MATRIMONIO POR CONVENIENCIA

— No, no, me estas malinterpretado.

— ¿Qué es lo que estoy encontrando mal?

Me apresuré a terminar de bajar las escaleras, no quería que papá supera esto, ya demasiado tiene en la mente, solo me faltaba dos escalones, cuando mi padre apareció saliendo de su despacho, que estaba muy cerca de la sala principal, tenía mala cara, así que debo imaginar que lo había escuchado todo.

— Dylan, eres un hombre inteligente, la razón por la que te dejo casar con Zara, no es por el negocio, sino por qué creo que eres un buen hombre y te aprecio mucho. Por el bien, de nuestras familias te pido que, olvides las palabras de mi esposa, he llegado a pensar que ella a perdido la razón.

— No estoy loca, solo quiero que las cosas estén en el lugar que pertenecen, además Zara no es como Jenny, como se puede Dylan enamorar de ella, es mejor que debemos las cosas claras desde ahora, así que cuando Jenny regrese, todo puede volver a la normalidad.

— ¡Cállate!, ¡Sí vuelves a mencionar estas palabras locas tuyas!, ¡Me divorcio!

— Eh.

Se dejó caer al sofá, y no volvió abrir la boca, ella lo sabe, que papá es el de familia rica y de la alta sociedad y que su familia no tiene el mismo estado, si papá se divorcia la echaría a la calle, y nadie vería por ella, se quedaría sin nada.

— Ya terminaron el espectáculo de hoy, podemos irnos, tengo hambre, hola papá.

— Mi niña, que linda estas en esa ropa, ya Pareces una adulta.

— Papá, siempre soy tu niña, ¿dónde esta Jimmy?

— Fue al centro comercial, por fin salió a trabajar.

— Señor, llevaré a Zara a comer conmigo, nos veremos más tarde.

— Adiós chicos.

La personalidad de mi padre es igual a la mía, puede cambiar dramáticamente en poco tiempo, Dylan me agarro de un brazo y salió conmigo casi arrastras, todavía seguía muy enojado, cuando llegamos al auto me abrió la puerta, después que subí, la cerró, dio la vuelta, entró al auto, cerró la puerta y arrancó, después de unos minutos en movimiento comenzó hablar.

— Mi madre me dijo que la situación en tu casa era mala, pero nunca me dijo que tu madre tenía estos pensamientos tan retorcidos.

— Ella se ha salido de control últimamente no le prestes atención.

Se quedó en silencio un rato meditando, luego me dijo,

— Actúas como si no te importara, ¿por qué?

— Supongo que ya lo sabía desde siempre, que ella solo quiere a Jenny, y que no le importa sacrficanos a nosotros tres por el bien de ella misma, y de Jenny, así que ahora que a puesto en palabras lo que yo sabía, no me sorprende en realidad.

La conversación se corto ahí, Dylan se dedico a conducir, todavía tenía mala cara, pero que se le podía hacer, ahora estos espectáculos han ocurrido todos los días, no se que hará, ahora que papá amenazó con el divorcio, no creo que eso la detenga, solo buscará otra forma de seguir con eso, es lamentable que una madre se conporte como una demente por el bien, de una mala hija, que destruyo la paz familiar.

Llegamos a un restaurante, era el más exclusivo de la cuidad y claro propiedad de los Smith, es como nuestros centros comerciales y tiendas están en todas partes, los restaurantes y hoteles de los Smith también.

De inmediato, Dylan se bajó, y me abrió la puerta, le dio la llave a un empleado, y me tomó de la mano para entrar, viendo esa escena parecíamos una pareja real, el restaurante era elegante por dentro, yo no había ido nunca, no soy de las que come fuera amenudo, me gusta comer en casa, con Jimmy y papá.

Nos dieron una mesa, que al parecer esta reservada para nosotros en una área privada, Dylan me ayudo con la silla, yo me senté y luego él, un mesero trajo pan y una salsa de la casa, y nos dio el menú, yo tenía hambre, no había comido nada desde la pasta en el restaurante del hotel, así que incluso ese pan se veía apetecible para mí.

— ¿Tienes hambre?

— Sí.

— Por favor traiga una bandeja de quesos y jamón ibérico, con pan al ajo, por el momento y agua.

— Sí, señor.

El mesero salió casi disparado a hacer la orden, yo supongo, que el pedido no durará mucho en llegar. Comencé a mordisquear el pan de la canasta para engañar el estómago un rato, no me di cuenta, cuanta hambre tenia hasta que me pusieron este pan en los ojos.

— Te tarje aquí, por qué quiero hablar de algo, serio y a solas contigo.

— ¿Qué cosa?

— De nuestro matrimonio.

— Que pasa con eso, te estas arrepintiendo, y quiere esperar a Jenny o algo así.

— ¿Parezco ese tipo de hombre sin vergüenza y sin personalidad?

— No, pero las personas no siempre son lo que muestran ser.

Estaba más furioso que antes, respiro profundo, no quería iniciar una pelea por el momento, el mesero llegó con una exquisita bandeja de quesos y jamón ibérico, más el pan al ajo, y algunos otro acompañantes, lo puso sobre la mesa, luego sirvió el agua en las copas, yo de inmediato tomé mi plato, y con el tenedor, puse unas cosas en el plato y comencé a comer, estaba muy rico, en lo que Dylan me miraba me comí media bandeja.

— Eres de buen apetito, por lo que veo.

— Comer es uno de los placeres de la vida, además que somos muy privilegiados, podemos comer lo que queramos por qué nacimos en familias pudientes, entonces por qué limitarse a comer ensalada.

— No te da miedo engordar.

— Hago ejercicio aunque no me gusta sudar, pero me he adaptado, además no subo de peso fácilmente, por qué mi metabolismo es muy rápido.

— Entiendo.

— Entonces, que es lo que quieres discutir sobre este matrimonio, no esta todo, claro, es por el bien de las relaciones comerciales familiares, prácticamente conveniencia de ambas partes.

Se quedó meditando un momento, quizás estaba buscando la forma de decirme, que este matrimonio será un acto, que nada que ver el uno con el otro, pero estas cosas yo las esperaba, así que no entiendo, por qué no dice lo que tenga que decir y ya.

— Este matrimonio, será de verdad, no es un acto, ni nada así, eso es lo que quiero que entiendas desde ahora.

— ¿Qué cosa?

Me quedé atónita, esperaba que me dijera muchas cosas menos eso, como que de verdad, ¿qué quieres decir con eso?