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MI VECINA, MI OBSESIÓN

MI VECINA, MI OBSESIÓN

Status: En proceso
Genre:Romance / Diferencia de edad / Pareja destinada / Ella Mayor Que Él
Popularitas:2.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Coralia R

¿Que sucede cuando quieres algo con todas tus fuerzas? ¿Lo tomas por las buenas o por las malas? Mi vecina me vuelve loco y haré lo que sea con tal de tenerla, aunque ahora solo puedo conformarme con espiarla algún día será mía. Eso es un hecho.

NovelToon tiene autorización de Coralia R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO XIV

La música se oye lejana como si estuviera a varios kilómetros de distancia, las personas alrededor se vuelven figuras difusas, solo existimos ella y yo, aquí y ahora, en este momento donde la única conexión es la de nuestras miradas y el único sonido es el galope desbocado de mi corazón.

Yo estoy estático, pero ella sigue su danza sensual, provocando cada fibra de mi ser, moviéndose lentamente, sus manos recorren su cuerpo, suaves, precisas, por un pequeño instante cierra los ojos y al abrirlos me atraviesa como una llamarada de deseo, un deseo que vengo conteniendo desde que la vi por primera vez, un deseo profundo que me consume y que ruge por salir de mi interior y materializarse en esas caricias hipnóticas que ella misma se da.

El hechizo se rompe cuando la camarera aparece con mi pedido, parándose frente a mí con sus senos demasiado cerca de mi rostro en un claro intento por seducirme descaradamente. Si tan solo supiera que no hay otra mujer capaz de lograr lo que Amanda logra, desistiría en sus intentos. Únicamente por cortesía le agradezco, rogando que se aparte pronto de mi vista, cuando logro ver detrás de la chica mi ira interior se desata al ver como otro hombre rodea la cintura de mi vecina pegándola a su cuerpo mientras ella rodea su cuello con sus brazos, volviendo a darme la espalda. Maldito sea por tocarla y maldita ella por permitírselo frente a mí, como si quisiera provocar mis celos y mierda que lo está consiguiendo.

— Ey, Bro, ¿Estás bien? — Fernando me saca de mis pensamientos asesinos tocando mi hombro. Cuando vuelvo la vista hacia él me doy cuenta de su cara preocupada que mira fijamente mi mano, dirijo también mi mirada hacia ahí y descubro el vaso roto en mi mano y la sangre brotando de esta. —¿Qué te sucede Chris?

—Nada, estoy bien — digo furioso mientras presiono mi herida con unas servilletas de papel de la mesa. Me levanto bruscamente, mi amigo y su chica me ven desconcertados por mi actitud, sin embargo, no tengo intenciones de explicar nada.

Paso por al lado de ellos y me dirijo al baño para limpiar mi mano, a cada paso que doy suelto una maldición y un insulto. Al parecer el destino está encaprichado con mostrarme a la única mujer que deseo y que no puedo tener. Habiendo tantos clubes en la ciudad justo teníamos que venir ambos aquí, siendo un lugar tan grande justo tenía que ponerse con ese imbécil frente a mí, maldita sea mi suerte.

Como puedo higienizo mi mano, quito algunos cristales que quedaron incrustados en mi piel y vuelvo a presionar con papel para cortar el sangrado, no sé en qué momento sucedió, no sentí el dolor o el cristal ceder ante la presión de mi mano. No es grave, pero voy a necesitar algunos puntos de sutura.

Al regreso en la mesa donde estamos evito mirar a la pista y le digo a Fernando que voy al hospital para que revisen mi mano. Se ofrecen a ir conmigo, pero realmente no estoy listo para darle explicaciones a mi amigo, mucho menos a Verónica, quien acabo de conocer.

Saco mi teléfono y pido un Uber. Fernando se acerca a mí queriendo saber qué me sucedió, creo que mi cara le dice todo porque me conoce muy bien y sabe cuando estoy listo para hablar y cuando solo deseo descargar la ira, como es este caso. Palmea mi hombro, me pide que le avise cuando esté en casa y me deja ir.

