Peter y Marian han estado casados por tres años, pero ella no pudo lograr que el se enamorara de ella, ya que el pensaba que ella era una casa fortunas y el día que menos pensó ella le firmó los papeles del divorcio desapareciendo de su vida y volviendo tres años después para descubrir que aun siguen casados.
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Capitulo 20
El rostro de Amanda era de terror, Marian sabia que su familia tenia algo que ver con lo sucedido esa noche y ya había conocido su temperamento.
-Peter, es un poco tarde, asegúrate de que Marian llegué bien a casa, llévala tu mismo - Iván se acercó a ellos y le ordenó a su hijo
-Si padre – respondió Peter y el rostro de Amanda cambió en un momento
-¡No puedes hacer eso!, yo vine contigo, es a mi a quien debes llevar a casa – uno de los amigos de Peter se acercó y la tomó del collar como si fuera un perro
-Vamos Amanda, yo te llevaré a tu casa – Amanda estaba molesta y le decía barbaridades al hombre sin lograr que la soltara
Sin pensarlo mucho Marian obedeció también a Iván y se fue con Peter, ella no podía rechazar su solicitud en publico y Peter no podía ir en contra de una solicitud de su padre, por lo que obedientemente los dos fueron al estacionamiento juntos.
-Si estas muy ocupado yo puedo irme sola, de todos modos, mi auto está ahí estacionado – le dijo ella cuando ya no había nadie cerca
Las palabras de Marian lo hicieron molestar, ya que siempre que estaban juntos o debían estar juntos ella se alejaba de él hablándole de sus ocupaciones.
-No tengo nada mas que hacer, deja de decir que siempre estoy ocupado, si no quiero hacer algo no lo haré, vamos súbete al auto – ella no dijo mas nada
Solo pensó en los dos años que estuvieron casados, en lo que él nunca estaba en casa y cuando ella lo llamaba él siempre decía que estaba ocupado, aunque estaba pensando en eso no quería discutir acerca del pasado con él.
-No quiero irme contigo – habló ella con frialdad
-¿Vas a irte sola? – en ese momento una voz se escuchó detrás de ellos
-Marian, te he estado buscando, te llevo a casa – Alexander se acercó a Marian ignorando totalmente a Peter
La tomó de la mano y se la fue a llevar de allí cuando Peter habló.
-Alexander, yo puedo llevar a mi esposa a su casa – Marian se volteo a verlo
No creía que después de todo aún recordaba que era su esposa y sabía que solo sentía que su orgullo estaba herido, por eso actuaba de esa manera, ya que no lo recordó cuando llegó con otra mujer al evento.
-No se preocupe señor Martín, no lo voy a molestar de esa manera - Marián aceptó el ofrecimiento de Alexander y se fue con él
Peter se quedó viendo como ella se iba con Alexander, no creía posible que después de tanto tiempo Alexander no se hubiera olvidado de Marián.
-Otro día nos vemos para ponernos al día - le dijo Alexander a Peter llevándose a Marián
Ella se subió en el asiento del pasajero y le agradeció nuevamente a Alexander por ser su salvador esa noche.
-¿Qué pasó entre Peter y tú?, ¿por qué no viniste con él esta noche? - Alexander sabía que ellos se habían casado años atrás, por lo que para él la situación era confusa
-Es una larga historia y háblame de ti, ¿cuándo volviste?, ¿Te quedaras en la ciudad? - comenzó a preguntar Marián
-Llegue esta noche y me quedaré algún tiempo, estoy trabajando con el consejo municipal de la ciudad - Marián estaba asombrada con lo que había logrado
En un principio Marián estaba un poco asustada por la presencia de Alexander, ya que hacía años le había hecho pasar un mal rato y había visto una persona totalmente diferente con una sonrisa radiante, por lo que ahora ella se sentía a gusto con su compañía.
Alexander era cinco años mayor que ella, mientras que Peter le llevaba cuatro años a ella.
-Me disculpo por no haberme despedido de ti antes de irme del país - dijo él
-No te preocupes, era otro momento en el que era joven y tonta - respondió ella honestamente
-Puedo entender que ahora eres mucho más inteligente y que te arrepientes de lo que sucedió en el pasado - preguntó él con una sonrisa en el rostro
-En realidad creo que debí haber manejado la situación de una forma diferente, no debí haberte avergonzado y por eso te pido disculpas - Marián se sentía incómoda con él tema
Ella solo quería pisar el orgullo de Peter, si hubiera sabido que hablarían del pasado no habría ido con el.
-No te preocupes, solo te pido que me aceptes un café otro día como compensación - Alexander se reía escandalosamente al ver lo incómoda que estaba Marián
-Cuando quieras nos tomamos ese café, solo debes decirme donde y cuando - Alexander seguía riéndose de ella
-Mi pequeña ya es toda una mujer - le puso la mano en la cabeza y la despeino un poco
Llegaron al edificio donde vivía Marián y ella volvió a agradecerle antes de bajarse del auto, ella entró y a pesar de eso él se quedó pensando en lo hermosa que se conservaba y en lo madura que se había vuelto.
En lo que el ascensor llegó a su piso ella vio a Peter frente a la puerta del departamento.
-Pensé que pasarías la noche con tu examante - le dijo Peter al verla
-Lo dejamos para otra noche, como acaba de llegar a la ciudad pensamos que lo mejor era que descansara hoy - respondió ella algo molesta
-¿A qué estás jugando Marián? - siguió diciéndole Peter
-Quiero el divorcio y tú solo me retienes evitando que logre mi felicidad - ella lo enfrentó
-No te voy a dejar ir para que seas feliz con otro hombre - los ojos de Peter casi echaban fuego
-Entonces seremos infelices los dos, pero no dejaré de hacer mi vida porque tú no quieres darme mi libertad, me comportaré como lo hiciste tú años atrás - él se puso pálido al escuchar sus palabras
Él la tomó fuertemente y puso sus labios sobre ella, de pronto se sintió preso de la ira porque Marián no le respondió ese beso, era como besar a un maniquí.
-Voy a seguir frecuentando a Amanda las veces que quiera - quería hervirla, pero no conocía a la mujer que tenía en frente
-Está bien, entonces tú tendrás a Amanda y yo aún no he seleccionado quien será mi amante de ahora en adelante - ella le sonrió y como pudo entró al departamento dejando a Peter que explotaba de la rabia
Esa no era Marián la que se había casado con el, esta mujer era una arpía qué no le importaba nada con tal de destruir su ego.