Después de ser vendida por su madre, incluso antes de morir, Anya acepta su trágico destino para no ser desalojada de la casa, donde debe 18 años de alquiler. Su destino: casarse con el dueño de la casa, a quien no conoce y cuyo rostro solo descubrirá el día de la boda.
Bento acepta este acuerdo para que ella pueda saldar la deuda. Sin embargo, él mantiene una relación con Leda, extremadamente celosa.
¿Logrará Anya superar todos estos obstáculos y sobrevivir a esta complicada situación?
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Capítulo 8
Sábado por la mañana me levanté, con buen humor, después de la conversación con Bento... Me puse mi ropa de gimnasio y bajé a hacer yoga a la parte de ejercicios de la casa.
Puse el video y comencé a hacer mis estiramientos, luego la práctica de yoga, estaba de cabeza cuando Bento entró a entrenar.
Bento-Buenos días... Dios mío, ¿cómo haces eso?
Anya-Buenos días, solo practicar.
Él se sube a la caminadora y comienza a correr, mirándome cambiar de posición, después de una hora terminamos de entrenar juntos y salimos del gimnasio.
Bento-Se puede hacer eso allí en la playa, Anya... Ah, es que olvidé que tienes miedo.
Anya-De la arena no tengo miedo, solo del mar.
Bento-Necesitas perder ese miedo, ¿sabías?
Anya-Pero no ahora, voy a preparar el café después del baño, ¿vas a salir o te quedas?
Bento-Me voy a quedar, el abogado va a traer nuestro nuevo contrato.
Anya-Está bien, genial.
Subimos juntos, él entra a su habitación y yo a la mía, me doy un baño, me seco el cabello y me pongo un labial, y ya bajé con mi bolso.
Comencé a preparar unos panqueques con tocino, y luego puse la mesa, agarré café, jugo y leche, y lo puse en la mesa, luego Bento baja todo oloroso, que se apoderó de la sala, qué olor delicioso tiene.
Bento-Estoy listo.
Anya-Sabes que hoy es sábado, ¿verdad? ¿De verdad necesitas usar un traje para ir a pagarle a un médico?
Bento-Voy a hacer negocios, Anya, necesito estar presentable.
Cuando iba a hablar, suena el timbre y una de las chicas abre la puerta, era el abogado.
Evandro-Vaya, qué café oloroso.
Anya-Buenos días, siéntate con nosotros.
Bento me mira, y el abogado se sienta todo sonriente, y saca un papeleo del portafolio, se lo entrega a Bento y comenzamos a tomar el café.
Evandro-Por eso viene corriendo para casa, qué delicia esto, la señorita cocina muy bien.
Anya-Gracias, solo unos panqueques y tocino.
Terminamos y Bento nos conduce hasta la oficina.
Bento-Lee Anya, este es el nuevo contrato.
En el contrato está exactamente lo que dijo, y el acuerdo de que debo usar la tarjeta que me dio para uso propio y en casa, para cualquier cosa, y el uso exclusivo del coche para todos los lugares, también la cantidad de dinero que se pagará en el velorio de mamá, quedando debiendo solamente a él.
Me pareció correcto que lo pusiera en el contrato, luego pasé a la siguiente cláusula, mi nombre será usado para abrir y cerrar empresas de diversos rubros, así como pasarán millones en las cuentas abiertas a mi nombre, y además está el valor del monto.
Anya-Dios mío, es mucho dinero, Bento, por eso tienes todo este patrimonio, nunca pensaste en usar a tu novia.
Bento-No, necesitaba a alguien que nunca estuviera involucrada con mis negocios o en la empresa, no te preocupes, Anya... no voy a ensuciar tu nombre, vas a seguir llevando tu vida normalmente, solo necesitas actuar como mi esposa.
Evandro-Con esto, la señora necesita también gastar ese dinero, en la tarjeta que su marido le dio, como joyas, y otras cosas, ese dinero necesita circular.
