Casada Por Error

En la casa de María

—Listo, llegamos— Dice Juan estacionando el auto

—Por fin, manejas muy lento hombre—Dice Sarita bajándose del auto

—Mira quien habla— Dice Juan

Juan baja del auto y le abre la puerta a Raquel para ella se baje del auto.

—Permiso— Dijo Raquel apartando a Juan

—De nada— Dijo Juan sarcásticamente

—Josué, que haces aquí, no estabas en el hospital?— Pregunto Sarita

—Sí, pero la señorita María me dijo que me viniera a descansar, de todos modos, Mateo está ahí— Dijo Josué

—Esta bien, nosotras también vamos a descansar, más vamos a ir a ver a Maria— Dijo Sarita

—Yo las voy a llevar, me avisan cuando estén listas

—Sí, nosotras te avisamos Josué, ve a descansar— Dice Livia

—Con permiso señorita— Dice Josué retirándose

—Pasen por favor— Dice Juan abriendo la puerta de la casa para que Raquel y Roberto entren

—En serio, gracias por dejar que nos quedemos en su casa— Dice Roberto dándole la mano a Juan

—No te preocupes. ¡Martita!— Dice Juan

Martita es la que se encarga de la cocina, la que se encarga de que está familia no se muera de hambre. Se encarga de la limpieza de la casa, obviamente no lo hace sola, lo hace con otras chicas de limpieza.

—Dígame señor— Responde Martita saliendo de la cocina

—Muestrales a los señores la habitación de visitas por favor— Dice Juan

—Claro que si señor, por aquí por favor

En la tarde

—Josué, vamos para el hospital, quiero saber cómo está Maria— Dice Livia

—Claro que si señorita, Jimena y Sarita, no vienen con usted?— Pregunta Josué

—No, fui a sus habitaciones para preguntarles si quería venir conmigo, pero estaban profundamente dormidas, y ni hablar de Juan, estaba roncando. Van a ir mañana yo creo, vamos, no quiero que cuando llegue al hospital ya la otra este dormida, quiero hablar con ella

—Como no señorita, vámonos, voy a ir sacando el auto

—Esta bien, voy a aprovechar para llevarle unas frutillas a Maria

—Su fruto rojo favorito, ¿verdad?— Pregunta Josué

—Así es, su favorito, para que luego no esté diciendo que no pensamos en ella

—Voy por el auto señorita— Dijo Josué retirándose

—Esta bien— Dice Sarita

En la cocina

—Martita, hermosa, preciosa, me empacas unas frutillas, para llevárselas a Maria

—Enseguida mi niña— Dice Martita —Tome niña, dígale a Maria que le mando saludos, y que la quiero mucho

—Gracias Martita, yo le digo a Maria, nos vemos más tarde

—Suerte señorita, me informa cualquier cosa por favor

—Le prometo que la mantengo al tanto de todo, nos vemos Martita

—Nos vemos mi niña, cuídese

—Adiós— Dice Livia saliendo de la cocina

Fuera de la casa

—¿Lista señorita?— Pregunta Josué

—Lista, vámonos— Dice Livia

En el hospital

—Holis, ¿cómo estás, Mari?, ¿cómo te sientes?— Pregunta Livia

—Hola, estoy bien, y vos, ¿descansaste bien?

—Tuve un sueño increíble— Dice Livia

—Y vos Josué, ¿cómo estás?— Pregunté

—Estoy bien señorita, ¿necesita algo?

—No, gracias, ¿hay alguna novedad?

—No señorita, ninguna novedad, por ahora todo esta tranquilo

—Por cierto, casi se me olvida, te traje frutillas— Dice Livia entregándole las frutillas a Maria

—Gracias, que quieres a cambio— Pregunté poniendo las frutillas en la mesita que tenía al lado

—Nada, ¿por qué crees que quiero algo?— Pregunta Livia

—Porque te conozco— Dije mirándola

—Bien, es que me invitaron a una fiesta, y te quería pedir permiso

—Ya sabía yo— Dije

—Andale, solo va a ser un ratito, prometo que no me va a pasar nada, me voy a cuidar— Dice sentándose al lado de María

—¿Las chicas van a ir con vos?— Pregunté

—No, ellas están cansadas, dijeron que no querían ir

—No te puedo dejar ir sola— Dije

—Andale, solo es un ratito— Dijo Livia agarrando la mano de María

—Esta bien, está bien, pero te vas con Josué— Dije

—Gracias, te quiero mucho hermanita hermosa— Dice dándole un beso en la mejilla

—Pero solo un rato, y dejá prendido el celular— Dije

—Esta bien, ¿y Alex? A dónde se fue— Preguntó Livia

—Fue a la cafetería— Dije

—Esta bien, nos vemos hermanita, que te mejores, y cómete las frutillas

—Sí, sí, te cuidas Livia

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—Sí, te lo prometo, además voy a ir con Josué, chau. Te espero en el auto Josué

—Esta bien, señorita

—Chau— Dice Livia saliendo de la habitación

—Josue, no quiero que te le despegues, ni por un minuto

—No se preocupe señorita, la voy a cuidar con mí vida

—Ya llegaron los hombres de Argentina?

