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Trato Con La Mafia (Imperio Lombardi—IV)

Trato Con La Mafia (Imperio Lombardi—IV)

Status: Terminada
Genre:Acción / Romance / Completas / Contratadas
Popularitas:9.3M
Nilai: 4.8
nombre de autor: paola arias

ADVERTENCIA: La siguiente historia contiene asesinatos, violencia; una trama que se desenvuelve en el bajo mundo del narcotráfico, con lenguaje inapropiado. Si eres sensible a este tipo de historia, te recomiendo que abandones la lectura.

(La historia no ha sido editada, así que te encontrarás con errores de ortografía y de redacción)

*

Maxi Lombardi, entró por las puertas del ostentoso club nocturno, mujeres bailando en un escenario, hombres bebiendo y apostando, hasta lo que no tenían. El frío hombre entró a pasó intimidante, su gran belleza fue blanco para las presas que buscaban placer por una noche, pero eso a él, no le interesaba, sólo entró en ese lugar para asociarse con el dueño. Un hombre gordo de aspecto asqueroso, abusador y dueño de aquel bar.

Subió por las escaleras junto con su hermano menor, Remi, rumbo a la sala Vip, una sexy camarera con poca ropa les sirvió dos tragos y los acomodo en el mejor reservado, el hombre sacó un cigarro del bolsillo de su chaqueta, se lo llevó a los labios y cuando estaba a punto de encenderlo, la voz del dj hizo que prestará toda su atención en él.

—¡Buenas noches, con vosotros: estrella, la razón de que estéis aquí! ¡Venga guapa, muestra lo que tenéis! —El hombre español dejó de hablar, de inmediato los aplausos y los silbidos no se hicieron esperar.

Se levantó de la silla y camino hasta la ventana, desde hay contempló el espectáculo, las luces se apagaron quedando todo oscuro, sólo una luz roja muy tenue alumbraba el escenario, una despampanante mujer salió, vestida con un traje de lentejuelas amoldado a su hermosa figura, su larga cabellera negra como la noche sobrepasaba su redondo trasero, de espaldas a su público la música empezó a sonar y aquella bella mujer, sus caderas empezó a mover, suelta, con delicadeza y muy sensual se movía de arriba hacia abajo,

Aquella chica acaricio muy sutilmente sus curvas; apenas si rozaba sus dedos por su cuerpo, los hombres le echaban cualquier tipo de morbosidad, mientras los otros la contemplaban en completo silencio. Entre ellos; Maxi, de repente la luz se fue haciendo más clara, y se podía apreciar la belleza de estrella, su nombre artístico. Dio una vuelta y Maxi contempló todo dándole una mirada descarada a la chica ajena a todo, ella siguió bailando muy sensual, su rostro estaba cubierto con una máscara y solo se podían apreciar sus carnosos labios, pintados de dorado, mientras seguía en su baile se mordió ligeramente el labio inferior y ese simple acto desató un sin fin de deseos en el hombre, era bien sabido que solo se acostaba con una mujer y luego la desechaba, ni volvía a repetir.

La morena de curvas preciosas, que movía su cuerpo muy sensualmente, no por gusto, si no porque esa fue la vida que le tocó. Dina, una chica extranjera que a sus cortos 19 años fue exiliada de su país, y obligada a trabajar para el asqueroso hombre, dueño del bar, no le quedó de otra y muy a su pesar su resignación había muerto, llevaba en ese lugar, tres años de abusos, golpes y torturas, ese era su diario vivir. No sonreía, no era una chica alegre, toda alegría se había desvanecido por completo.

Su número acabó y como cada noche que bailaba, los hombres se le abalanzaron, queriendo pasar una noche con ella, pero ese no era su trabajo, ella sólo bailaba, esa fue su única petición, el dueño aceptó pero sólo si lo complacia a él. Rotundamente se negó, eso sería lo último que llegaría hacer en su vida, acostarse con un asqueroso hombre.

— Vaya, hasta tuve un orgasmo — Exclamó, Remi. Maxi lo miro de reojo, y con una mirada gélida le dejó todo en claro. El menor de los hermanos se encogió de hombros y se dedicó a beber de su trago.

