Nací dentro de una familia con bastante poder y recursos que por culpa mía, terminaron por perderse o cediendo a otros.
Terminé en la cárcel por fraude e intento de asesinato, extorsión y amenaza premeditado hacia la única persona que creyó en mí. Sola en mi celda pagando por mis pecados y errores, en plena oscuridad y un silencio mortal e incesante, sentí una punzada en el abdomen y la sensación de que me había mojado la camiseta, pronto percibí el olor de la sangre y pese a lo oscuro que estaba vi a través de los rayos de la luz de la luna llena que entraban por los barrotes de la ventana que daba afuera, la sangre que brotaba de mi interior, mis manos se mancharon de sangre enseguida y en ese momento de desesperación una voz retumbó en las paredes de mi celda.
"Tu destino será morir a menos de que cambies tu rumbo..."
Rogué y supliqué por cambiarlo y luego de eso la oscuridad invadió mi campo visual y supe que había llegado mi hora.
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Capítulo 13: Desastre
AILA
Me fui de la oficina de Einar luego de haber vuelto a ella, al ver a Alicia entrar al edificio ducal. De no haberlo hecho posiblemente la historia se repetiría y mis esfuerzos hubiesen sido en vano. Morí una vez y entendí que eso te quita muchas cosas, pero al mismo tiempo te da una lección que jamás olvidas:
"Cada pecado cometido en vida es severamente castigo por los cielos".
Lo comprendí tarde, pero luego de renacer tuve la oportunidad de cambiar las cosas y sinceramente era apenas el inicio de todo, no solo para mí, sino también para Einar.
Di un par de pasos más yendo hacia mi auto cuando mi teléfono sonó. Era mi Padre, me había enviado un mensaje. Dudé un poco en abrirlo.
Abrí el mensaje y lo que leí me dejó desconcertada:
"Tienes que casarte lo antes posible, uno de mis socios robó dinero de la empresa..."
Suspiré pesadamente, negando lo que me había dicho mi Padre, pero no me pareció nada extraño. Porque eso pasó en mi vida pasada y no me importó ni tan siquiera un poco.
Subí a mi auto y arranqué el motor.
Mientras conducía estaba pensando en por qué Alicia se había aparecido en la oficina de Einar. Era algo que no comprendía, por lo que tenía que saber por qué, pero en aquel momento debía de enfocarme en el problema que se produjo en la empresa.
En el camino recibí una llamada de mi hermano Rhaegar.
"—Hola Aila, ¿Vienes en camino?—" Me preguntó estando en el altavoz, mientras conducía.
—Sí, ¿qué sucede?—Pregunté esperando a que no fuera nada malo.
"—Te dijo papá lo que pasó, ¿no?"
—Sí, ¿qué pasa? No me asustes Rhaegar...
Oí un suspiro al otro lado.
"—¿Recuerdas a Alicia Vanselow?"
—Sí, como olvidarla... estuvo en el evento de caridad de la familia Württemberg. ¿Qué hay con ella?— Sentí un espantoso escalofrío en la espalda.
"—Su padre como bien sabes es socio de la empresa y este fue el que robó el dinero que te dijo papá...—"
Suspiré pensando en lo estúpido que fue ese tipo.
—¿Qué va a pasar? Va a ver reunión de socios e inversionistas, ¿verdad?
Rhaegar suspiró con ironía y resignación.
"—Aila... papá no va a esperar a la reunión y tampoco los socios e inversores, arrestaron al señor Vanselow hace diez minutos, lo único que podemos hacer tú y yo es trabajar en recuperar ese dinero y pronto."
—¿De cuánto estamos hablando? Papá me dijo en el mensaje que debo casarme lo más pronto posible... ¡Dime de cuánto estamos hablando!—Exclamé desesperada.
"—Robó dos millones de dólares—"
Mal dije entre dientes, en silencio.
—Será un maldito infierno cuando los clientes se enteren o es que ya se enteraron...
"—De hecho estás en lo cierto, se acaban de enterar y exigen que el señor Vanselow sea expulsado de la sociedad y que además pague por lo que robó, si no presentarán cargos—."
Las palabras de mi hermano fueron directas y llenas de pura y cruel verdad. No era ninguna sorpresa que los clientes hayan tomado esa decisión o más bien exigido.
—Rhaegar, por favor encárgate de que los abogados contengan a los clientes. En lo que hablamos primero con los socios e inversionistas. No quiero que una cacería de brujas mañana afuera de la empresa y de la casa.
Mi hermano suspiró con una mezcla de designación y de cansancio.
"—Haré lo que pueda, pero Aila... no será fácil y menos teniendo a papá, los clientes y a los inversionistas y socios tras nuestras cabezas—."
Él tenía razón, pero no había otra forma. Había que preservar a la empresa lo mejor que se pudiera.
—Está bien, voy en camino, llegando a la empresa hablaremos con papá—. Rhaegar estuvo de acuerdo y terminamos la llamada.
Seguí conduciendo hasta que finalmente llegué a la empresa, pero debía dar una vuelta en "U" y llegar a la parte trasera del edificio. Era la mejor forma de evitar a los reporteros fastidiosos.
Bajé del auto luego de esconderlo en la parte trasera del edificio. Entré por la puerta trasera y ahí me encontré a quien menos me esperé encontrarme.
—Einar...—Dije en voz alta y él miró hacia mi dirección.
—Hola Aila...