Luca y Dimitri han estado colaborando durante años, formando un lazo inquebrantable entre las dos mafias. Pero cuando una nueva amenaza surge de una facción rival que podría destruirlos a ambos, se ven obligados a tomar medidas extremas para fortalecer su alianza: un matrimonio entre Luca y Anya. Luca no está interesado en casarse con la "niña malcriada" que siempre le ha causado molestias, pero Dimitri insiste en que es la única manera de unir las familias y evitar el desastre.
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Capítulo 14: Fuego Bajo la Superficie
La villa de Luca estaba en silencio, como si el mundo a su alrededor hubiese dejado de girar por un instante. Anya caminaba por los pasillos con un aire de calma forzada, aunque por dentro se debatía entre la furia y el deseo. Desde que llegaron a Nápoles, todo había cambiado entre ellos, y lo que antes había sido una simple unión política ahora era una mezcla volátil de emociones que no podían ignorar.
Anya llegó a la puerta de su cuarto, la habitación que había elegido desde el primer día para dejar en claro que no compartiría su espacio con Luca hasta que él se ganara su lugar. Aunque, en el fondo, sabía que no era solo eso. Compartir una cama con Luca significaba mucho más que aceptar su posición como su esposo. Significaba ceder, abrirse, y sobre todo, arriesgarse a caer en un abismo del que no estaba segura de poder salir.
Se detuvo frente a la puerta, tomando aire, y alzó la mano para abrirla cuando una voz profunda y familiar rompió el silencio.
"Anya," la llamó Luca, su tono cargado de esa misma tensión que había estado envolviéndolos desde hacía semanas.
Anya se dio la vuelta, su mirada encontrándose con los oscuros ojos de Luca, que brillaban con algo que ella no lograba descifrar del todo. Sabía que él estaba tan atrapado como ella en esa lucha interna, pero Luca, con su eterno control, siempre encontraba la manera de contenerse. Y eso, más que cualquier cosa, la exasperaba.
"¿Qué es lo que quieres, Luca?" preguntó con un suspiro, intentando mantener la compostura. No quería mostrar lo mucho que su presencia la afectaba, lo mucho que esa atracción latente la desconcertaba.
Luca dio un paso hacia ella, cruzando la distancia que los separaba con una calma inquietante. "Necesitamos hablar."
Anya lo miró, sin moverse. Sabía lo que significaba cuando Luca decía que necesitaban hablar. Era su forma de intentar controlar la situación, de racionalizar lo que sentían. Pero Anya no quería hablar. Quería respuestas. Quería acciones.
"Hablar," repitió con un leve sarcasmo. "Siempre quieres hablar, Luca. Pero no todo puede resolverse con palabras."
Luca apretó los labios, visiblemente molesto. "Esto no es tan simple, Anya."
Ella cruzó los brazos, desafiante. "Nunca dije que fuera simple. Pero huir tampoco lo es."
"¿Huir?" Luca dio un paso más cerca, su voz más baja, más intensa. "¿Crees que estoy huyendo?"
"¿Qué más podría pensar?" respondió Anya, levantando la barbilla para no mostrar ninguna debilidad. "Cada vez que estamos cerca de algo real, te apartas. Te escondes detrás de tus responsabilidades, de tu autocontrol. Pero no puedes seguir ignorando lo que hay entre nosotros."
Luca la miró en silencio, como si estuviera procesando cada palabra, cada desafío que ella le lanzaba. Sabía que Anya tenía razón, que había estado evitando lo inevitable. El deseo entre ellos ardía como un fuego incontrolable, y cada vez que intentaba apagarlo, solo lo avivaba más.
"Anya," murmuró, dando otro paso más. Esta vez estaban tan cerca que podía sentir su respiración mezclándose con la de él, la tensión entre ellos tan palpable que parecía que el aire se electrificaba a su alrededor. "No se trata solo de lo que hay entre nosotros. Hay demasiado en juego."
"Siempre hay algo en juego, Luca," replicó ella, sin retroceder. "Pero esto no es solo un acuerdo entre dos familias. No podemos seguir pretendiendo que lo es."
Los ojos de Luca se oscurecieron, y Anya pudo ver la lucha interna que libraba en su interior. Sabía que él también lo sentía, que estaba tan atrapado en ese torbellino de emociones como ella. Pero la diferencia era que Luca siempre intentaba controlarlo, mientras que Anya estaba dispuesta a enfrentarlo, a dejar que la consumiera si era necesario.
Luca extendió una mano y, con cuidado, tomó la de Anya. Su toque era firme pero suave, y el simple contacto hizo que una corriente eléctrica recorriera su cuerpo.
"Anya, no quiero hacerte daño," dijo en voz baja, como si estuviera confesando algo que había intentado ocultar durante demasiado tiempo. "Pero no puedo entregarme a esto, no cuando sé que podría destruirnos."
Anya sintió cómo su corazón latía más fuerte. Había algo en la forma en que Luca lo decía, una vulnerabilidad que rara vez mostraba. Pero en vez de apartarse, decidió acercarse más a él.
"No quiero que me protejas de esto, Luca," dijo ella, sus ojos fijos en los de él. "Quiero que lo enfrentemos juntos."
El silencio volvió a caer entre ellos, pero esta vez estaba cargado de una energía diferente, más intensa. Luca dejó caer su máscara de control por un segundo, lo suficiente para que Anya viera la verdad detrás de sus palabras.
Sin decir nada más, Luca la atrajo hacia él, y en ese instante, toda la tensión que habían estado reprimiendo explotó. Sus labios se encontraron en un beso cargado de pasión y deseo, un fuego que había estado ardiendo bajo la superficie durante demasiado tiempo.
Pero, tan rápido como había comenzado, Luca se apartó, respirando con dificultad. "No puedo…" murmuró, apartándose y dándole la espalda.
Anya lo miró, aún con los labios ardiendo por el contacto, frustrada y dolida. "Siempre lo haces, Luca," susurró. "Siempre te apartas."
Antes de que él pudiera responder, Anya abrió la puerta de su habitación y entró, cerrándola de golpe, dejando a Luca solo en el pasillo.
Luca se quedó inmóvil, con la mano aún en su pecho, sintiendo el fuego que Anya había dejado tras de sí. Sabía que había llegado el momento de enfrentar lo que tanto había estado evitando, pero el miedo a perder el control era una sombra que no podía sacudirse.
Detrás de la puerta, Anya apoyó la espalda contra la madera, dejando escapar una respiración temblorosa. El fuego bajo la superficie aún ardía, pero esta vez no era suficiente para quemar las barreras que Luca seguía levantando.
Sabía que el siguiente movimiento tendría que ser suyo.
Amor de Madre y fiereza de una Reina. Es una barbaridad./Rose//Rose//Rose/
Guauuuu. Palabras llenas de amor y una pasión a punto de estallar.