Dina, entró de nuevo a los camerinos casi corriendo, un borracho siguió, la acorraló en la pared, y cuando fue a tocar su cuerpo, Dina levantó su pierna dándole justo en la ingle.

—¡Largó! — Una ronca y potente voz hizo que Dina levantará la cabeza, quedó pérdida unos segundos, contemplando al hombre: su rostro se asemejaba a los dioses, nunca había visto tanta perfección, sus ojos azules muy profundos y fríos como el hielo, se clavaron en ella, Sintió que el aire le faltaba con esa intensa mirada que le dio, y aunque todavía llevará el antifaz, El deseo de Maxi aumento.

— Yo no doy sexo, mi trabajo es bailar, si no quiere tener problemas con el dueño, mejor váyase — Inquirió la chica, de ojos azabache, el hombre que estaba en el suelo, se levantó y se marchó. Maxi levantó un poco la comisura de sus labios, se quedaron viendo fijamente a los ojos, algo se encendió, algo sintieron, una chispa se apoderó de ellos. Algo descomunal e irremediablemente surgió: una química, algo poderoso; una fuerte atracción.

— No me interesas para el sexo — Inquirió el hombre, Dina por dentro se pregunto, si acaso no era para nada bonita, bueno a diferencia de él, debe tener estándares muy altos para las mujeres y ella simplemente es una bailarina, atrapada en un infierno.

— Me alegro, porque tampoco me acostaría con un tipo tan... —lo miró de arriba abajo con desdén, pero no salió nada más de su boca, que iba decir; que era feo, o gordo, simplemente no encontró ninguna mínima imperfección. ¡Es un hombre demasiado guapo!, eso sería mentir descaradamente.

Sin embargo hizo una mueca y un ademán con la mano, se giró en sus talones, y se fue, dejando a Maxi con un sabor amargo en su boca.

Maxi regresó al reservado con su expresión neutra y sería tan característica de él, se sentó al lado de su hermano, hasta que el dichoso dueño del bar hizo acto de presencia.

— Buenas noches señores, es un placer tener la familia Lombardi, interesada en hacer negocios conmigo — El robusto hombre entró, y se sentó frente a ellos, que le dieron una mirada rápida. Después de una hora acalorada la reunión concluyó beneficiando a ambas partes—. Para festejar, mi estrella hará un espectáculo privado para nosotros.

El hombre hizo señas y en cuestión de segundos, Dina apareció frente a ellos, con otro traje mucho más ajustado a sus curvas y de un color blanco con brillos haciendo resaltar su color canela. Pero esta vez, no tenia máscara, Maxi, sin duda alguna, le atrajo la chica de sobremanera. Sus pestañas eran largas y onduladas, que junto a sus ojos negros, la hacían ver hermosa, sus labios carnosos pintados de rojo intenso, le provocó querer morderlos. Dina tenía buena estatura casi llegándole a la altura de su cabeza, los hombres se pusieron de pie inmediatamente.

— Estrella, complace a estos hombres que son muy importantes — Inquirió Darren, el dueño del club. Dina asintió y se subió al escenario que había en el reservado.

— Esto se pondrá bueno — Remi estaba entonado, y muy emocionado, Al ver a la mujer.

— Estrella es la mejor, por ella es que este lugar se mantiene lleno — Darren, había sido quien encontró a la chica de diecinueve, bailando en la calle. Para conseguir algo de dinero, le ofreció trabajo, desde entonces ha intentado por todos los medios hacerla su mujer, Pero Dina, no era nada fácil de manejar, todo lo contrario su caracter era fuerte. y por más que quisiera escapar, el hombre la amenazaba. Hasta que la salida más rápida se abrió de golpe ante sus ojos. Sin estar segura que las llamas vivas del averno la iban a consumir.

¡Bella gente!, como siempre es un placer para mi seguir con este trío de hermanos, y con esta última parte, espero no defraudar a nadie. Muchas emociones, y mucha acción habrá en la cuarta parte de está saga. No siendo más disfruten la historia. ¡Los amo a todos, y gracias porque sin ustedes no las habría escrito!. ¡Bendiciones y les deseo una vida apoteósica!.

NovelToon tiene autorización de paola arias para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 13

Dina

¡Oh, mierda!, esto no debería estar sucediendo. Como demonios me encontró tan pronto. Si se suponía que Maximiliano me iba a proteger, eso fue lo que me dijo a la hora de nuestro trato.