Anya-Pero ahí le voy a deber aún más a Bento.
Bento se sienta a mi lado, y me toma la mano.
Bento-Anya, a partir de ahora, olvida la deuda de tu madre, concéntrate en ser solo mi esposa, necesito que esto salga bien, hicimos este acuerdo, y quiero hacer todo bien, contigo sabiendo lo que puede o no pasar, ¿entendiste?
Anya-Está bien, entendí, olvidar la deuda, y concentrarme, ay, Dios mío, voy a ir a la cárcel, Bento.
Evandro-Eso es un riesgo, pero Bento no va a dejar que pase, como máximo una declaración aquí, otra aquí.
Anya-Ves, voy a perder mi bolso, Bentooo.
Bento-Jaja, no lo harás, porque a partir del lunes, voy a pagar tus estudios, no quiero que esas chicas hablen mal de ti.
Anya-Eso no, solo faltan dos años, quiero continuar con la beca, fue un regalo de mi padre, lo único que me dejó en vida, los estudios.
Bento-Está bien, ahora firma, y vamos.
Firmo las hojas y algunas en blanco también, por lo menos sé lo que estoy haciendo ahora, creo, pido permiso y los dejo en la oficina.
Evandro-Vaya, Bento, ella es una tentación, tío, qué cuerpo, qué ojos, parece un ángel que cayó del cielo.
Bento-Estás hablando de mi mujer, Evandro.
Evandro-Ella es mucha arena para ti, ella huele a mujer pura, sientes el olor de doncella en ella, ¿no lo sientes?
Bento-Si no respetas a mi esposa, estás en la calle.
Evandro-Jajaja, está bien, aún no te has acostado con ella, ¿verdad? Tío, no la dejes escapar, vi cómo la miras, estás amando a esta chica, nunca te vi mirar así a Leda.
Bento-Mi mente es un desastre, Leda se dedicó años a mí, sabes, pero no la amo, cuando estoy con Anya, me siento vivo, no sé, me gusta llegar, y ver que ella me está esperando para cenar, o almorzar.
Evandro-Invierte, tío, declárate para ella.
Bento-Leda está marcando territorio, sé que voy a tener problemas serios con ella, no quiero exponer a Anya.
Evandro y yo elaboramos la compra de una constructora, quiero dársela de regalo a Anya, cuando termine la facultad, mandé a reformar y dejarla a pleno vapor, para que Anya asuma después de la facultad, y también otras empresas, para no llamar la atención de la fiscalización. Contribuir en acciones de caridad, que están ligados al nombre de ella, eso ayuda mucho a burlar las fiscalizaciones. Llevo a Evandro hasta la puerta y Anya está al teléfono, necesito tirar esta porquería fuera. Evandro sale y voy hasta ella.
📱Ya estoy llegando, gracias doctor Romeo, te llamo cuando llegue, hasta.
Ella cuelga y me mira.
Anya-Él hizo una reserva en un restaurante, fuera de la ciudad, me pasó la ubicación.
Bento-¿Habló de mí?
Anya-No, no quise asustarlo.
Bento-Entonces vamos, y de allí vamos al centro comercial, necesitas comprar ropa nueva.
Anya-Está bien, nada muy exagerado, ¿de acuerdo?
Bento-Ya llamas la atención por sí sola, Anya.
Anya-Soy fea, Bento.
Bento-Todo lo contrario, tienes una belleza que muchas querrían tener, Anya, ahora vamos.
Anya-¿En mi coche prestado o en el tuyo?
Bento-En el mío hoy, después vamos en el tuyo al sitio de mi madre.
Anya-¿Tu madre tiene un sitio?
Bento-Sí, aquí en Grecia hay varios de ellos.
Salimos y tomo mi coche en el garaje y ella se lleva las manos a la boca, bajé, para abrir la puerta para que Anya entrara.
