Mia está en un gran problema.
Luego de la muerte de su madre, un extraño hombre que dice ser su padre aparece en la vida de Mia, poniendo de cabeza su mundo entero. El mundo que pensó que era un mito se convierte en su realidad. No solo existen los hombres lobos, sino que ella también lo era, precisamente un beta. Confundida con los acontecimientos, Mia hace lo que mejor sabe hacer: adaptarse.
Sin embargo, ella no esperaba que su burbujeante personalidad la metiera en más de un aprieto cuando descubre que es la compañera destinada de uno de los príncipes alfas de sangre pura.
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Yo no era amada
Emily se paseó de un lugar a otro, su respiración se mostraba agitada. El aire dentro de la habitación poco a poco se volvió más sofocante. Bastian miraba a Emily con una sonrisa extraña en su rostro, más no dijo ni una palabra. Él se cruzó de brazos como si también se preparara para ver alguna obra de teatro al igual que su prometida Leila. Emily se llevó una mano a su corazón como si estuviera tratando de controlarse.
Antes de que ella abriera la boca supuse la razón por la que parecía tan desquiciada: A sus oídos había llegado ese rumor. Después de todo, eso era lo único que la pondría así de alterada.
El chisme se había regado como pólvora, el rumor había corrido tan rápido que incluso a mí me dejó boquiabierta.
— Lo siento — susurré sintiéndome culpable, después de todo, no pensé que mi travesura le afectaría de esta manera. Ella parecía tan descolocada como si la línea entre la razón y la cordura se hubiesen difuminado en su conciencia.
Cuando dije aquello de que el duque era mi sugar daddy, lo hice por un arrebato de rabia, nunca esperé que todo se complicará de esta manera. Nunca quise que Emily saliera perjudicada, solo deseaba desquitarme con el gran cobarde y mentiroso de mi querido padre.
— Por tu culpa, por tu culpa la reputación de mi padre está por los suelos. ¿Viste lo que escribieron en el foro? No sé qué perra difundió que eras su amante y ahora todos lo están criticando. Somos el hazmerreír de todo el reino. Mi amado padre, todo lo que tiene que soportar por tu causa. Toda la burla que tengo que escuchar por tu existencia. No eres más que una bastarda. ¡No eres nadie! ¡No eres nadie! ¡Te odio! ¡Te odio! ¿Por qué tuviste que nacer? ¿Por qué tuviste que venir? ¡Nadie te quiere! No creas que papá lo hace, él solo se hizo cargo de ti por compasión. Por esos estúpidos y malditos sentimientos que sentía por la perra de tu madre. ¡Ni siquiera está seguro de que seas su hija! ¡Dudo que lo seas!
Tras decir aquello, empezó a sollozar de manera inaudible, Bastian que estaba a su lado la abrazó a modo de consuelo mientras que Leila fruncía los labios y me disparaba dagas con la mirada como si me culpara de haber convertido a Emily en un manojo de nervios.
— ¡Lo siento! — repetí, aunque no sabía porque me estaba disculpando.
— ¡Solo quiero que todo vuelva a ser como antes! — murmuró —. Has puesto mi mundo patas arriba, me has llenado de vergüenza. Todos están hablando sobre nuestra familia. ¿Por qué no desapareces? ¿Por qué?
— Yo tampoco quiero estar aquí — susurré tratando de contener mis emociones, después de todo, su diatriba me había afectado— También me quiero ir.
Dios, mi mundo entero se había puesto patas arriba, dudaba que si alguien más estuviera en mis zapatos pudiera soportar todo esto.
¿Cree ella que yo pedí nacer? ¿Qué pedí venir a este lugar en medio de la nada? ¿Qué quise todo esto solo para hacerle la vida imposible?
No, mi mayor deseo era tener una vida normal, con una familia unida que me amara. Vine a este sitio por medio de mentiras y engaños, pensé que, ya que, nunca tuve el amor de mi madre podría tener el amor de mi padre. Sin embargo, si hubiera sabido que él ya tenía una familia, y que no era bienvenida por el origen de mi nacimiento, nunca hubiera aceptado venir con él. Hubiese preferido quedarme en mi mundo. Después de todo, fui feliz en mi antigua vida, con mi nana. Aunque ahí no gozaba de los lujos que tenía aquí, pero al final del día, la tenía a ella.
Pero ahora no tenía nada.
Lo único que tenía era: desprecio y odio.
— ¡Te Odio! Nadie te quiere.
No sabía si sus palabras me dolían o si el dolor en mi cabeza era el que me estaba haciendo llorar. Me mordí el interior de mi mejilla mientras repetía como un mantra que era amada, que no necesitaba a nadie, que no me importaban sus palabras. Pero, a quien estaba engañando, sí me importaban sus palabras, sí me sentía herida, yo también tenía un corazón, también podía ser lastimada no era de piedra.
Me mordió el labio con más fuerza queriendo aferrarme a algo más que el dolor que se estaba gestando en mi corazón.
Cuando note que mi vista se seguía poniendo pañosa, fue entonces que me di cuenta de que mi mantra no estaba funcionando. Llevo repitiendo este mantra durante mucho tiempo, siempre funcionaba.
¿Por qué ahora no estaba funcionando? ¿Por qué ahora no podía consolarme con mentiras y engaños?
Después de todo, este mantra funcionó cuando mi madre me dejaba a cargo de mi nana por meses enteros. Funcionó cuando miraba a los demás niños conviviendo con sus padres, incluso funcionó cuando le pedí a mi madre un abrazo y ella lo rechazó sin darme una mirada o una sonrisa. Siempre funcionaba, era como mi pastilla feliz. Podía engañarme a mi misma.
Pero justo en este momento, no estaba funcionando.
¿Por qué? ¿Por qué estaba pasando esto?
Me sentí tan miserable porque sabía que Emily tenía razón.
Yo no era amada.
Mi mamá nunca me amó, no importaba cuánto lo intentará, ella nunca me miraba. Nunca me regaló una sonrisa, o un abrazo, nunca me dió un beso de buenas noches o me contó un cuento para dormir, ni siquiera un feliz cumpleaños. Ella me odiaba, siempre quise entender la razón de su desamor, pero para ella ni siquiera me merecía una explicación, así que dejé de intentar y solo me rendí.
Siempre he pensado que el amor de mi nana me bastaba, pero no era suficiente, nunca fue suficiente, el vacío dentro de mi corazón no podía ser llenado, yo quería más, quería tener una familia.
¿Acaso mi deseo era tan egoísta? ¿Acaso era tan difícil para mí ser amada? ¿tener una familia?