Miró de reojo a Remi que hace una seña extraña con su mano libre; porque en la otra tiene empuñada el arma. Giró mi cabeza un poco hacia el otro lado, donde la mujer de cabello rojo sólo sonríe con malicia.

— Maxi, no tengo tu arma — Murmure, aferrándome de su brazo.

— No te afanes, gata. No dejaré que te hagan nada — Susurró removiendo su cuerpo, para cubrir el mío un poco—. Se rápida, mi amor.

Dijo eso último casi inaudible, fruncí el ceño desconcertada y cuando menos lo espere, se oyó una fuerte detonación, de inmediato los balazos retumbaron en el lugar.

Una mano se aferró de mi brazo, jalándome hacía atrás, camine de espaldas sin apartar mi vista del sexy Maximiliano; con su porte de superioridad y rudeza, disparando hacia Carlo, quien se cubrió detrás del auto.

— Preciosa, se que mi hijo es muy sexy pero tu vida...

— Tu hijo, eres su madre — Afirme cortando lo que estaba diciendo, la mire de reojo y ella sólo levantó la comisura de sus labios—. Se defenderme, no necesito que tu hijo lo haga.

Enarcó una ceja, adentrándonos en el barco.

— Vaya, tienes agallas pero. ¿Cómo te vas a defender? — Dijo sin perder la sonrisa de sus labios—. Al parece te están buscando, y no van a descansar hasta que te dejen sin respirar, linda. Defiendo a los míos, pero tu sólo eres...

— Soy la esposa de su hijo, no debería ser suficiente. Ahora hago parte de los suyos — Dije con sarcasmo. Ladeo la cabeza y asintió con una sonrisa.

— Eres igual a él, no me sorprende — Dijo, hizo su vestido a un lado, para guardar el arma para después sacar un caja de cigarrillos—. Porque tanta seriedad, aún no comprendo.

Me encongí de hombros, restándole importancia.

— Aunque lo veo sonreír más — Murmuró de nuevo, sacando un cigarro para llevarlo a sus labios—. Supongo que se debe a ti.

La mire fijamente a sus ojos grises, que brillaban con intensidad. Dio largas caladas a su cigarro, acabándolo todo en cuestión de segundos.

— Maximiliano, siempre ha sido así; algo difícil de tratar, y contigo puedo ver que es muy diferente — Acabó el cigarro, se quedó contemplando a sus hijos desde lejos. Me centre en Maxi, su destreza en las armas y como su rapidez e inteligencia se ve reflejada allí—. Le gustas.

Pase saliva, ¿Gustar?, es una palabra que en mi diccionario es algo fuerte. No puedo negar que el hombre es atractivo y que cualquier mujer caería ante su encanto, pero de ahí a gustar es una brecha muy grande y profunda, además que el amor no está hecho para mí.

— Se han demorado mucho — Dijo ella con impaciencia, se acercó a una puerta y la seguí por inercia. Subimos por una escalera estrecha hasta que llegamos a un cuarto pequeño, abrió una ventana y sacó un rifle por ahí—. Esos hijos de puta, no saben en donde se han metido.

Dijo esto, y descargó el arma en los hombres de Carlo, dejando a este inmóvil de inmediato.

— ¡Volveré por esa maldita perra! — Espetó marchándose del muelle en otra camioneta negra, totalmente destruida por los disparos.

El silencio fue abrazador entre nosotras, que sólo me dio una mirada comprensiva y se marchó de ahí, dejándome sola y con mil pensamientos en mi cabeza. Carlo; no va a desaparecer tan fácil, él no me dejará viva hasta que pague por lo que le pasó ese día al asqueroso.

— Gata — Su ronca y agitada voz, me hizo dar un brinco. Giré mi cuerpo hacía él, que parado en el marco de la puerta habló:—. Cambiaremos de casa, y tendrás más seguridad cuando no estés conmigo.

— ¡Maximiliano, estas herido! — Sólo me fijé en su hombro herido, sonrió. Vi como sus labios formaron una pequeña sonrisa—. Ven, te voy a curar.

— La gata se preocupa por mi — Inquirió burlón, sentándose encima de un mesón. Le di una mirada asesina a lo que río; se ve mortalmente guapo cuando sonríe—. ¿Sabes como hacerlo?, porque Remi ya viene...

