El Sabor Amargo De Tu Miel

... Y las propuestas quedan claras, y los puntos estratégicos de cada empleado también, el nuevo proyecto de la línea de joyería y pedrería están en luz verde para iniciar su próxima presentación en nuestro país, para luego entenderse a nivel mundial, todos se paran y aplauden, por mi parte me acerco a mi padre, el cual me dice que quiere verme en su oficina, pero ya.

Reviso mi teléfono y la madre de la niña de ayer me llama porque quiere que la visite, su niña; Laura esta fascinada conmigo. Lo pienso un momento y al final no puedo huir de lo que ha pasado. Envío un mensaje en respuesta, diciéndole que en una hora estoy en su casa.

(Camila) Sí papá, enseguida voy.

(Paúl) Té acompaño, tengo que dejar los informes en su oficina.

(Camila) No tengo problema con eso.

Camino delante de él, escucho que su teléfono suena y me quedo observando su reacción.

(Paúl) 📱 Sí, OK, bueno, así es. Me parece bien. No hay problema. Igualmente.

Era un cliente que quería hacer una evaluación...

(Camila) Que bien.

No le muestro mi incomodidad porque sé quien lo llamo, tampoco puedo evitar el asco que me produce al recordar lo que vi ayer.

(Paúl) Permite me te abro la puerta.

(Camila) Sí, solo puertas abres.

(Paúl) Perdón, dijiste algo.

(Camila) Que la puerta la puedo abrir sola.

Entramos y mi padre nos dice que nos acerquemos.

(Luis) Bueno ustedes se han comprometido y junto con tu padre, Pedro, estuvimos hablando que merecen un lugar donde poder establecerse como familia. Después de su matrimonio...

(Camila) Padre yo no me quiero casar, es más no quiero estar comprometida, tengo otras cosas que quiero realizar, proyectos de vida que quiero realizar.

... Veo que la mirada de Paúl se tensa y mi padre me mira con rareza.

(Luis) ¿Sucedió algo acaso entre ustedes dos?

(Paúl) No, cariño, quizás los nervios te están invadiendo ahora y estás confundida.

(Camila) Padre que sucede si no quiero casarme con Paúl.

(Luis) No te entiendo, sé más clara y dime el motivo, porque te veías ilusionada y feliz aquel día de tu compromiso y hoy estás...

(Paul) Vamos Camila no entiendo que sucede contigo, dime si algo hice mal.

Camila...

El muy descarado se atreve a preguntar si hizo algo mal. Vaya que no tiene sangre en la cara, miente tan bien y encima se hace la víctima.

Bueno yo quiero viajar e iniciar un curso de joyería para poder seguir con el legado de mi familia, padre, quiero trabajar contigo.

(Luis) Mi niña preciosa, pero puedes hacerlo y seguir con tus planes de boda, no hay porque aplazar.

(Paúl) Té daré el tiempo que requieras para que te sientas útil en la empresa si así lo quieres, cariño sabes que nuestro compromiso se hizo y...

(Camila) Se hizo en una reunión privada con nuestros padres, porque así lo pediste tú, y ahora soy yo la que no quiere casarse. Quiero crecer como persona y no tengo cabeza para poder pensar en detalles de un matrimonio, al final solo es un papel firmado, que no garantiza la felicidad ni la fidelidad.

Padre si me disculpas me tengo que ir porque hay una clase que debo dar.

(Paúl) Té llevó, no hay problema para mi.

(Camila) Perfecto, vámonos entonces.

Maldito quiero ver la cara que pones cuando sepas a qué casa voy a ir.

Yo camino adelante y él trata de tomarme la mano, pero es tan incómodo tocarlo, así que lo evito y me empiezo a colocar crema a mis manos, me abre su auto y el olor a otro perfume se siente, leve, pero se siente aún.

(Paúl) Ahora me puedes decir que rayos te sucede para que digas que quieres cancelar todo y no te quieres casar porque según tú se te dio por trabajar en la empresa... Dime si algo pasa, pensé que me ibas a llamar como cada mañana y tampoco lo hiciste.

(Camila) A que se deben tantas preguntas, no siempre una mujer espera pacientemente que su permitido sea quien de un cambio, te das cuenta de que he sido yo quien todo este tiempo te ha llamado, que soy yo quien te ha enviado mensajes y unos eran respondidos y otros no, te das cuenta de que has sido un idiota al tratarme de esa manera, por Dios Paúl y aun si quieres que me case contigo, si ahora me trata así, que es lo que nos espera cuando nos casemos.

(Paúl) Se que todo el tiempo has sido tú quien me hacía llamadas, pero la empresa me tiene metido en todo y casi siempre pendiente de las actividades.

(Camila) Déjame aquí en la esquina, es aquella casa, me están esperando.

(Paúl) Piensa muy bien las cosas por favor, no te agobies, son los nervios de una futura novia, eso es cariño.

(Camila) Seguro eso es... Bueno adiós.

(Paúl) Adiós cariño.

Camila...

Me bajo unas tres cuadras antes, no soporto estar escuchando más sus mentiras, giro a la derecha para ir por la otra calle caminando, no quiero pensar en que me va a decir cuando se entere de que aquella niña que le doy clases es sobrina de su ... De la otra y si la otra soy yo...

Justo cuando voy a llegar me doy cuenta de que el muy descarado está aquí, su auto está estacionado dentro de la casa, me quedo pensando si debo tocar o no, cuando voy a girar, la empleada de ayer me reconoce y me invita a pasar, mis manos sudan. Aquí voy y no sé lo que pueda pasar.

Camino por el jardín y entro a la casa, la sala se encuentra en silencio, solo el sonido de algunas teclas del piano se oyen en el piso de arriba.

(Empleada) Señorita suba por favor mi niña Laura la espera con ansias.

(Camila) OK gracias.

Voy subiendo y no veo por ninguna parte a Paúl ni a la mujer que me dijo que se llamaba Mina o Mica, algo así.

Laura me recibe e invita a pasar, muy emocionada me comenta que las partituras que le deje ya se las aprendió.

Y aquí sigo practicando con ella, pero no me puedo concentrar, se cumple el tiempo y yo me despido y al bajar, veo a aquella mujer que solo trae un vestido corto y muy atrevido, parece un babydoll, si eso es.

Entra a una de las habitaciones y algo dentro de mí me impulsa a seguirla, lo hago sin que de se cuenta, entra y la voz de Paúl se oye, habla con morbosidad al verla.

Me paro en la puerta y decido entrar, mi corazón está acelerado... Vaya la sorpresa que me llevo al verlo desnudo sentado en una silla y ella sobre él. La besa y muerde su cuello, mientras ella se mueve en sus piernas... Mi voz no sale, suspiro y me retengo el asco que siento al verlos. El.ciraje crece en mí y les hablo.

No te da ni un minino de vergüenza tirarte a tu mujer con la puerta abierta y tampoco piensan en que habitaciones más adelante hay una niña de siete años y que pudo ser ella que los viera.