Corazón De Dragón

Dagny por su parte, derramaba lágrimas fisiológicas, era impensable imaginar que una persona como ella, fuera querida como hija de los propios reyes.

—Como se ha dicho, pienso igual que sus majestades, no creo que debamos juzgar a una persona solo porque en el pasado los de su raza hicieron cosas malas. Siendo este mi veredicto final, no me opongo a la decisión de los reyes, a partir de ahora, la princesa Dagny, será Dagny Tudor, primera princesa de Athel—

Nadie pudo objetar a lo dicho, por algo era el gran anciano sabio el que hablaba, aquel que fue bendecido con el don de la voz ancestral. Así que la decisión fue aceptada por todos aquellos que presenciaban lo dicho.

La reina caminó hasta donde estaba Dagny y le dio un fuerte abrazo, estaba realmente feliz por haber logrado lo que quería, detrás de ella, estaba el rey.

—Espero no te moleste no haberte consultado este asunto— le sonrió

—Majestad, yo… realmente no se que decir. No creo ser merecedora de tanto, usted es tan buena— las lágrimas no dejaban de salir.

—Divar tiene razón, somos afortunados de tenerte con nosotros y que justo seas tú quien le haya dado calidez a nuestro corazón. Princesa, se que no soy muy demostrativo con mis emociones, pero puedes estar segura que yo también te quiero como parte de nuestra familia, aunque no sea como mi nuera, para nosotros es más grato tenerte como nuestra hija— sonrió y ambos abrazaron a su nueva hija.

Los pensamientos de Dagny se volvieron un tornado. ¿Debo continuar con mis planes?, ¿puedo vivir como su hija aún siendo una elfa?, ¿los decepcionaré de alguna forma?. Esas preguntas invadían su mente y hacían que su felicidad no pudiera estar completa.

—Estoy más que agradecida, yo espero enorgullecerlos de ahora en adelante— solo suspiró en el momento, quería saborear esa felicidad, aunque sea por ahora.

Cómo ya todo estaba terminado, poco a poco cada uno de los asistentes se fue retirando y regresaron a sus hogares, pues la mayoría había viajado desde lejos para poder hacer acto de presencia.

Dagny fue invitada a comer con los reyes, querían celebrar que la familia había crecido, por lo que todos se reunieron en una misma mesa. Desde la reina, el rey, el príncipe, hasta Nick, el hermano de la reina y también el gran anciano, algo que de verdad sorprendió a Dagny.

—Dagny, debes estar un poco confundida, pero deja que te presente al maestro de mi hermano menor, el es Hope Stilletto. Escuchaste que es el gran anciano, pero en realidad no es tan viejo como piensas, tan solo tiene 300 años— se reía burlona de aquel que en su momento, fue su gran amigo.

Era grato ver cómo la reina se mostraba de esa manera frente a la gente que tanta confianza le tenía, en realidad eran familia.

—Hijo, ¿no tienes nada que decirle a la princesa Dagny?—

—Padre, yo no estoy de acuerdo con ello. Nunca me consultan nada— se quejó

—Deja tus niñerías sobrino, sabes que en realidad siempre he apoyado a mi querido amigo Nick, pero tratándose de la familia, debo decir que es un verdadero placer que te hayas unido a nosotros, su alteza Dagny—

Yafar se levantó de su silla y fue directo a Dagny, la hizo ponerse de pie y le dio vuelta tras vuelta, hasta terminar con un abrazo.

—Yo le agradezco príncipe— cuando se apartó, hizo una reverencia.

A pesar de haber sido aceptada por su nuevo tío, no podía ser tan confiada.

—Me alegro que al menos su majestad tenga un rayo de luz en su vida nuevamente.— Hope levantó su copa y hizo un brindis.

La cena se llevó sin contratiempos, quizás el príncipe y Nick se sintieron un poco fuera de lugar, pues no estaban del todo de acuerdo con la decisión de los reyes, aún así no podían hacer nada, ni ahora ni nunca.

Después cada uno se retiró a sus labores diarias, a Dagny le dirían que haría a partir de ese momento, al ser parte de la familia real, pero eso sería al día siguiente, por lo que tenía la tarde libre.

—Su excelencia— había seguido al gran anciano.

—¿En qué puedo ayudarla alteza?— se detuvo para preguntar

—Disculpe la molestia, pero ¿podría hablar con usted a solas?— agachó un poco la cabeza, parecía algo temerosa.

Cómo se dio cuenta de la actitud de Dagny, la invitó a su despacho, que era justamente a lado de su propia habitación, en la zona de invitados del castillo, él sería de los últimos en irse del lugar.

—Dígame alteza, ¿cómo puedo ayudarla?— ya habían llegado y se encontraban sentados en un sillón.

—Amo a los dragones y todo lo que tiene que ver con ellos, por esa razón, yo había decidido algo desde hace tiempo, pero ahora estoy más segura de que quiero hacerlo. Aún así, necesito de alguien para poder llevar a cabo lo que tengo pensado, no le puedo pedir esto a sus majestades, pues sería muy doloroso para ellos perder a una hija que apenas adoptaron— continuó con el rostro agachado.

—Si es algo en lo que pueda ayudarla, cuente conmigo— su seriedad incitaba a no quererle hablar, pero era agradable escuchar su voz.

—Hay un proceso por el cuál alguien puede pasar y obtener el corazón de un dragón ya perecido— levantó la vista.

—No se a que se refiere, ese tema es algo complicado incluso para mí— se veía confundido

—He investigado mucho sobre ello y quiero hacerlo. Quiero convertirme en uno de los suyos, ser un dragón aunque sea teniendo el corazón de uno— su decisión había sido tomada y estaba segura de ello.

Hope se quedó paralizado por lo que estaba pensando hacer Dagny. Si bien era sabido que se podía hacer dicho proceso, era muy probable que resultara en fracaso, pues se necesitaba una incalculable cantidad de magia para poder llevar a cabo algo así. No podía permitir que ella lo hiciera, no ahora que sabía ciertas cosas.