Tras una muerte trágica, Sofía recibe una nueva oportunidad para corregir el pasado. En su vida anterior, fue despreciada por sus padres, que preferían a su hermana adoptiva, y traicionada por el hombre que amaba, responsable de su final.
Decidida a ser feliz, Sofía dejará todo atrás y valorará a quienes la amaron de verdad en ambas vidas.
Ella, una mujer plus size. Él, un hombre mayor y con discapacidad. Ambos rechazados por la familia y el mundo.
Mientras quienes los lastimaron se encaminan a la ruina, Sofía y Rafael avanzan juntos hacia el éxito y un gran amor.
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Capítulo 23
Verónica palideció de repente. Sabía que fuera de Fontes Associados no conseguiría entrar en ninguna empresa de renombre, pues en realidad sus habilidades como arquitecta eran casi inexistentes.
Ella no necesitaba el trabajo, pues conseguía una buena mesada manipulando a los padres de Sofía, pero ella quería el éxito, ser famosa y reconocida y mejor aún, ella quería probar que era mejor que Sofía en todo.
Ser despedida de Fontes Associados significaba que ella había perdido ante Sofía y eso, ella no podía aceptar.
El clima del sector de arquitectura se tensó, todos temían por sus empleos.
Verónica se rompía la cabeza para pensar en una solución, en realidad, ella no sabía casi nada de arquitectura. Solo pasó en la facultad pues sus padres obligaban a Sofía a hacer sus trabajos y a ayudarla a copiar en las pruebas.
Sin robar el trabajo de Sofía, ella se sentía acorralada y lo peor, Sofía no estaba actuando como antes, manipulable y sumisa. Ni siquiera conseguía que sus padres convencieran a Sofía de ayudarla, no era posible, pues Sofía no volvía a casa hacía casi un mes.
Usando su mejor papel de víctima, ella consiguió que dijeran que Sofía estaba en el sector de contabilidad.
Sofía había acabado de llegar a la empresa, cuando recibió la visita desagradable de Verónica a su mesa.
Verónica miró alrededor, con un aire de superioridad, juzgando el sector de contabilidad.
Ya que allá, las personas eran más calladas y concentradas en el trabajo. No había conversaciones paralelas y todos parecían satisfechos.
— ¡Combina contigo! Aquí solo hay nerds.
Ella puso los ojos en blanco y Sofía paró lo que estaba haciendo para mirarla.
— Sea lo que sea que viniste a pedir, ¡yo digo no!
— ¿¡Pero hermana?! ¡Te necesito mucho! ¡Sé buena, anda! Sabes que soy huérfana y no tengo a nadie más en el mundo además de ti y nuestros padres. Discúlpame sobre lo que dije antes, no importa cómo estás sobreviviendo en los últimos tiempos. Yo solo lo dije porque me preocupé mucho.
Sofía puso los ojos en blanco, recordando que en su vida pasada ella se habría conmovido con Verónica.
Ella siempre usaba el hecho de ser huérfana y no tener a nadie para conmover a Sofía.
— Verónica, puedes parar de fingir, ¿está bien? ¡Yo ya sé que no tienes buenas intenciones! Sé que todo lo que haces es calculado para perjudicarme. Yo no caigo más en ese truco.
Verónica dio algunos pasos para atrás, sintiendo la frialdad de Sofía.
— Es… ¡no! ¡No hables así! ¡Yo estoy muy triste ahora! A mi única hermana no le gusto. Si es así, es mejor no vivir más. ¡Voy a mandar un mensaje de despedida para nuestros padres y voy a matarme! ¡Solo así todo el mundo estará feliz!
Ella dijo y viró de espaldas, fue andando, haciendo su mejor papel de pobrecita.
Pero tras algunos pasos, paralizó y se viró.
— ¿Hermana? ¿Vas a dejar mismo que yo haga eso? ¿Vas a dejar mismo que yo me lastime?
— Si fueras a hacer alguna cosa, ya lo habrías hecho. Ese truco es viejo, Verónica. Tú ya intentaste eso antes.
Sofía lamentó las innumerables veces que cedió a los pedidos de Verónica tras ella amenazar con quitarse la propia vida.
Se recordó todas las veces que fue castigada cuando Verónica fingía que había atentado contra la propia vida y la culpa caía sobre ella.
Ahora ella veía toda la verdad y la verdad es que Verónica era patética.
Verónica gruñó por dentro, clavó las uñas en su palma, sintiendo las puntas entrar en su carne.
Pero ella no desistió, volvió hasta Sofía y dijo:
— Todo bien, a ti no te importo ni un poco. ¿Pero y con Lucas? Él está muy estresado por tu culpa. Si tú me hubieras dado la presentación del proyecto, nada de esto habría pasado. Él puede hasta ser desheredado por tu culpa, ¿sabías? Así él nunca va a gustar de ti.
— ¡Ah, eso sería óptimo! ¿Quieres saber? ¡No te voy a dar más ningún proyecto! ¡Solo así ustedes dos me van a dejar en paz!
— Sofía, ¡yo sé que estás fingiendo! ¡Sé que solo te estás haciendo la difícil para que Lucas corra tras de ti! Pero eso no va a funcionar, sin mi ayuda él nunca va a mirarte. Si me pides disculpas y haces un proyecto mejor que el anterior, me entregas todo bien explicadito y con la presentación lista, ¡yo puedo conseguir que Lucas acepte ir a una cena romántica contigo!
Verónica dijo, con una mirada triunfante, pensó que Sofía nunca iba a recusar, ya que todo lo que ella quiere es que Lucas guste de ella.
Sofía miró para Verónica, rememorando su otra vida. Se recordó que Verónica usó ese truco muchas veces con ella, para que hiciera sus proyectos y ella continuó, mismo después que se casó con Lucas y salió de la empresa para dedicarse a ser solamente esposa de él.
En el tiempo en que quedó casado, pocas veces Lucas estaba en casa y Verónica siempre decía a Sofía que si ella continuara a hacer los proyectos para ella, ella convencería a Lucas a darle regalos o llevarla para cenas románticas.
Pero los regalos que él daba, eran apenas obsequios.
Verónica siempre estaba presente en las cenas románticas y Sofía era siempre dejada de lado.
Los acuerdos nunca eran benéficos para Sofía de verdad.
— ¿Quieres saber la verdad, Verónica? ¡Se las arregla y aprende a hacer los propios proyectos, pues a partir de ahora, yo nunca más voy a hacer nada para ti!
Verónica abrió la boca, sorprendida. Pero luego la frustración y rabia contenida explotó.
— ¡Su zorra, gorda! — ella gritó, dejando su máscara caer — ¡Bien hecho que quedó toda quemada! ¡Yo voy a reír mucho cuando todo el mundo sienta asco de tus cicatrices! Lucas nunca va a amar a ti, ¡nunca!
Ella comenzó a reír, de forma extraña y descontrolada, haciendo que todos del sector la miraran con extrañamiento.
— ¿Qué está pasando aquí? — Alexander llegó, tras oír los gritos.
Tras ver que era Verónica, él ni siquiera preguntó más.
— Señorita Moreira, recuerde que está en un ambiente de trabajo y aquí, no es su casa. ¡Cualquier cosa que diga contra Sofía, puede ser usado contra usted! Y recuerde de una cosa más, usted no consigue manipular a todo el mundo, ¡existen muchas personas que ven exactamente como usted es!