besó la frente.

- ¿Eres virgen?

- No, ¿Lo eres tú?

- No.