Lluvia II

NARRADOR

Cuando Niebla despierta en los brazos de Bastián, siente como si alguien o algo la llamara, así que inconscientemente sale de la cama y camina en trance hasta el centro del hogar de las Hadas.

Todas las hadas la ven caminar y no saben qué hace, pero deciden seguirla. Bastián sintió el vacío de Niebla a su lado y se despertó; también salió de la cama y luego de la cabaña. Al salir, vio cómo las hadas siguen a Niebla, quien camina en trance.

Bastián, por supuesto, no perdió tiempo y la sigue también. Niebla llega hasta un gran árbol, se sienta y se arrodilla mirando hacia arriba, de donde desciende una hermosa hada que brilla más que las demás, incluso más que el hada principal que los recibió.

El hada baja hasta estar a la altura de Niebla y se inclina ante ella, concediéndole su bendición. El resto de las hadas se sorprendieron gratamente y también se inclinaron ante Niebla.

El hada que descendió desde lo más alto de ese árbol era el Hada Reina, quien bajó para bendecir el camino de Niebla y brindarle su apoyo al cien por cien, algo que no había pasado hacía mucho tiempo. Esa Hada no desciende tan fácilmente de aquel árbol para ver a nadie, hada o humano, ni ninguna criatura en el bosque había contado antes con la bendición del Hada Reina hasta ahora.

El Hada Reina hizo un gesto con sus pequeñas manos en la frente de Niebla y luego volvió al árbol de donde había descendido. Entonces Niebla volvió en sí y se vio rodeada de todas las hadas y de Bastián.

—¿Qué pasó? —pregunta Niebla y Bastián se acerca a ella.

—El Hada Reina te ha otorgado su bendición. Eso quiere decir que cada criatura mágica del bosque que haya despertado te será leal y te protegerá hasta que culmines tu misión —responde el hada principal.

Bastián y Niebla no entienden mucho de lo que está pasando, pero poco a poco lo harán. Así, cuando terminen su misión, ya no habrá ningún tipo de secreto en ese bosque para ellos.

—Bastián, tengo miedo —confiesa Niebla, cuando están nuevamente a solas en la cabaña.

—No tienes por qué tener miedo, yo estoy aquí contigo y daría mi vida antes de permitir que algo te pasara a ti —Bastián la abraza y Niebla se refugia en sus brazos, en esos brazos que le dan fuerza y le brindan el apoyo suficiente como para enfrentar juntos lo que sea.

Mientras Bastián, Niebla, Tala y Rayo permanecen ocultos en el hogar de las Hadas, otra parte del bosque recuperó su magia, pues ya es el segundo árbol que es restaurado. Si bien el bosque se hace más fuerte, no es el único.

El brujo que persigue a Niebla también es una criatura del bosque y se alimenta de él. Así que, mientras Niebla restaura el bosque, también lo restaura a él, brindándole más magia de la cual alimentarse, mientras que Niebla en cada árbol se vuelve más débil a nivel mágico, puesto que a cada árbol le entrega parte de su poder.

Por su parte, Lluvia recibe de parte de un hada noticias con respecto a sus hijos mayores. Saber que están bien los tranquiliza a todos, pero de igual forma deben movilizarse al tercer árbol.

—Papá, asegúrate de que todo el camino sea seguro al tercer árbol. Yo iré con Patricio a revisar algunas leyendas del pasado, no quiero ninguna sorpresa la siguiente Luna Llena. Aún hay tiempo, pero quiero estar preparada —le pide Lluvia a su padre.

—Lo haré, no te preocupes. Tú haz lo que tengas que hacer. Aún falta mucho para la siguiente Luna Llena. Yo me quedaré al frente mientras ustedes buscan más formas de ayudar a mi nieta —padre e hija se despiden, y Lluvia junto a su esposo se marchan a leer las historias más antiguas que el maestro de Lluvia dejó para ella.

Lluvia está segura de que en alguna parte de esos archivos está la historia del Espíritu del Bosque detallada. Ella la leyó una vez, pero no recuerda mucho, puesto que fue hace muchos años y, como el Espíritu del Bosque había desaparecido, ella pensó que no era nada importante hasta ahora, que su hija es la que lleva dentro a ese espíritu.

Mientras Patricio y Lluvia se apresuran a conocer la historia de ese espíritu que está dentro de su hija y el cual ella está liberando poco a poco, Cielo se ha ocultado de todos porque, desde la primera Luna Llena de Niebla después de encontrar a Bastián, Cielo ha tenido algunos cambios.

Las garras de Cielo intentaron salir, pero ella en medio de todo logró mantenerlas ocultas. Después de todo, ha estado en cada entrenamiento de sus hermanos, de sus primos y tíos. Ella sabe bien lo que es el control, pero lo que no sabe es por qué ahora lo necesita tanto.

—Ya, Cielo, las mujeres de tu familia no cambian hasta encontrar a su pareja destinada, y tú no has encontrado a nadie. Cielo, respira —dice Cielo a sí misma, encerrada en su habitación, viendo cómo sus ojos cambian de color múltiples veces en el espejo.

Cielo tiene miedo. Sabe la historia, conoce cómo su madre recibió en contra de su voluntad el veneno de los Vampiros estando embarazada. Ella no tiene idea de lo que se pudo crear con esa combinación. Saben que Lluvia es un híbrido creado, pero no están cien por cien seguros de que Cielo sea una híbrida de nacimiento, así que eso le genera temor y dudas a Cielo sobre si decirles o no a sus padres lo que le está pasando.

Cielo intenta por todos los medios mantener el control y, como ya pasó la Luna Llena, tendrá unos días más para recuperarse y hacerse más fuerte, para no dejar salir a la criatura que está dentro de ella. Además, sus padres se fueron y ella está sola. No es el momento para dejar salir lo que hay en su interior si ellos no están. Espera que ellos vuelvan y la ayuden a descubrir lo que le está pasando.