Caminar entre la gente sosteniendo mi mano es bastante incómodo, especialmente porque no quiero que nadie me toque, pero es como pedir peras al olmo considerando el lugar en el que estoy. Cuando logro salir el aire fresco me golpea con fuerza y es una cachetada de realidad, solo afirmando lo que pasó hace instantes. El auto que pedí ya me está esperando, tengo que aguardar en la acera hasta que el tráfico disminuya para poder cruzar y maldita sea mi suerte otra vez porque no puedo evitar mirar hacia la entrada del club al escuchar a una mujer levantar la voz y abofetear a un hombre. Sí, Amanda otra vez, siendo la mujer madura y empoderada que sabe defenderse sola, discute con el idiota con el que bailaba, él trata de retenerla y ella lo golpea hablándole furiosa. Me debato entre intervenir o no, ya pasé por eso y no quisiera que la noche se arruine aún más, aunque... Perdido por perdido, qué más da.

Vuelvo sobre mis pasos, me interpongo en el momento justo en el que ese infeliz intenta levantarle la mano y lo tiro al piso de un puñetazo.

— ¡¿Quién diablos eres?! ¡Hijo de puta me rompiste la nariz! — grita mientras lleva sus manos a su rostro sangrante.

— Soy quien te va a romper cada hueso del cuerpo si vuelves a levantar la mano contra una mujer, pedazo de mierda — escupo las palabras con furia mientras lo zarandeo de la camisa, el tipo se queda en el suelo llorando como un niño y no hay nada que podría importarme menos.

Giro para mirar a Amanda, quien está abrazándose a sí misma y temblando.

—¿Estás bien? — le pregunto mientras me saco mi chaqueta y la envuelvo con ella. La mirada que me dedica no es la de una mujer agradecida, por el contrario, está furiosa.

— Al parecer no entiendes que no soy una damisela en apuros que necesita del caballero que la rescate — maldita sea mil veces, un simple gracias estaría bien, para variar. Mi rostro se desfigura de la impotencia, mi respiración se agita haciendo que mi pecho suba y baje frenéticamente, nuestros cuerpos están muy cerca y percibo en ella lo mismo que siento yo.

— ¿Sabes algo Amanda? — murmuro cerca de su oído — Comienzo a pensar que te gusta rudo y violento —palidece ante mis palabras — Ve a curarle la nariz a tu amiguito y después hacen lo que yo interrumpí.

El hielo en mi mirada, la rabia en mi voz y la tensión de mi cuerpo hacen que ella retroceda un paso pero no se lo permito, sin tocarla avanzo ese paso hacia ella, toda esa valentía con la que me enfrentó se ha esfumado y ahora parece amedrentarse frente a mí. Antes de hacer algo más estúpido aún, giro, cruzo la calle y me subo al auto que me estaba esperando. Le pido que me lleve al hospital, mientras me golpeo mentalmente por haber intervenido de nuevo en su vida cuando me juré no volver a hacerlo.

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Adriana Trejo
empezando ...
Jade Alcala
es un libro que nos habla sobre la perspectiva de un hombre y como lucha por la mujer que ama como terminaran las cosas no lo se pero lo que si se es que será fascinante
Coralia: Muchas gracias por tus palabras, espero que el desarrollo sea de tu agrado ❤️
total 1 replies
Alexandra Ortiz Posada
Me gusta tu novela, gracias por compartir, con respecto a la portada, me gustaba más la otra imagen, aquí ella se ve muy joven, y supuestamente es mayor que él, pero eso carece de importancia porque la lectura es buena, te felicito, muchas bendiciones
Coralia: Muchas gracias por tus palabras! A mí también me gustaba más la otra pero el sistema la cambia y no me deja modificarla. Saludos! ❤️
total 1 replies
Alexandra Ortiz Posada
Está mujer es estresante,pobre Chris
Alexandra Ortiz Posada
Que estúpida mujer
Alexandra Ortiz Posada
Interesante tu novela, gracias por compartir
Alexandra Ortiz Posada
Me gusta tu novela, gracias por compartir, bendiciones y éxitos
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