La Oscuridad De La Villana

Durante ese mes de reclusión, sufrí y me volví un poco más fuerte que antes, pero no lo suficiente. Durante ese tiempo, sabía que Flexv y Vlix se habían convertido en niños muy fuertes, y estaban dispuestos a hacer todo lo posible para lograr ser los mejores.

-Señorita, debe descansar- Miel me abrumaba con sus preocupaciones-

-Miel, estoy bien, nada malo va a suceder ahora- la abracé- ¿Debo llamar a mi maestro para que estés tranquila?- bromeé mientras veía como sus mejillas se ponían coloradas-

 -Hoy llega mi ejército, debo estar lo suficientemente fuerte para demostrar que puedo guiarles- dije mientras tomaba algún paño húmedo-

Tal vez ahora podía serle frente a las adversidades que se pondrían en el camino. Debía demostrar que era necesario que ellos demostraran respeto a mi persona, por mis fortalezas, a edad temprana, que por mis debilidades. Ayudar a los niños en mi travesura fue una de las pruebas visibles, las otras estaban ocultas.

La llegada del ejército era algo que celebrar, había pedido que realizaran el mejor banquete con gastos mínimos. Reunimos los caballos, y las personas esenciales para ir a su encuentro. Estaba vestida del azul que nos representaba, en las calles se podían ver banderas azules colgadas. Les había pedido que lo hicieran con telas reciclables,  de esta forma podíamos ahorrar y tener ese fondo asegurado en caso de alguna emergencia. Todos eran bienvenidos de disfrutar del pequeño banquete y saludar a los soldados, era iban a ser los más grandes de entre los grandes. Sabía, por mi experiencia, que eran el descarte del rey, eso mismo sucedió cuando yo era la que dirigía, pero ahora haría lo mismo de ese entonces. Serían los gigantes del cielo oscuro.

El sol estaba en la cima, y las banderas celestiales se movían con lentitud, una brisa suave y fría hacía bailar a las terrenales y las palmas de los ciudadanos en conjunto a sus carcajadas eran la música necesaria del lugar. A lo lejos divisé al general que había estado resolviendo el caso, atrás de él, marchaban mis escuadrones. No pude evitar sentir como mis lágrimas caían de alegría y emoción. En conjunto con Miel, ellos eran apreciados desde mis adentros, tantas batallas perdidas y guerras ganadas. Luchar codo a codo con ellos era mi mayor orgullo.

-Sean bienvenidos al ducado del sur- les hablé- Sé cada nombre de ustedes, sé sus edades- ellos me miraban con sus ojos y rostros sorprendidos- También sé las injusticias que sufrieron en la capital- sus cabezas estaban cabizbaja por la vergüenza- Ahora deben olvidarse de eso, en el ducado del sur, serán los guerreros más fuertes que va a ver en la tierra. Y cuando llegue el momento de luchar por nuestro pueblo, será un honor morir en batallas con ustedes- mis lágrimas caían como la lluvia de la primavera, pero mi voz al gritar no temblaba ni se quebraba- ¡Regimiento Azul!- grité con todas mis fuerzas-

La gente también comenzó a gritar, y los soldados golpearon sus escudos con las espadas, el ruido era ensordecedor. Con entusiasmo todos se dirigieron a mi lugar de hábitat. Desde adentro de mi casa hasta los patios más grandes, la gente celebraba.

El general se levantó y bridó con mucho orgullo.

-Quiero brindar por nuestra pequeña princesa- habló mientras se dirigía a todos los presentes- Ella casi muere por salvar a unas personas, y eso demuestra de que es una niña que se preocupa por nosotros. Ha trabajado muy duro para conocer a cada unos de estos habitantes y desea brandar protección. Larga vida a nuestra pequeña duquesa- esa afirmación era peligrosa, pero estaba bien-

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Las estaciones comenzaron a correr, una tras otra. Con una velocidad imparable, mi cuerpo también creció al igual que mis fuerzas y conocimientos. Al final, Ezelik en conjunto a su maestro se disculparon de buena manera y todos comenzamos a estudiar, incluyendo a los dos hermanos. Ezelik se mostró interesado con las artes marciales, por lo el joven médico lo aceptó como su alumno. Se puede decir que los cuatro nos hicimos muy buenos amigos, nos ayudábamos en los momentos cruciales, y peleábamos como  cualquier niño. Ya con trece años se podía decir que me sentía más que bien con ellos a mi lado.