Anya-Qué lindo, Bento, es tan pequeño, ¿eso pasa por encima de un reductor de velocidad?
Bento-Jaja, sí, tiene suspensión.
Anya-Jaja, qué bien, anda, quiero andar en él.
Anya se ha mostrado tan diferente de cuando llegó, ella cargaba una tristeza en la mirada, ahora parece diferente, abro la puerta y ella entra, y entro enseguida.
Anya-Qué lindo por dentro, Bento.
Bento-Amo los coches así.
Anya-Tus coches son todos muy bonitos.
Seguimos donde el GPS del médico nos mandaba, en dos horas llegamos, paramos en un bello restaurante, dejé el coche con el aparcacoches y entramos al restaurante, tomé la mano de Anya.
Anya-¿Para qué tomar mi mano, Bento?
Bento-Muchos me conocen aquí, y saben que me casé, entonces toma mi mano, Anya.
Ella me mira extraño, pero cruza sus dedos a los míos, qué mano suave tiene ella, ya me imaginé ella pasándola por mi rostro, seguimos hasta una mesa, lindamente arreglada, y un hombre con un enorme ramo en la mano, él esperaba por Anya sola, él la ama, puta madre.
Romeo-Anya, pensé que ibas a venir sola.
Anya suelta mi mano, y saluda al médico, y él le entrega un ramo.
Romeo-Estás linda, estás muy diferente.
Anya-Gracias, tú también estás muy bien, doctor Romeo, me gustaron las flores, Ramón, este es mi marido Bento Passini.
Bento estrecha la mano de Ramón, él hace muecas, y miro a Bento.
Bento-Mucho gusto, mi mujer habló muy bien de usted, cuidó muy bien de su madre, vamos a sentarnos.
Nos sentamos, y me quedo mirando a Bento hablar, él parece bravo.
Bento-Entonces señor Ramón, mi mujer me dijo que pagó los gastos de mi suegra, y desafortunadamente no estaba con ella, aún, entonces no supe de eso, solo después, pero estamos aquí para saldar los gastos que ella debe.
Romeo-Yo no le cobro a Anya, señor.
Bento-Lo sé, soy hombre como usted, doctor, y entiendo perfectamente sus buenas intenciones, pero vinimos aquí, justamente para cerrar la deuda.
Bento hace un cheque con una cantidad que abrí mucho los ojos, y se lo entrega a Romeo.
Bento-Esto debe cubrir todo lo que gastó, y el resto es una propina por haber cuidado de la madre de mi mujer. Muchas gracias por cuidarlas.
Romeo-Nada, hice eso porque me gusta Anya.
Bento-Lo sé, no tengo dudas, vamos mi amor, necesitamos volver, con permiso, doctor, fue un placer.
Bento se levanta, llevándome junto, toma las flores de mi mano y las deja en la mesa, y sale arrastrándome, para fuera del restaurante.
Anya-Gracias Romeo, adiós... Espera Bento, estoy de tacones finos, Bentoo.
Sin esperar él me toma en brazos.
Anya-Bento, estás loco, ponme en el suelo, ahora, anda, rápido.
Pero él me lleva hasta el coche que ya estaba en la puerta, él me coloca en el asiento y me pone el cinturón, pasando su boca cerca de la mía, mi barriga parece que tiene varias mariposas volando, mi cuerpo todo se erizó. Él cierra la puerta y entra saliendo del restaurante. Miro a Bento confusa.
Anya-¿Qué fue eso, Bento?
Bento-Aquel hombre te quería, Anya, él te ama.
Anya-Y qué, Bento, ya le había dicho que no, ¿sabías? ¿Por qué devolviste las flores?
Bento-Porque si las aceptabas, le darías chances a él.
Anya-Nada que ver, Bento, no sé por qué estás bravo, yo quería almorzar, ¿sabías?
Bento-No con él, vamos a almorzar en otro lugar.
