Minnie Watson es una hermosa heredera, deseada por muchos, pero poco le importaba esto a ella, lo único que quiere es que su padre se sienta orgulloso de ella ya que el vive amargado por no haber tenido un hijo, por el contrario tuvo dos hijas, desde pequeña Minnie se esforzó por hacer todo por su padre, seguir su ejemplo, estudiar para manejar la empresa de la familia, esto hasta que su padre la obliga a casarse con el millonario Ronald Green para unir empresas, pero lo que ella pensó que sería un matrimonio infeliz, se vuelve un matrimonio muy beneficioso para ambos.
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Nuestra última cita
Decidí no decirle a Ronald sobre el encuentro con esa bruja, pero también me repetí varias veces a mi misma que no debía dolerme ninguna de esas palabras, que no debía hacer reclamos, me repetía una y otra y otra vez que este matrimonio era falso, que solo era un matrimonio por negocios, decidí concentrarme en el trabajo los próximos días, pues una de mis metas era demostrarle a mi padre que aunque el puesto que tenía me lo había dado obligado, yo lo merecía desde hace mucho, en estos días de hecho había recibido elogios por mi trabajo aunque aún no de mi padre, y el estupido de Daniel trataba de burlarse de mi ya que segun el mi "noviecito" me habia regalado el puesto, dejo de hacerlo cuando le recorde que ahora yo era su jefa y podia despedirlo si asi lo quisiera, aunque lamentablemente no habia logrado que dejara de coquetearme, Ronald me llamaba todos los días y yo trataba de actuar indiferente y aunque el me preguntaba si algo me pasaba yo siempre lo negaba y solo le decía que tenia mucho trabajo y es que aunque el me tenia presa de sus encantos quería resistirme pero era muy difícil, faltando tres días para la boda, recibí una llamada a primera hora de la mañana de él, de Ronald.
-Hola hermosa, te he extrañado mucho estos días, no permitiré que te alejes más de mí -me dijo con su voz seductora y encantadora.
Yo sentí que todo se me movía, pero mí terapia de aversión era recordar aquellas palabras de Emma y todo sobre el matrimonio falso.
-Hola Ronald, sabes que el trabajo me quita mucho tiempo ultimamente -le mencione.
-Si, si, si -me respondió- respeto tu amor y entrega por el trabajo linda, pero hoy es mi día, te recogeré a la salida del trabajo y no puedes decir que no, adiós hermosa -y colgó.
-¡Mierda! - exclamé, no quería verlo antes de la boda, sabía que si lo vería más rodillas temblarían y me rendiría ante el, traté de volverlo a llamar varias veces, pero no me respondió ninguna llamada, también trate de llamar a Harry y tampoco respondió ninguna de las veces, después de un par de llamadas, me rendí y continúe mi trabajo tratando de concentrarme, llegando el momento de salir, me aliste un poco más de lo normal y pensé si no esta en este momento me iré directamente a mi casa, para mi mala suerte (o buena, como lo quisiera ver), ya estaba afuera esperando, lucía tan guapo como siempre e incluso sentia misterio y rebeldia en su aura, creo que solo veía este tipo de bélleza en libros y películas, me le acerque lentamente, mientras el me sonreía ampliamente.
-Hola -le dije tímidamente al hombre frente a mi.
Él no dijo nada, simplemente tomó mi cara fuertemente, con sus manos y me acercó sus labios, me beso tan intensamente, me sentí tan bien, era experto en estos de los besos, lo sabía hacer, me dejaba totalmente embriagada y queriendo mas.
Se separó de mí y me hizo entrar en su auto, luego él subió.
-Vamos a mi casa, nena -por lo menos conocerás mi departamento antes de que me mude mañana, ¿tú ya llevaste todo a nuestra nueva casa? -me pregunto.
-Si, ayer mi hermana y yo llevamos casi todo -le respondí hace unos dias habiamos empezado a organizar todo en la nueva casa, aunque cada uno por su lado y debía admitir que llevar mis cosas a nuestro nuevo hogar había sido maravilloso y un poco romántico.
-Perfecto amor -me respondió, durante el resto del camino se quedó en silencio, me ponía un poco nerviosa estar con él, en su departamento de soltero, cuando llegamos me hizo pasar y era un gran departamento, elegante, pero sencillo, muy hermoso y moderno, me dijo que había pedido algo de comida china, la sirvió en platos junto con copas de vino y nos sentamos, lo que pensé que sería una comida incómoda se transformó en todo lo contrario, Ronald comenzó a contarme sobre su trabajo, me preguntó por el mío, me contó un poco sobre su familia y pregunto por la mía, amaba que se interesera por todo lo que conformaba mi vida, hasta briandamos porque esta seria nuestra ultima cita antes de la boda, la conversación fue tan agradable que no me di cuenta cuando terminamos la cena, sirvió dos copas de vino y nos sentamos en los sillones.
-Ahora si, me dirás por qué has estado actuando tan extraño en los últimos días -dijo él.
-Para nada Ronald, te lo dije, mucho trabajo -le mentí.
-No amor, a mí no me mientes, cuéntame -insistió.
Después de pensarlo por unos segundos, suspiré y le conté todo lo que había pasado con Emma.
-Ay amor, cuanto lo siento, Emma tiene algunos problemas y nunca pudo aceptar el tipo de relación que teníamos -me dijo- te lo prometí Minnie y lo voy a cumplir, desde el momento que te conocí has sido la única para mí y así va a ser por siempre -me dijo
Enserió quería creerle pero no sabía que hacer, así que solo me dedique a asentir y a mirarlo, me sentí tan emocionada al mirar su rostro perfecto, masculino y malvado, que sin pensarlo me lance contra el y comencé a besarlo, el me respondió, y me beso aún más apasionado, comenzó a tocar mi cuerpo y a acariciarlo y yo hice lo mismo con el, su cuerpo era duro y fuerte, me excitaba muchísimo, estaba siendo débil lo sabía, pero me dejé llevar por mis instintos animales, Ronald comenzó a besar mi cuello, mientras bajo sus manos a mi trasero y lo masajeaba, me estaba entregando por completo a el, cuando paro de repente.
Me encantas amor y amaría seguir con esto, pero no eres cualquier mujer, serás mi esposa y haremos todo lo que queramos después de la boda -me dijo con la voz agitada- vamos te llevaré a tu casa.
Me sentí muy decepcionada y un poco rechazada, pero después mientras íbamos en el auto pensé que era lo mejor, recordé a Emma, sus palabras y todo sobre el matrimonio por contrato, quien sabe a cuántas mujeres habrá seducido en ese mismo apartamento.