En una bulliciosa estación de tren, Clara y Daniel se cruzan por primera vez, y en ese instante mágico, ambos sienten que han encontrado algo especial. Clara, una joven soñadora con grandes aspiraciones, se siente atrapada en una rutina diaria que no refleja sus verdaderos deseos. Daniel, un hombre enigmático con un pasado complicado, busca redención y un nuevo comienzo.
A medida que sus caminos se entrelazan, descubren que el amor a primera vista no es solo un cuento de hadas, sino el comienzo de una profunda conexión que desafía todas las expectativas. Juntos, deben enfrentar las barreras que se interponen en su felicidad: secretos del pasado, diferencias de objetivos y las presiones de un mundo que no siempre es amable con el amor verdadero.
A través de momentos de alegría y adversidad, Clara y Daniel aprenden que el verdadero amor requiere más que un primer encuentro.
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Capitulo 5: Primeras Impresiones
Clara estaba nerviosa mientras se preparaba para la primera reunión formal con los padres de Daniel. Habían hablado de llevar su relación al siguiente nivel, y conocer a su familia era un paso significativo. Mientras se vestía con un elegante vestido azul, sus pensamientos estaban llenos de dudas e inquietudes.
Daniel, por otro lado, estaba tratando de calmar sus propios nervios. Había hablado mucho sobre Clara con sus padres, pero nunca había presentado a una novia tan especial antes. Sabía que era importante para ella sentirse bien recibida, y deseaba que todo saliera perfecto.
—¿Estás lista? —preguntó Daniel, acercándose a Clara con una expresión de apoyo.
—Creo que sí. Solo espero que les guste —respondió Clara, intentando ocultar su ansiedad.
—Les gustarás, estoy seguro. Solo sé tú misma —dijo Daniel con una sonrisa tranquilizadora.
Con una última respiración profunda, Clara y Daniel se dirigieron hacia la casa de los padres de Daniel, que estaba en un barrio tranquilo y pintoresco. Al llegar, Daniel le dio la mano a Clara con una mirada de complicidad.
—¿Lista? —preguntó, abriendo la puerta.
—Lista —respondió Clara, apretando su mano.
La casa era acogedora y estaba decorada con un estilo clásico y elegante. La madre de Daniel, Laura, los recibió en la puerta con una cálida sonrisa.
—¡Hola, Daniel! ¡Hola, Clara! —dijo Laura, abrazando a su hijo y luego extendiendo la mano hacia Clara—. Es un placer conocerte finalmente.
—El placer es mío —dijo Clara, intentando sonar natural mientras estrechaba la mano de Laura—. Gracias por invitarnos.
Laura guió a Clara y Daniel hacia el salón, donde el padre de Daniel, Roberto, estaba esperando. Roberto se levantó al verlos, con una expresión amable.
—Hola, Clara. Soy Roberto, el padre de Daniel. Es un placer conocerte —dijo, ofreciendo un apretón de manos firme pero amistoso.
—Hola, Roberto. El placer es mío —respondió Clara, sintiendo que su nerviosismo comenzaba a calmarse.
Después de las presentaciones, Laura llevó a Clara y Daniel a la mesa del comedor, donde había preparado una cena exquisita. La conversación comenzó con temas ligeros, y Clara empezó a sentirse más cómoda a medida que interactuaba con la familia de Daniel.
—Así que, Clara, ¿cuál es tu carrera? —preguntó Roberto, mostrando interés genuino.
—Estudio literatura. Me encanta escribir y leer. Estoy trabajando en un proyecto personal que me tiene muy entusiasmada —respondió Clara, notando cómo el interés de Roberto se mantenía.
—Eso suena fascinante —dijo Laura—. Daniel ha mencionado lo apasionada que eres por tus estudios. Es genial ver que se dedica a lo que le gusta.
La cena transcurrió sin contratiempos, con Clara y Daniel disfrutando de la comida y de una conversación animada. Clara logró conectar con Laura y Roberto a través de historias y experiencias compartidas, y pronto se dio cuenta de que sus preocupaciones iniciales eran infundadas.
Cuando la cena llegó a su fin, Laura se levantó para servir el postre, y Daniel aprovechó para hablar a solas con Clara.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Daniel, mirando a Clara con preocupación.
—Mucho mejor de lo que pensaba —respondió Clara con una sonrisa—. Tus padres son maravillosos. Me hicieron sentir muy bienvenida.
—Me alegra escuchar eso —dijo Daniel, dándole un suave beso en la mejilla—. Gracias por venir. Significa mucho para mí.
La velada terminó con un cálido ambiente, y al despedirse, Laura y Roberto expresaron su entusiasmo por ver a Clara nuevamente.
—Ha sido un placer conocerte, Clara. Espero que podamos pasar más tiempo juntos —dijo Laura, abrazándola de nuevo.
—Igualmente —respondió Clara, sintiendo una sensación de alivio y gratitud.
Mientras salían de la casa, Daniel tomó la mano de Clara y le dio un apretón reconfortante.
—Lo hiciste genial —dijo—. Estoy muy orgulloso de ti.
Clara sonrió, sintiendo que el encuentro había sido un éxito. Sabía que este era otro paso importante en su relación con Daniel, y el hecho de que todo hubiera salido bien la hacía sentirse aún más optimista sobre su futuro juntos.