La historia puede cambiar al igual que el destino, losert ha perdido la memoria y su destino ha cambiado por completo.
pero ciertas circunstancias aran que losert corra un riego muy grande, ¿podrá losert recuperar sus recuerdos?.
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La traidora
Ryujin caminaba por un sendero poco transitado mientras el sol se ocultaba en el horizonte. La luz de la luna comenzaba a filtrarse entre los árboles, iluminando su camino. A cada paso, se alejaba más de la escuela, hasta que, en un parpadeo, se encontró frente a su señor.
Chernobog: (con una voz suave, pero imponente) Bienvenido, Ryujin. Dime, ¿cuál es tu informe?
Ryujin: (se inclina con respeto antes de responder) Mi señor, he detenido al siervo de Belial. Por ahora, no hará nada en contra del chico.
Chernobog: (con curiosidad e intriga) ¿Y qué hay de Vladich?
Ryujin: Por el momento, no ha dado señales de despertar. Sin embargo...
Chernobog: (arquea una ceja) ¿Sin embargo, qué?
Ryujin: (recuerda la pelea y la reacción de Losert) Puede que el chico recupere sus recuerdos muy pronto. Mi señor, ¿qué debo hacer?
Chernobog: (ríe suavemente, sus ojos rojos brillan con intensidad) Por ahora, mantenlo con vida. Si el chico logra unirse a Vladich, su alma por fin encontrará paz.
Ryujin: (se muestra incómodo, pero pregunta con cautela) ¿Cree que lo logrará?
Chernobog: (con una expresión inescrutable) Todo depende del chico.
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Escena 2: La despedida de Lisha
(Enfermería, antes del anochecer.)
Losert despertó con un leve dolor punzante en la cabeza.
Losert: (aturdido) ¿Dónde estoy...?
Lisha: (al escuchar su voz, abre los ojos y sonríe con alivio) ¿Cómo te sientes?
Losert: (la observa y recuerda la pelea, luego mira su muñeca herida) ¿Cómo te sientes tú? ¿Estás bien?
Lisha: (sonríe con dulzura) Estoy bien. (Se acerca a él y baja la mirada.) Perdóname, Losert.
Losert: (frunce el ceño, confundido) No tienes que disculparte. Me alegra que estés bien.
Lisha: (le toma la mano con suavidad, sus ojos brillan con lágrimas contenidas) Losert... terminemos.
Losert: (se sorprende) ¿Qué...? ¿Cómo dices...?
Lisha: (desvía la mirada) Sé que no llevamos ni tres días juntos, pero las cosas se han complicado. Lo mejor será terminar aquí.
Losert: (mueve los labios, pero no encuentra palabras, incapaz de mirarla a los ojos)
Lisha: (se pone de pie y camina hacia la puerta) No tienes que decir nada. (Se detiene un momento y le sonríe con tristeza.) Gracias por estos días, nos vemos.
Losert: (intenta moverse, pero sus heridas se lo impiden) Espera, Lisha...
Pero ella ya se había ido.
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Escena 3: La traición de Lisha
Lisha caminó sin detenerse hasta salir del colegio. La brisa nocturna acarició su rostro, como si le susurrara advertencias. Entonces, lo vio.
Frente a ella, apoyado contra un árbol, la esperaba otro siervo de Belial.
Jonathan: (sonríe con sorna) Vaya, vaya... Así que has decidido traicionar al señor Belial. Sabes lo que eso significa, ¿verdad?
Lisha: (sabe que no hay escape, pero mantiene la compostura) Sí, lo sé.
Jonathan: (se acerca con calma y le susurra al oído) Lo haré rápido y sin dolor. Después de todo, ya has sufrido demasiado.
Antes de que pudiera reaccionar, un dolor punzante se extendió por su abdomen. La hoja del puñal se hundió en su carne con precisión letal.
El mundo se tornó borroso. Apenas sintió cuando Jonathan la cargó con facilidad y se internó en el bosque.
Lisha: (pensando mientras la oscuridad la envuelve) Después de todo lo que sufrí y perdí... moriré como una traidora.
Sus labios esbozaron una débil sonrisa al recordar los ojos de Losert.
Lisha: (cerrando los ojos) Pero no importa...
Su corazón latió más lento... hasta detenerse.
O eso creyó.
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Escena 4: Un nuevo destino
Voces distantes la llamaban.
Voz 1: Oye... ¿estás bien? ¡Despierta!
Lisha sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Su pecho se agitó de golpe y abrió los ojos con dificultad.
Lisha: (murmura) ¿Estoy... muerta?
Voz 2: Por poco. Pero ahora ya estás bien.
Lisha se incorporó de golpe, su mirada vagó por su entorno hasta que se encontró con dos jóvenes.
Lisha: (impactada) ¿Quiénes son...?
Voz 1: Yo soy Elena. Te encontré en el bosque.
Voz 2: Y yo me llamo Elizabeth. Fui quien sanó tu herida.
Lisha no pudo evitar quedarse atónita. Nunca antes había visto a una chica tan hermosa.
Lisha: (sin poder contenerse) Eres... muy linda.
Elizabeth: (ríe suavemente) Te lo agradezco. ¿Y tú cómo te llamas?
Lisha: (aún en shock) Me llamo Lisha.
Elena: (cruza los brazos) Bien, Lisha. ¿Cómo terminaste en este estado en medio del bosque?
Lisha: (desvía la mirada, sin saber qué responder) Yo... esto...
Elizabeth: (sonríe con calidez) No la presiones, Elena. Deja que se recupere primero.
Elena: (se encoge de hombros) Lo siento.
Lisha: (apenas sonrojada) No pasa nada, en serio...
Elizabeth la miró a los ojos. Su sonrisa era serena, pero su mirada escondía un secreto.
Elizabeth: (en un tono hipnótico) Tómate tu tiempo, Lisha...
(Continuará...)