Arianna Sterling es una joven con una apariencia destacada y un gran secreto: es la presidenta y heredera de un poderoso conglomerado familiar con lazos a la realeza. Según una tradición familiar, debe pasar varios años alejada de su familia y riquezas, viviendo como una persona común para demostrar su fortaleza. Durante este tiempo de anonimato, enfrenta enemigos ocultos que amenazan con destruir todo lo que le pertenece. A medida que se adapta a esta nueva vida, Arianna descubre que alejarse de la opulencia y el poder conlleva desafíos que pondrán a prueba su inteligencia y su corazón.
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INTRIGA
Después de que su amigo se fue a probar el abrigo, los otros dos compañeros de Kai continuaron curioseando entre los estantes de ropa, comentando las prendas que les llamaban la atención. La tienda estaba tranquila, el murmullo de los clientes se mezclaba con el suave sonido de la música de fondo. Aprovechando la distracción de su grupo, Kai, de manera disimulada, decidió acercarse a Arianna.
Ella lo vio venir desde el rabillo del ojo y, con el corazón latiendo con fuerza, intentó calmarse. Era un riesgo que él se acercara, especialmente con Rebeca vigilando de cerca cada uno de sus movimientos, pero no había forma de evitarlo sin levantar sospechas. Kai detuvo su paso justo a su lado, lo suficientemente cerca para que nadie más pudiera escuchar lo que estaba a punto de decir.
—Adrianna, ¿qué haces aquí? —preguntó Kai en un susurro bajo pero claro, su tono incrédulo. El nombre resonó en los oídos de Arianna como un eco lejano de otra vida.
Escuchar su verdadero nombre la estremeció. Había pasado tanto tiempo desde que alguien lo pronunciara, especialmente con esa familiaridad. Aunque se sintió vulnerable por un segundo, recuperó rápidamente la compostura, sabiendo que cualquier reacción podría delatarla. Rebeca no estaba lejos, y su jefa había demostrado ser astuta para notar cualquier cosa fuera de lo normal.
—Estoy trabajando —respondió, manteniendo un tono lo más neutral posible, a pesar del torbellino de emociones que la envolvía.
Kai la observó con una mezcla de sorpresa y confusión. Era evidente que no podía entender qué hacía Arianna, la exdirectora de un influyente grupo empresarial, en un centro comercial, trabajando como asesora comercial. Él miró alrededor, como si buscara una explicación lógica en las prendas colgadas y los maniquíes perfectamente dispuestos.
Pero la verdadera pregunta, la que no se atrevía a formular en voz alta, era otra: ¿Por qué habías desaparecido y ahora estás aquí?
Arianna, percibiendo su desconcierto, trató de no mostrar su propia inquietud. ¿Cuánto sabía Kai? Su historia en ese lugar era complicada, y la última persona con la que quería hablar de ello era Kai, a quien había conocido bajo circunstancias tan distintas.
—He estado ocupada, pero… aquí estoy, haciendo lo que sé hacer —dijo, señalando los estantes de ropa con una sonrisa forzada, intentando que su respuesta pareciera más ligera de lo que era.
Kai asintió lentamente, aunque estaba claro que no se creía la explicación. Sus ojos la examinaron detenidamente, como si intentara desentrañar un misterio oculto detrás de su aparente normalidad. Sabía que había más detrás de la fachada de simple empleada. Después de todo, él era una de las pocas personas que conocía su verdadera identidad. Y ahora, verla así, en este entorno, solo añadía más preguntas.
—No esperaba verte aquí —dijo finalmente, su tono cargado de una mezcla de sorpresa e intriga. No estaba seguro de qué decir ni cómo abordar el tema.
Arianna sintió la presión creciente. Sabía que cualquier cosa que dijera podría levantar más sospechas. En ese momento, todo lo que necesitaba era alejarse de esa conversación antes de que alguien más los viera demasiado cerca. Especialmente Rebeca, quien no muy lejos los observaba de vez en cuando, claramente sospechando de algo.
—Es bueno verte, en serio —agregó Kai, con una voz más suave, aunque la duda seguía brillando en sus ojos.
—Igualmente —respondió ella, esbozando una leve sonrisa. Pero su mente estaba buscando una salida rápida.
En ese preciso instante, uno de los amigos de Kai regresó con el abrigo en la mano, interrumpiendo el momento tenso entre ellos. La atmósfera cambió de inmediato. Arianna suspiró internamente, aliviada por la interrupción. Aprovechó para centrarse en su papel profesional.
—¿Qué te parece? —preguntó el amigo de Kai, ajeno a la conversación que acababa de tener lugar.
—Es un gran modelo —respondió Arianna, volviendo a su tono habitual, la asesora comercial que siempre tenía una respuesta precisa.
Kai la miró una última vez antes de unirse de nuevo a su grupo, pero en esa mirada, había algo que no dijo, algo que parecía guardar para una ocasión más privada. Como si supiera que este no era el momento para discutir lo que de verdad le pasaba por la cabeza.
—Nos vemos pronto, ¿verdad? —murmuró antes de alejarse por completo, mezclándose de nuevo con su grupo de amigos.
Arianna asintió en silencio, observando cómo se alejaban. Mientras sus pensamientos giraban en torno a lo sucedido, sintió que esta situación había abierto un nuevo capítulo en su vida. No solo debía preocuparse por Rebeca y Evelyn, ahora Kai también estaba de vuelta en su mundo. Y aunque confiaba en que él sería discreto, no podía evitar sentir que este encuentro marcaría el comienzo de algo mucho más grande.
Sabía que estaba caminando por la cuerda floja, entre su identidad pasada y la nueva vida que intentaba construir.