— Se como hacerlo, aprendí mucho cuando viví en la calle — Dije, parándome frente suyo. Me tomo de la cintura y me pego a su cuerpo—. Maximiliano, te vas a lastimar.

¡Qué mierda me sucede, bueno nos sucede!.

— Con ese vestido, te ves muy sensual, gata. No es culpa mía, que me excite con sólo verte — Murmuró, una corriente atravesó mi cuerpo, cuando su aliento tocó la piel desnuda de mi escote. Dejó un.beso húmedo en medio, antes de separarme idiotizada por lo que provoca en mi.

— Bien, bien. Quítate la camisa, te voy a sacar la bala — Le ayude a quitar su camisa negra, sus músculos son perfectamente comibles e irremediablemente deliciosos...

—¿Neceistas ayuda, preciosa? — Remi entró, y Maxi, de inmediato volvió a su estado neutro y serio de siempre—. Como que estoy interrumpiendo, no es así.

—¡Por supuesto que no! — Me adelante a decir, Maxi frunció el ceño—. De hecho, ayúdame a conseguir lo necesario...

— Ahí está, en esa gaveta — Señaló con una sonrisa maliciosa en sus labios—. Yo observo desde aquí...

— ¡Lárgate, ve con mamá! — Ordenó furioso, Maximiliano. Quise reír como Remi, pero me abstengo mejor —. De paso, que limpien esa mierda y pongan más seguridad.

— Está bien, vas a infartar con ese humor. ¿Cómo te soportas, a ese imbécil?, en fin... Adiós guapa.

Dio media vuelta y se fue, y ahí si no pude evitar reír fuerte, él sólo lo hace por darle celos a Maximiliano, y el sexy hombre sólo gruñe de mal humor.

— Ahora sí, te voy a curar — Saqué todo lo necesario y con una mirada asesina le extraje la bala del hombro, para luego coser con cuidado.

El silencio nos cobijo, nos abrazo por largos minutos. Donde su mirada me urgó el alma, haciendo erizar cada vello de mi cuerpo. Su respiración se volvió agitada y cuando levanté mi cabeza para verle; sus ojos oceánicos, se calaron en mi mente. Su azul claro, es muy cautivador. Y sin duda alguna; me gusta, me encanta, y me vuelve loca. Cada que sus manos acarician mi piel, su mirada acaricia mi corazón y alma rota. Y sus labios, me hacen olvidar todo.

Hola, bellezas. Regresé. lamento haber tardado en actualizar, pero aquí estoy nuevamente, estaré subiendo los capítulos a diario. Y muchas gracias por haberme tenido paciencia, los quiero y los llevo en mi corazón 💙

1
Susana Isabel DI Bartolo
Bueno
Mikita Rojas
Excelente
Yorkiria Casanova
Normal
Yorkiria Casanova
Malo
Alina Servanda Mora
Bueno
Army Bb
Excelente
Caren Sanchez
Me encanta q se haya enamorado de una Morena... Rompe completamente con el guión q llevan las Mujeres Lombardi. Me encanta
Yeimi Sanchez
hay noo por mi que Dina se valla lejos que Mario la ayude a escapar dónde nunca la encuentre el imbécil de maximiliano 😬😬
Yeimi Sanchez
este si es odiota como le va recordar el hijo en un momento así como si fuera un muñeco que se daña y van al súper y compran otro.🤔😬
Alejandra Pimienta
la verdad ame este libro llore rei y hasta sufrir la verdad gracias y que Dios siga bendiciendo tu talento
Alejandra Pimienta
Excelente
Mari R🇻🇪
Excelente👍👏👏💖😊
milenis judis escorcia rudas
Excelente
milenis judis escorcia rudas
Bueno
Nayeli Zapata
cuántas personas no pensamos en hacerle lo mismo a todos eso desgraciados que destruyen la inocencia de un niño, ojalá y todos tuvieran ese merecido castigo y aparte los castraran
Verónica
Excelente
Verónica
Bueno
Ibelitza Oliverovelis
que churrada de enrredo no entiendo nada osea que Mario también traicionó
Angela G Ospinal
Malo
Angela G Ospinal
Muy malo
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