Te Veré En El Paraíso

Rodrigo volvió a besarme, mi corazón estaba fuera de control, sus labios hacían que cualquier miedo desapareciera

Rodrigo: se avecina una tormenta, mira esas nubes, debemos volver!

Elisa: creo que tienes razón además hace un poco de frío.

Reme lo más rápido que pude pero eso no impidió que la lluvia nos empapara.

Elisa: oh por dios está helada (riendo a carcajadas)

Rodrigo: carajo lo sé, lo siento, mira cómo estás temblando

Elisa: no te preocupes me estoy divirtiendo un montón

Llegamos al muelle, até el bote y la tomé de la mano para que bajara, corrimos tomados de la mano hacia adentro de la casa, por alguna razón ella no paraba de reír

Elisa: oh Rodrigo todo esto es tan gracioso, el mejor paseo enbote de mi vida.

Rodrigo: eres tan hermosa Elisa, cuando ríes así haces que pierda la cordura.

La tomé por las caderas y ella sin dudarlo me besó, sus labios temblaban de frío, no quería dejar de besarla pero debia buscarle ropa seca.

Rodrigo: vaya el cielo se está cayendo afuera, que lluvia tan intensa.

Elisa: amo ls lluvia, su olor y el sonido traen recuerdos de mi niñez.

Rodrigo: te parece si te traigo un poco de mi ropa?

Elisa: lo que sea con tal de que este seca, crees que pueda usar el baño para darme una ducha caliente?

Rodrigo: es tu cabaña también ya lo olvidaste?

Sonrió y camino a hurtadillas al baño.

Fui por una de mis camisas y la dejé en la habitación, fui a la cocina y prepare un te de hierbas aromáticas y de ahí entre a otro de los baños a ducharme también.

Cuando termine ella ya estaba en la cocina.

Lucía tan sexy con mi camisa que era difícil concentrarme.

Elisa: me tomé el atrevimiento de servirme un poco de té, toma aquí tienes un poco para ti.

Rodrigo: gracias preciosa, cuando parará de llover, ya es de noche.

Apenas dije eso sonó un trueno muy fuerte y la corriente eléctrica se cortó, todo quedo a oscuras.

Elisa: no dios mío no, Rodrigo dame tu mano por favor (con un miedo descomunal)

Rodrigo: tranquila estoy aquí que pasa?

Elisa: me causa ansiedad la oscuridad por favor no me sueltes.

Rodrigo: calma nena, estoy contigo no voy a soltarte, solo cierra los ojos y piensa en algo que te guste mucho, tranquila te tengo de la mano, no abras los ojos.

Su mano me apretaba con fuerza, su respiración se oía realmente agitada, tomé un par de velas en la cocina y las encendi.

Rodrigo: ya puedes abrir los ojos, lo ves todo está bien.

Elisa: lo siento, odio la oscuridad, una vez me quedé encerrada por tres horas en un ascensor oscuro cuando tenía 9 años y eso fue traumático, gracias por no soltarme (abrazándolo)

Rodrigo: siempre que me necesites estaré para ti, nunca voy a soltarte

Ella me abrazó muy fuerte y yo hice lo mismo.

Encendí la chimenea y nos sentamos en el la alfombra cerca a calentarnos.

Elisa: Está lluvia no parece detenerse, vamos a tener que pasar la noche aquí.

Rodrigo: creo que tienes razón nena, no sería prudente conducir así

Hablamos un abrazados ahí frente a la chimenea, contamos anécdotas de nuestra infancia, es una chica tan dulce, no puedo cree que aceptara ser mi novia.

Elisa: tengo un poco de hambre, te parece si preparamos algo de comer

Rodrigo: me parece excelente idea

Revisamos y no habia mucho en la cocina, solo un poco de harina, azúcar leche, café y tres huevos

Rodrigo: vaya mi amor creo que no cenaremos nada rico hoy, es que no estaba en mis planes pasar la noche aquí.

Elisa: de que hablas, prepararé unos wafles y un poco de café con leche, te prometo que te gustará.

Ella se puso manos a la obra, la ayudaba dándole vueltas a los waffles.

Elisa: ya está listo, puedes poner una de las velas en la mesa.

Rodrigo: tus deseos son órdenes conejita

Elisa: conejita?

Rodrigo: es que los conejitos inspiran ternura igual que tu.

Elisa: eso es muy lindo(dándole un pequeño beso)

Nos sentamos a comer y debo decir que mi novia hace los mejores waffles que he probado en mi vida.

Elisa: ya no puedo más, dos es más que suficiente para mí.

Rodrigo: entonces robaré de tu plato este último que queda.

Cerca de las diez podía notar que ella estaba cansada, la lluvia había cesado un poco pero la energía eléctrica no volvía.

Elisa: tengo un poco de sueño, te parece si ya nos acostamos a dormir(incómoda porque no está lista para tener sexo)

Rodrigo: porque tan nerviosa? conejita, se que somos novios hace apenas unas horas, no temas no vamos hacer otra cosa más que dormir.

Elisa: oh muchas gracias, solo dame un poco de tiempo, iré por unas almohadas y una cobija, hace frío así que podemos acomodarnos en la alfombra, cerca de la chimenea.

Rodrigo: excelente idea preciosa.

Así lo hicimos, ella se acostó bajo las sábanas conmigo pero no tan cerca.

Rodrigo: puedo abrazarte?

Elisa: claro iba a pedirte que lo hicieras pero me daba un poco de vergüenza.

Rodrigo: siempre puedes confiar en mí, nunca temas decirme nada si? ahora dame un beso de buenas noches.

Nos fundimos en un beso que derrochaba ternura y amor.

Me acomode detrás de ella y la abracé, en pocos minutos ella estaba dormida...