En estos cinco años, pudimos sacar a la mayor parte de la corrupción que mataba a la parte sur del ducado. En este tiempo, mi familia nunca me escribió, o me mandó lo que me correspondía por mes. Simplemente, se olvidaron de mi existencia, pero sabía que en el momento menos esperado llegarían acá para intentar derribar todo lo que me costó construir.

-¡Señorita- Miel!-me habló desde atrás-

Ya con sus 20 años, había construido un hogar en conjunto al maestro. El año anterior habían tenido al pequeño Max.

-Miel, no hace falta que grites. ¿Qué sucede?- practicar la paz interna era algo difícil y aún más cuando las personas estaban en su momento de crisis-

-Princesa, han llegado dos cartas. Una con el título para la familia Lucio y la otra va dirigida a usted, pero es de su casa- el pálido rostro de Miel, demostraba preocupación-

-Está bien, quemá la carta de mi familia, vamos a decir que nunca llegó- dije mientras abría la carta con el título-

-No puede princesa, él es el duque. Además, pueden ser noticias de la capital.-se veía asustada-

Para no angustiarla la abrí. La carta decía lo siguiente:

"Querida Askary,

                             Te escribo hoy con el objetivo de hacerte saber, que dentro de dos días estaremos en casa para ver como has manejado los asuntos del sur. Lamentamos no haberlo hecho con anticipación. Vamos a llegar lo más pronto posible, venimos de dar vueltas alrededor de mundo y no pudimos visitarte.

                              Además, queremos contarte que, posiblemente, tu hermana Elza se canse con su alteza Félix. Lamentamos que estés con el corazón roto por esta noticia, sabíamos cuanto amabas al príncipe, pero las cosas se dieron así.

                             Con cariño, mamá"

-Te lo dije Miel, son noticias irrelevantes. Preparen las habitaciones del sur. Y cuando vengan, quiero que te quedes con el maestro en casa de ustedes, no quiero que ninguno de ustedes salga lastimado. ¿Entendido?- me marché furiosa con mis padres, eran despreciables-

Llamé aún recluta que pasaba por allí.

-Joven- grité para que se acercara-

Él se inclinó con respeto, y parecía algo tenso.

-Necesito que le dé un mensaje al señor Klia Lucio- entregué el papel y me dirigí a organizar una pequeña travesura con mis compañeros de estudio-

Los jóvenes hombres habían madurado y crecido a una velocidad mayor que la mía. Flexv había alcanzado la edad de dieciséis años, y pronto sería su celebración de adulto. El pequeño Vlix, era un año mayor que yo, sin embargo, era el que tenía mayor altura de los tres hombres. Ezelik, había cumplido la mayoría de edad, que es de 17 años. Aunque no era un noble, su familia era adinerada aún más que un noble, por lo que sería una gran celebración.

Lo vi desde lejos, y saber que fueron gente que me había hecho daño de manera indirecta y directa. Aunque los veía y no sentía odios, sentía cariño por cada uno de ellos.

-Ask- llamó Vlix- mientras me entregaba un chocolate que provenía de un país lejano- Es hora de meditar-

-Vlix, acordate que es un noble. Es nuestro deber llamarle por su título- Ezelik interrumpió- Sea bienvenida pequeña princesa- se inclinó-

-Levantate, no es necesario que ustedes tres sean formales conmigo. Además, no vine a meditar, lo voy a hacer esta noche. Vengo a pedirles un pequeño favor, pero creo que el que no va a aceptar es Ezelik- dije provocándole-

Sus ojos se cerraron en forma de sospecha, ya una vez lo habíamos hecho, pero esta vez era totalmente diferente.