Anya-Llévame al cementerio, por favor.
Bento-¿Y sirven almuerzo allí?
Anya-Claro que no, estás loco, quiero ver a papá y a mi madre.
Bento-Entonces muéstrame el camino.
Ella me habla y vamos por la ciudad, hasta allá, llegamos rápido, Anya entra identificándose, y luego me muestra dónde están los padres, uno al lado del otro.
Anya se sienta en la tumba, y habla con los padres, y cuenta que se casó con el dueño de la casa, y que soy buena onda con ella, me quedo riendo, hasta que ella comienza a llorar, ahí me senté y la abracé, pasando la mano por la cintura expuesta.
Vi el momento en que mis toques, causan escalofríos en el cuerpo de ella, nos quedamos media hora allí abrazados, y después ella se levanta tomando mi mano, y salimos del cementerio.
Bento-¿Estás bien?
Anya-No, pero lo estaré, duele cada día menos, pronto solo recuerdos quedarán. Ahora estoy hambrienta, vamos para casa, Bento.
Bento-No, vamos al centro comercial y después a almorzar en un restaurante, ¿de acuerdo?
Seguimos hasta el centro comercial, entramos en las tiendas, e hice que comprara casi todo.
Anya-Mira el precio de esto, Bento.
Bento-Yo puedo pagar, puede entregar hoy mismo, señorita.
Vendedora-Lógico, señor Passini.
Ella anota nuestra dirección y seguimos para otras tres tiendas, Anya compró varios zapatos, tacones, sandalias y otros, después lencería que ella no quería que viera, entonces me quedé sentado esperando que ella escogiera, reía con cada una que ella me mostraba.
Anya-Bentooo, mira esta aquí, quién usa eso, Dios mío.
Bento-Muchas que quieren jugar con el marido, Anya.
Anya-Mi padre. Muy indecente, nunca eso va a entrar en mi cuarto.
La vendedora reía con cada mueca de ella, al final hice que la vendedora colocara unas que llegaron de nuevas colecciones, dentro de la bolsa de Anya, y pagué muy bien por eso, después seguimos para la tienda de joyas, Anya miró todas con cara de asombro de los precios, pero yo escogí, pues sé que ella no llevaría ninguna, pasamos en la tienda de celulares, y compré uno de última generación, y ella cambió el suyo, allá en la tienda mismo, configuramos y salimos.
Anya-Gracias, me gustó el celular, el mío no cabía más nada.
Bento-Mira, por lo menos eso te dejó feliz.
Anya-Mi celular era muy viejo, él era de mi padre, jajaja.
Bento-Viejo, eso debería estar en un museo.
Anya-Jajaja, tonto, estoy con hambre, Bento.
Bento-Quería saber para dónde va tanta comida, Anya.
Ella golpea mi hombro, pasamos en una última tienda, donde venden ropa a medida, compramos vestidos lujosos y algunos nuevos trajes. Y fuimos a almorzar en un restaurante, donde nunca llevé a Leda, para no correr el riesgo.
Llegamos en casa a la noche y tenía varias bolsas en la sala, la ayudé a subir todas para su cuarto, y ayudé a colocar en el clóset, salí en la hora de las bolsas de lencería, para que ella no se asuste, solo escuché los gritos de ella, jajaja. Bajé, para hacer la cena, hoy yo cocino, luego ella bajó con el rostro rojo.
Bento-¿Qué pasó?
Anya-Hhm, nada Bento, nada no, qué estás haciendo para la cena.
Bento-Espagueti a la crema, te gusta.
Anya-Mucho, quieres ayuda.
Bento-Pon la mesa.
Anya-Está bien, voy a hacer una mousse antes, te gusta de maracuyá.
Bento-Amo.
Ella hace todo tan rápido y pone la mesa, cenamos conversando, tomamos nuestras maletas y a las diez de la noche fuimos para el sitio de mi madre.