Nick es un hombre millonario, exitoso, guapo, y amable, alguien que lo ha tenido todo… Pero su pasado es mucho más gris y profundo que aquella fachada, porque años atrás, luego de perder la memoria, terminó en un orfanato donde la pasó abusos, humillaciones y problemas, pero gracias a la bondad de un hombre que lo adoptó, su vida mejoró. Sin embargo, ¿quién podría imaginarse que, aun así, le faltaba un obstáculo mucho más complicado que enfrentar? El amor llegó a su puerta, de una manera singular e incluso puede parecer incorrecta.
Por otra parte, Jennifer creció como una hermosa joven, que aunque no tenía a su madre, sí tenía un hogar lleno de amor junto a su padre y sus cuatro hermanos adoptivos. Sí, adoptivos, que aunque no tenían un lazo de sangre que los uniera, el lazo de la familia… o del amor, era más fuerte. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
ESTA NUEVA NOVELA ESTARÁ LLENA DE EMOCIONES, PROBLEMAS Y CONFLICTOS… PERO IGUAL QUE EN MIS OTRAS NOVELAS, EL AMOR PREVALECE.
LOS AMO
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Capitulo 13 "Elena"
Salí del baño y me cambié de ropa. Pero no puedo volver ahí, no al menos si quiero mantenerme cuerdo y no hacer nada indebido. Me dirigí a mi estudio y me coloqué a leer documentos y trabajos pendientes. No sé exactamente cuánto tiempo sucedió, pero se hizo de noche y Jen llegó envuelta en la manta.
—Ah, hola, ¿terminaste la película? —pregunté sin apartar la vista de mis documentos.
—Sí, e incluso miré otra. Te esperé, pero… jamás llegaste —cerró la puerta y observó el lugar en busca de una respuesta, entonces opté por lo seguro, mostrando poco interés
—Aún tengo algo de trabajo. Si ya terminaste de ver películas, ¿por qué no vas y duermes? Mañana será tu primer día y debo explicarte todo lo esencial cuanto antes.
—Aún no es tan tarde.
—Si lo es, ve a dormir.
—¿Pero y tú? ¿No vas a dormir?
— El presidente temporal casi nunca duerme, Jen. Son gajes del oficio.
—En ese caso —se acercó a mi estantería de libros y buscó uno cualquiera, luego se sentó en un gran sillón— continúa, yo te sigo.
—¿Qué haces, Jen?
—Aprendo de ti. Esperaré a que acabes para ir a dormir
—Aún me demoro, mejor vete.
—No quiero dejarte solo, Nick.
—Estoy acostumbrado a estarlo.
—Que lo estés, no significa que siempre debas estarlo, hermano —su respuesta ingeniosa vino seguida de una sonrisa de su parte —tú solo ignórame, yo leeré para enriquecer mi mente y en unos meses podré ayudarte con mis ideas. Dos cerebros piensan mejor que uno.
La dejé quedarse y seguí haciendo mi trabajo un buen rato. Al inicio sentí su mirada sobre mí una y otra vez, se removía varias veces como si pensara en preguntas que hacerme, pero al final se sentó y solo se colocó a leer.
Luego de un rato vi la hora, es media noche. Volteé a verla y estaba de lado con el libro a punto de caerse de sus manos en el aire dormida profundamente, sonreí de lado. Definitivamente, la economía no es lo suyo, para ella los números son como un somnífero afectivo.
Dejé todo a un lado y me acerqué sin hacer ruido, cerré al libro y le acomodé su sedoso cabello rubio, entonces sonrió un poco entre sueños. La levanté en mis brazos y la llevé a su habitación, la acomodé en su cama, la cubrí bien, y dejé encendida la pequeña lámpara de luz que tiene forma de Luna. Entonces salí y me fui a terminar el trabajo para después ir a dormir.
***
Despierto con una mueca de frustración, no pude pegar el ojo en toda la noche, no podía dejar de pensar en Jen, está en cada uno de mis pensamientos. Frustrado me fui a dar una ducha larga y fría. Me coloqué un traje color negro con una corbata del mismo color. Vi la hora y son las siete y cuarto, el trabajo inicia a las 9.
