En las calles grises de Londres, Jannia, una joven y ambiciosa empresaria, se encuentra sumida en un abismo de dolor y odio después de ser víctima de un brutal abuso por parte de desconocidos. Con su mundo derrumbado, Jannia jura vengarse de aquellos que la han destruido. Sin embargo, a medida que se adentra en su búsqueda de justicia, se encuentra con un camino inesperado: el amor. ¿Podrá Jannia encontrar la paz y el amor en medio de su sed de venganza, o las sombras de su pasado la consumirán por completo?
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Capítulo 12: Ecos de Inseguridad
El bullicio de la comisaría contrastaba con el silencio que llenaba la oficina de los agentes Ryan y Erick. El escritorio estaba cubierto de papeles, fotos y archivos relacionados con el caso de Jannia, y la atmósfera estaba cargada de tensión y expectativas.
Ryan revisaba meticulosamente los resultados de las pruebas de ADN. Los documentos estaban llenos de detalles técnicos, pero el mensaje era claro: el semen encontrado en la escena no coincidía con ningún perfil en la base de datos nacional. Esta noticia era tanto un obstáculo como un desafío.
—A veces me pregunto si la verdad está a nuestro alcance o si se esconde en un rincón oscuro —comentó Ryan, con un tono que mezclaba frustración y determinación.
Erick, que estaba sentado frente a una computadora revisando los registros de llamadas y mensajes, asintió mientras leía la información. Había pasado horas tratando de rastrear cualquier dato útil en los teléfonos de las personas involucradas.
—Hemos revisado todas las llamadas y mensajes de Jannia y Yulian, pero no encontramos nada que nos lleve a un culpable directo —dijo Erick. —La llamada de emergencia que hizo Jannia está registrada, pero no hay más información que nos indique algo concreto sobre su atacante.
De repente, el teléfono de Ryan sonó, interrumpiendo la conversación. Era una llamada de Hanna, quien había solicitado una actualización sobre el caso. Ryan respondió, notando la preocupación en la voz de Hanna.
—¿Cómo está el caso de Jannia? —preguntó Hanna, claramente ansiosa por obtener noticias.
—La situación sigue siendo complicada —respondió Ryan. —Hemos estado trabajando en las pruebas y revisando toda la información disponible. Sin embargo, hasta ahora, no hemos encontrado coincidencias en la base de datos de ADN y las llamadas no nos han proporcionado pistas claras.
Hanna suspiró, el sonido de su respiración era una mezcla de desesperanza y determinación. —¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? Quiero asegurarme de que se haga justicia para mi hermana.
Ryan se tomó un momento antes de responder. —Lo más útil en este momento sería cualquier información adicional que pueda proporcionar sobre la noche del incidente. Aunque tenemos algunos datos, cualquier detalle que pueda parecer insignificante podría ser clave.
—Lo haré —prometió Hanna. —Voy a revisar todo lo que pueda y te mantendré informado.
Colgó y Ryan se volvió hacia Erick, que estaba concentrado en la pantalla del ordenador. El joven agente levantó la vista y vio la expresión pensativa de su colega.
—Parece que Hanna está desesperada por ayudar —comentó Erick. —Creo que deberíamos centrarnos en los detalles de la fiesta y las personas presentes. Puede que algo nos esté escapando.
Ryan asintió. —Sí, es una buena idea. Volvamos a revisar todo lo que tenemos sobre el anfitrión de la fiesta, Liam, y el tal Yulian. Tal vez haya algo que hayamos pasado por alto.
Revisaron nuevamente los informes sobre Liam y Yulian. Liam había sido uno de los primeros en abandonar la fiesta, y su coartada parecía sólida. Yulian, por otro lado, había estado en el hospital y no parecía tener una conexión directa con el caso, pero su relación con Jannia seguía siendo un punto de interés.
—¿Qué tenemos sobre Yulian? —preguntó Ryan, mirando los documentos relacionados con el joven.
—Lo que sabemos es que Yulian estaba interesado en Jannia y que se quedó en la fiesta después de que Liam y sus amigos se fueran —respondió Erick. —Pero su versión de los hechos es confusa y, por lo que parece, también fue víctima de un ataque. Su testimonio no ha sido muy claro.
—Podríamos intentar hablar con él nuevamente —sugirió Ryan. —Quizás con un enfoque diferente, podamos obtener más información.
Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, Hanna estaba en su apartamento revisando las fotos y notas que había reunido sobre la noche en cuestión. La imagen de Jannia y sus interacciones en la fiesta eran un rompecabezas que parecía desmoronarse. De repente, una nota en el borde de una de las fotos le llamó la atención.
Era una pequeña anotación sobre una conversación que Jannia había tenido con alguien en la fiesta, pero el nombre no coincidía con ninguno de los presentes en la lista que Hanna tenía. Decidió llamar a Ryan para compartir el nuevo detalle.
—Ryan, creo que encontré algo —dijo Hanna con un tono de urgencia. —Hay un nombre que no se menciona en la lista de invitados, pero parece relevante. Tal vez pueda ser una pista.
Ryan le agradeció y le pidió que le enviara la información lo antes posible. Una vez colgada la llamada, Ryan y Erick revisaron la nueva pista. El nombre era de alguien que aparentemente tenía una relación con uno de los amigos de Liam.
—Esto podría cambiar las cosas —dijo Ryan. —Vamos a investigar a esta persona. Si está relacionado con el círculo de Liam, podría tener información que necesitamos.
Erick asintió, comenzando a buscar información sobre la persona mencionada. Mientras tanto, Ryan organizó una reunión para hablar con Yulian una vez más, esperando que este nuevo detalle pudiera aportar claridad a la situación.
La investigación seguía su curso, pero cada pequeño descubrimiento acercaba a los agentes a desentrañar el misterio. La búsqueda de justicia para Jannia era un camino lleno de obstáculos, pero la determinación de Hanna, junto con el esfuerzo de Ryan y Erick, mantenía viva la esperanza de que la verdad finalmente saldría a la luz.
El caso de Jannia estaba lejos de resolverse, pero la búsqueda de justicia y la promesa de encontrar a los responsables seguían siendo el motor que impulsaba cada acción, cada investigación y cada llamada de esperanza.
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