-Princesa, espero que no sea lo que estoy pensando- su mano cubrió su rostro en forma de negación-

-Ask, ¿qué es?- preguntó con mucha curiosidad Flixv-

-Dentro de dos días, van a venir mi familia por primera vez. Como se habrán dado cuenta o han oído de rumores. Ellos y yo no nos llevamos bien, y para que se vayan rápido. Necesito que por las noches vayan y molesten las habitaciones como si hubiese fantasmas. Le voy a pedir a mis soldados de confianza que los cubra. Les prometo que por una semana no tendrán que trapear los establos de los caballos.- esperé su respuesta-

Por los ojos brillantes de los Lucio, pude ver que ellos habían aceptado. El único que faltaba, era Ezelik.

-Le doy mi respuesta después de conocerlos.- dijo para luego marcharse-

-¡SOS UN ABURRIDO LIK- gritó el púber de Vlix-

Los dos comenzaron a bombardearme de información, quería que supiera que estarían dispuestos a hacer lo que deseara. Aún se comportaban como niños infantiles.

-Está bien muchachos, Ezelik no es alguien que le sea fácil adaptarse a nosotros. Él hace lo posible, hay que tenerle paciencia. Ahora vayan a bañarse- le mandé antes de que siguieran hablando de más-

Cuando los hermanos se marcharon, podía sentir la presencia de Ezelik.

-No te escondas, entrá- pude ver en mi interior como su flujo era inestable-

Sus pasos eran incómodos e inseguros, no era una faceta normal en él.

-Princesa, ¿no está molesta por esto?- sus mejillas sonrojadas de vergüenza- ¿no está enojada usted?-

Negué, me levanté del suelo y seguí mi camino. No quería molestarle, ni causarle angustia. Aunque deseaba utilizarlo.

El sol que nos alumbraba cayó sobre las montañas, regalándonos un hermoso color fuego sobre el cielo. Las estrellas poco a poco se acomodaban en el infinito, y alumbraban con la esperanza. Le había pedido a Miel y su familia que nos hicieran compañía, tenía la necesidad de hacerlo.

Poco a poco, los invitados se hicieron presentes a la mesa. Los hermanos nos miraban con curiosidad intentando que sus padres no les regañaran.

-Me honra saber que las familias que me han visto crecer, y que respeto me hagan compañía esta noche. Como verá, no todos pueden sentarme en mi mesa. Lo que significa que mi estima y confianza en ustedes es ilimitada- los hombres se levantaron de sus mesas y ofrecieron un brindis agradeciendo- Como me han demostrado que son capaz de llevar a cabo tareas desde la oscuridad. Le concedo el honor al señor Lucio Klia de tener el título de Vizconde-

El padre Lucio estaba atónito al igual que su familia. Era algo que quería hacer tiempo atrás, sin embargo, debía de evaluar su rendimiento y lealtad.

-De parte de la familia Lucio, le estamos más que agradecidos, princesa- sus rostros estaban tocando el suelo-

-Por favor, pónganse de pie. Son de mi mayor confianza y no deseo que hagan actos en donde se vean comprometidos. Ahora tienen toda la libertad de poder dejar su nombre o  cambiarlo-  palmee su brazo para luego volver a mi lugar-

-Maestro, viste mi interior desde el primer día. Fuiste capaz de ayudarme hasta este punto y darme todas las herramientas posibles para hacer de este lugar, próspero y casi libre de corrupción. Por tus méritos,  te concedo el honor de ser el Conde de este lugar.- con timidez de niño aceptó-

Demostrando que era capa de poder lograr todas la cosas de acuerdo con lo cometido. Como Miel antes era mi sirvienta, ahora pasaba a ser mi dama de compañía y la posible nana de mis hijos.

Medianamente, tenía todo solucionado, ahora debía de darle algo a Ezelik.

-Como nobles, es fundamental que gocen de dinero. A cada uno les he dejado un depósito en sus cuentas en el banco. Allí pueden utilizarlo de acuerdo con las necesidades, como he dicho antes. Si no saben como administrarlo de manera adecuada. Tengo personal que los pueden instruir. Ahora, comamos- sonreí para finalizar el monólogo-

Era tan agotador tener que hablar tanto.

-Le agradecemos su nobleza pequeña princesa- corearon-

A escondidas, fui hasta el regimiento Azul. Mi compañera de espadas, Vloy, me esperaba. Era el momento del entrenamiento nocturno.