Golpeé el cuarto de Jen y no respondió, así que entré y la moví del brazo.
—Oye, Jen, despierta. Debes prepararte para el trabajo —se removió incómoda y sonreí, pero entonces de la nada se sentó en la cama y dio un salto.
—¡Sí, señor! Seré la mejor empleada del mundo mundial —se metió corriendo al cuarto del baño, así que me dirigí a la cocina para preparar nuestro desayuno, así lo hice y terminé todo en media hora, entonces serví lo de ambos.
—Jen, está listo el desayuno.
—Voy —gritó desde su habitación y coloqué a calentar la leche de ella —. Listo, aquí estoy
Trae un traje de falta corto totalmente negro con algunos botones que le ayudan a formar su figura, además trae su cabello rubio en hondas dando el aspecto de algo fresco pero totalmente elegante. Trae pendientes de una flor negra delicada colgando, y unos tacones altos de tipo puntilla con terminado de diamante. Jamás la había visto tan elegante y radiante y fresca a la vez
—¿Qué tal me veo, Nick?
—Eh… eh… bu-bu-bueno tú…
—¿Tan rara me veo?
—No, no, es decir… estás muy hermosa.
—Lo sé —dio una vuelta y luego se sentó a comer con una sonrisa. Definitivamente debo controlarme y cumplir bien mi papel. Ser solo y únicamente su hermano mayor.
Terminamos de comer y subimos a mi auto deportivo Audi. Los guardaespaldas nos siguieron en sus autos.
Al llegar, ambos bajamos del auto en la entrada principal y fue como si todos dirigieran su mirada a nosotros. Tal vez por el aura que emanamos juntos, vamos de negro y ella trae unos lentes de sol, además tenemos seis guardaespaldas siguiéndonos como si fuéramos reyes.
Al llegar a mi oficina, nos recibió Lara con una sonrisa.
—Buenos días, señor Monroe, señorita Monroe —asentimos y entonces se hizo a un lado para dejarnos pasar—dejé en la oficina su café favorito, señor, y el suyo también, señorita. Si me disculpan, me iré. Por cierto, señor, en una hora vendrá la hija de la señora Pirts. Llamó y me dijo que ella y su esposo se irán de viaje por algún tiempo, así que será su hija la que concretará el negocio y lo llevará a cabo.
—Muy bien, cuando llegue, hazla pasar.
—Con gusto. Pasen un buen día —salió y entonces vi que Jen la miraba estupefacta—¿por qué la miras así?
—¿Acaso tiene alguna enfermedad terminal y no quiere quedarse en el purgatorio o qué? ¿Por qué de repente es amable?
—Bueno, mejor tarde que nunca.
— ¿Crees en su amabilidad?
—Sí. La conozco, decidió dejar de insistir.
—Oh, bueno, entonces admiro su fuerza de voluntad. A decir verdad, se ve mucho más hermosa, así, fresca y sin ganas de matar a cualquier mujer que se te acerca —me reí por sus ocurrencias.
—Pienso lo mismo, ella es una buena amiga, no dudes en buscarla si llegas a tener algún problema.
—Lo tendré en cuenta. ¿Qué quieres que haga primero—alguien tocó la puerta de vidrio y ambos volteamos a ver hacia allá, entonces abrió Lara.
— Disculpen la interrupción, pero llegó la señorita Pirts. Dijo que estaba muy emocionada por conocer al señor Monroe y por eso llegó media hora antes.
—… Déjala entrar en ese caso — asintió y salió del lugar.
Entonces entró una joven de poco más de veinte años. Trae un traje color blanco y su cabello negro azabache le ayuda a resaltar sus ojos azules. Es realmente muy hermosa.
—Buenos días, señor Monroe, no sabe lo feliz y emocionada que estaba por conocerlo. Ah, señorita Monroe, también está aquí, es un placer conocerla.
— Igualmente—estrecharon sus manos, entonces se acercó a mí lentamente con una sonrisa la señorita Pirts.
—Soy Elena Pirts, es un verdadero placer conocerlo.
