El Momento De La Venganza

Después de la sorpresa inicial, Margarita relajó su mirada y su cuerpo; entendió que el hombre que tiene enfrente no es su salvador, pero la desea y eso es lo único que necesita para continuar con un plan que creía había fracasado.

- "Nunca lo he visto en esta costa, no creo que viva en este lugar, ¿cómo va a comprar mis servicios durante todo el año, para que duerma en su cama, si vive en otro lado?. Créame que prefería cumplir lo que resta con mi contrato solo como usted, solo que me cuesta entender lo que me dice, creerlo", comentó Margarita.

- "¿Puedes ser sincera, si te hago unas preguntas?", preguntó James.

- "Sí", afirmó Margarita.

- "Realmente, ¿te llamas Dulce D'Luca?, ¿qué hacías antes de empezar con este 'trabajo'?", cuestionó James.

- "A todas nos ponen nombres diferentes, realmente me llamo Margarita. Antes de que papá enfermara, había ingresado a estudiar, quería ser maestra de niños; pero él ya no podía trabajar y mamá no podía hacerse cargo de todo, hay muchas cuentas por pagar, muchas medicinas y tratamientos, mi hermana pequeña aún va a la escuela y será más difícil su vida si no la termina, es lo mínimo que te piden. Así que dejé de estudiar, daba clases particulares, pero no había muchos alumnos y la verdad que necesitaba más, así que empecé a trabajar en casas, limpio, cocino, lavo, lo que necesiten; igual me iban a buscar una oportunidad en casa de un millonario porque pagan mejor; pero hiciera lo que hiciera no iba a conseguir lo necesario para la operación de mi padre, así que aquí me tiene", respondió Margarita, aunque por momentos su voz se apagaba.

- "Margarita es un muy bonito nombre. Voy a eliminar el contrato que tienes con esta organización y tendrás uno nuevo conmigo. Le vas a decir a tu familia, que vas a trabajar en la capital, lo que ibas a ganar en este trabajo, te lo voy a pagar mensualmente, es una suma bastante generosa, no se gana eso en trabajos simples. Tú decidirás qué hacer con el dinero, gastártelo, ahorrarlo, mandarlo a tu familia; es una buena cantidad. Solo que tú vivirás conmigo en mi casa, no pasó mucho tiempo en ella, pero me gustaría una compañía para salir, viajar, cenar y...", explicó James.

- "Tener sexo con usted, sin que sea algo serio, sin preocuparse en enamorarme y sin escenas de celos", interrumpió Margarita.

- "Eres lista. Espero que lo sigas siendo siempre", dijo James.

- "No se preocupe, sé el papel que ocuparía, escort de lujo personal para los privilegiados, prostituta personal, realmente", manifestó Margarita.

- "No deberías llamarte así", comentó James.

- "Soy consciente de lo que he Sido para usted esta noche. Y soy consciente de lo que sería, todo el año que estaría a su lado; igual estoy dispuesta. Si no pasa mucho tiempo en la casa, ¿puedo usar parte del dinero para pagar mis estudios?, después del año, todo será por mi cuenta, debo ahorrar y prepararme; no quiero volver a estar en la misma situación", interrumpió Margarita.

- "Puedo pagarte los estudios completos para que nunca tengas que preocuparte en pagar, en una estupenda universidad. Solo una cosa Margarita, durante ese año, tú no puedes tener ninguna relación sentimental con otro hombre y mucho menos tener sexo, ¿entendiste?", inquirió James, tomando el mentón de Margarita.

- "Clarísimo, seré su prostituta personal, estoy muy clara con eso", respondió Margarita, "solo que no puedo aceptar que pague los estudios, cuando acabe el año, tal vez tenga problemas para seguir estudiando y quedaré a medias, no puedo arriesgarme", agregó.

- "Podría pagarte todos los años de estudios apenas te matrículas, independiente de lo que pase después del año, tú no tendrías que preocuparte por pagar. Con una condición", dijo James.

- "¿Cuál?", cuestionó Margarita.

- "Quiero incluir besos en la boca al contrato", expresó James con una sonrisa seductora.

Margarita necesitaba esos estudios para poder salir de la casa, para garantizar los pasos de su venganza, necesitaba de cierta manera libertad, y también necesitaba la atracción de James por ella para usar su poder. Era en la capital donde podía destruir directamente a Richard Thompson y Francisco Solorzano; cuando hayan caído los grandes, se encargará personalmente de Demian Messi le arrancaría la piel con sus manos, fue en su casa, donde le tendió la trampa, por último se encargará del perro faldero de Lagos, tiene un año, tiene el tiempo con James para hacer todo posible.

- "Quiero algo más a cambio de los besos", dijo Margarita con mirada coqueta.

- "Ahora, ¿negocias?", expresó James con una sonrisa.

- "Es un contrato. Admite negociación, pero si es un problema, declinaré su oferta de los estudios", afirmó Margarita; la joven quería medirlo un poco.

- "A ver dime la condición, si es que me conviene, podría aceptar", expresó James.

- "Quiero clases de defensa personal y manejo de armas, y un departamento en la capital, prometo no usarlo hasta que termine nuestro contrato. Quiero llevar a mi familia cuando todo esto termine", manifestó Margarita, sabía que era demasiado, que de seguro rechazaría lo último, pero lo había puesto para que al menos le conceda lo primero.

- "Está bien, acepto. Si los besos empiezan hoy", dijo James, acercándose más y acariciando la mejilla de Margarita.

"Si realmente consigues que el hombre te desee como a nadie, podrás obtener regalos muy valiosos, mientras más ricos, muchos mejores obsequios, solo no te dejes deslumbrar porque sino la que termine dándolo todo serás tú", le había dicho Regina y sus palabras vinieron a ella en ese momento.

- "Como saber que no es una estafa, usted ya me habrá besado y me quedaré como novia de pueblo, vestida y alborotada. Usted es un hombre de negocios, hagamos el contrato, firmamos y obtendrá de mí los besos que necesite", manifestó Margarita poniendo su mano sobre la mano de James, mirándolo fijamente.

- "Eres lista, bien, hoy mismo firmamos el contrato. Mandaré un mensaje a mis abogados y le daré los detalles, además de que anulen el que tienes con la organización", expresó James yendo a buscar su móvil.

- "¿A esta hora?", preguntó Margarita.

- "Si no puedo contar con mis abogados en cualquier momento, para qué los quiero", respondió James.

Margarita solo quedó mirando con atención, como hablaba, como se desenvolvía, esa autoridad con la cual se desplaza, tiene que aprender, tiene que verse así, tiene que dar ese miedo; no volverá a ser una víctima, esta vez la historia cambiará a su favor.