—Si señorita, ya se encuentra en la casa

—Llevate a algunos de los hombres contigo

—Entendido

—Por cierto, ¿pudiste encontrar los documentos?— Le pregunté

—Sí señorita, los documentos están guardados en la casa, y aquí está la computadora— Dijo Josué

—Gracias Josué, no sé que haria sin ti

—De nada señorita

—Te encargo a Livia, cuídala

—No se preocupe, le prometo que va a regresar sana y salva

—Tu también cuídate Josué, estate muy alerta, y ya vete, no vaya a ser que Livia se desespere y se vaya sola, nos vemos después

—Nos vemos señorita— Dice Josué

—Nos vemos— Dije

—Hola Josué— Le dice Alex a Josué mientras entraba a la habitación

—Hola señor, con permiso— Dice Josué saliendo de la habitación

—¿Todo está bien?— Pregunta Alex

—Sí, todo bien, Livia vino a traerme unas frutillas y a pedirme permiso para ir a una fiesta— Dije mientras me levantaba un poco de la cama

—¿No es peligroso que salga a una fiesta en este momento?— Pregunto Alex

—Sí, pero tampoco va a dejar de vivir su vida únicamente por esto, además se fue con Josué y unos hombres más, va a estar bien

—¿Y tu?, ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?— Pregunta Alex

—Un poco mejor, no veo la hora de irme de aquí

—¿Tan mala compañía soy?

—No, claro que no, al contrario, eres una muy buena compañía, pero no me gusta estar mucho tiempo en un solo lugar, pero bueno, que se hace

—Solo espera unos dias más, ya después puedes hacer lo que quieras

—Espero tanto ese momento, ya hasta se me paralizaron las piernas, de estar tanto tiempo acostada en esta cama

—Me imagino— Dice mientras sonríe

—¿Que hora es?

—Las 20:30— Responde Alex viendo su reloj

—Me pasas en control de la tele porfa

—¿Que vas a ver?

—Una telenovela

—¿Telenovela?

—Sí, ¿que tiene?— Pregunté viéndolo

—No, nada, solo que, nunca pense que mirabas telenovelas

—¿Por que?

—Porque, normalmente las mujeres mayores miran telenovelas

—No hace falta ser una mujer mayor para ver telenovelas, además, vos vas a ver la telenovela conmigo

—¿Yo?— Pregunta Alex viendo a Maria

—Si vos— Digo mirando a la televisión para después voltear haciendo que quedemos cara a cara

—Pues para mí es un gusto mirar una telenovela con mí esposa

—Si bueno, vení, sentate acá

—Como ordene, ¿cómo se llama la telenovela?

—"Mí corazón es tuyo"— Dije

—Eso ya lo sabía— Dijo sonriendo mientras miraba a Maria

—Que así se llama la telenovela hombre— Dije mirándolo

—Esta bien, está bien— Dijo mientras ponía su brazo al rededor de María

—Aca está, ya empezó— Dije feliz

—¿Ves está telenovela con tus hermanas?

—No, a ellas no les gusta mirar esto, siempre veo sola la telenovela

—Pues de ahora en adelante no vas a volver a ver sola la telenovela, yo la voy a ver contigo

—Ya lo veremos— Dije sonriendo mientras lo veía a los ojos

Después de unos días

En el hospital

—Y doctor, ¿cómo se encuentran Maria?— Pregunta Juan

—Mucho mejor, su recuperamiento ha sido rápida— Dice el doctor

—¿Cuando me podria ir?— Pregunté

—Hoy mismo, voy a autorizar tú salida

—Muchas gracias doctor, gracias por salvar a mí hermana— Dice Juan

—Es mi trabajo, aunque, en las condiciones que llegó, debí de haber llamado a la policía, pero el joven de afuera, Josué, creo que es su nombre, me dijo que no lo hiciera

—Y le agradezco por no hacerlo, este es un caso muy delicado— Dije

—Bueno, en cuanto esté autorizada la salida, les aviso— Dice el doctor

—Esta bien, de nuevo, muchas gracias doctor— Dice Alex

—No es nada, nos vemos— Dice el doctor saliendo de la habitación

—Y, ¿cómo están los invitados?, ¿se están llevando bien?— Pregunté

—Ni tanto, perdoname Alex, pero tu hermana es muy quisquillosa, no le gusta nada, la otra vuelta, Martita casi le da con la sartén en la cabeza, de no haber sido por su esposo, tu hermana ya estaría internada aqui en el hospital

—Yo sabía que no era buena idea que ella estuviera ahí— Dijo Alex —La voy a llevar a un hotel, no se preocupen

—No, no es necesario, de igual manera no es conveniente que se valla, Javier la podría encontrar, y bueno...la podría matar— Dije

—Lo conveniente es que se quede en la casa— Dijo Juan

*Tocan la puerta*

—Adelante— Dice Jimena

—Permiso, buenas tardes

—Señor pre...— Dice Sarita sin terminar de hablar

—Señor presidente—Dije sorprendida