—Me alaga, señorita Pirts
—Oh, llámame Elena, por favor. El Pirts que se lo queden mis padres —sonreí.
—Muy bien, señorita Elena, por favor —le indiqué que se sentara, entonces Jen se removió incómoda.
—Iré a hacerle unas preguntas a tu asistente Lara. Necesito saber cómo se maneja esto —me cortó de una vez, asentí y me senté frente a Elena para comenzar la reunión. Jen, por otro lado, salió sin mirar atrás.
—Señorita Elena, ¿está al tanto de las actualizaciones del negocio?
—Sí, mi madre me dijo que prácticamente está serrado. Yo firmaré y lo podremos comenzar a ejecutar en cuando usted esté de acuerdo. Aunque también me trajo aquí el hecho, de descubrir que usted es el fundador de la empresa J&N (Yi an en) automotriz.
—Vaya, está bien informada.
—Lo admiro demasiado como para no estarlo. ¿Es verdad que está próximo a lanzar un nuevo modelo de su marca de auto exclusiva? Porque quiero ser su primer compradora.
—¿Y por qué debería dejarla serlo? Puede que este nuevo lanzamiento sea muy exclusivo.
—¿En ese caso, dígame qué debo hacer para merecerme uno de ellos? Algo me dice que el dinero no es precisamente el requisito principal.
—Está en lo correcto. El lanzamiento de este auto es para los miembros de la familia Monroe. Lo hice para mi familia, solamente hay seis siete ejemplares.
—¿Entonces, si quiero uno de ellos, debo ser parte de su familia? —sonreí incrédulo e interesado en esa respuesta—¿me dejaría ser parte de su familia?
—No, no creo que ser parte de mi familia sea lo suyo. Creo que el apellido Pirts le queda bastante bien
—Muy bien, entiendo. Pero… ¿Al menos me dejaría intentarlo? No miento cuando le digo que usted me interesa, y antes de que lo piense, no, no es por su dinero. Desde que estaba en la universidad he seguido sus negocios, pasos, emprendimientos, acciones, todo y mi admiración creció al ver qué tipo de persona es. Alguien leal, y letal para el que se atreva a lastimar a su familia. Tal vez esto le suene extraño, pero de verdad me interesa como persona, y puede que le parezca que soy una rara al decir tantas cosas. Pero algo sí le puedo asegurar, soy sincera. Así que… ¿Me daría la oportunidad de conquistar su corazón?
—Señorita Pirts, yo… aprecio su sinceridad, pero creo que…
—No me rechacé ahora. Acepté tener tres citas conmigo, si después de ellas sigue pensando que yo no le puedo atraer ni un poco. Prometo dejarlo en paz. ¿Acepta?
—Disculpen—Jen entró con una sonrisa y al vernos se quedó callada, como si intuyera que algo sucediera. Tal vez… tal vez debería seguir el consejo de Adrián, actuar como un verdadero hermano y dejar de pensar en que ella y yo podríamos tener algún futuro.
—Nick, la asistente Williams dijo que debemos ir a la primera planta por un problema técnico que hubo.
—En ese caso —Elena sonrió levantándose—esta es mi boleta de salida. Señor Monroe, esperaré su respuesta a mi propuesta —acercó su mano para estrecharla, pero en lugar de devolverle el saludo, tomé su mano y me incliné para dejar un beso en su muñeca.
—Tenga un buen día, señorita Elena.
Al dirigirse a la salida, Jen y ella asintieron la una a la otra. Entonces tomé mi abrigo y me lo coloqué.
—¿Vamos, Jen? —Pasé por su laso y abrí la puerta, pero al pasar por mi lado me ignoró completamente y se dirigió al ascensor.
—¿De qué respuesta hablaba Elena?—preguntó ya adentro del ascensor.
—Me dijo que me admira y quiere o algo así. Quiere que salgamos.
—¿Salir a qué? ¿A dónde? ¿Por qué?
—Salir juntos como un hombre y una mujer comun y corriente, porque esta enamorada de mi.
—Ah… y tú vas a… ¿Aceptar salir con ella?
—No veo porque no. Es una joven agradable —además, si salgo con ella no hay razón por la cual.
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