Valkot entre el Odio Y el Amor

Black Vannecelli

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-Al ingresar a la bodega con Dante, observamos que la mercancía está lista. Instruyo a los operarios para que la lleven al camión. Caeli se aproxima a mí acompañada de los trillizos.-

Black, Dante. Cumplimos con lo prometido: el pedido está preparado. Sin embargo, necesitamos más personal, ya que el que tenemos actualmente no es suficiente para satisfacer sus requerimientos”.

Yo me ocuparé de eso, hermana,

-Luego, Dante se acerca a Caeli y mantienen una conversación, mientras Renzo se aproxima a mí y me muestra una pequeña bolsa. -

Me gustaría presentarte la nueva sustancia que he desarrollado. Es más potente que mis pastillas y tiene un mayor potencial de adicción.

- Abro la bolsa, introduzco mi dedo en el polvo rosado y lo llevo a la lengua; su sabor es intenso.-

Te ofrezco esta muestra Black para que puedas encontrar a alguien que la pruebe y me informes si te interesa.

Perfecto, Renzo. Más tarde haré que la prueben y te llamaré.

- En ese momento, escuchamos unos pasos y nos volvemos. Al girar, veo a mi padre y a mi tío Santiago. Dirijo mi mirada hacia mis primos y hermanos, quienes permanecen inmóviles.-

Así es como deseaba encontrarlos, señores y señorita.

-Los trillizos continúan sin moverse, mientras Caeli me observa con una expresión de descontento.-

Por tanto, ahora son ellos quienes se encargan de suministrar sus drogas al por mayor a Black y a Dante.

-Caeli se aproxima a mi padre, mientras los trillizos hacen lo mismo, colocándose detrás de ella. -

Estimado padre y tío,

Es un placer tenerlos aquí. Entiendo que puedan estar un poco molestos, pero tenemos una buena razón para ello.

¿Tienes una explicación que ofrecer, hija mía? Me gustaría escucharla.

Papá, deseamos ser de utilidad para esta organización y buscamos crecer en este proceso. Por esa razón, nos hemos asociado con Black y Dante, quienes nos brindan su apoyo. Papá, tío, ustedes también estarán dispuestos a apoyarnos, ¿verdad?

-Observo cómo Caeli toma las manos de mi tío Santiago, ofreciéndole una sonrisa muy tierna. Solo sonrío, mientras la expresión de mi tío se ablanda; ella ya ha logrado ganarse su afecto, pues él es particularmente vulnerable con sus hijos, especialmente con Caeli y Sandra, quienes son la luz de sus ojos-

Mi princesa, este negocio es muy peligroso y no quiero que te pase nada. Lo mejor es que te mantengas alejada y que lleves una vida diferente, como lo hizo tu prima Sofía.

Papá, sé cómo defenderme y me apasiona esta vida; deseo continuar con tu legado, al igual que lo hace Dante. Mi prima es un caso diferente.

Está bien, cariño, pero estarás bajo mi supervisión. Debes seguir las indicaciones de Dante y Black, ¿de acuerdo?

Sí, padre. ¿Y usted qué opina, tío Brytiago?

Quiero darles la más cordial bienvenida a nuestro negocio, querida familia. Me siento sumamente orgulloso de que cada uno de ustedes forme parte de esta organización. Sus habilidades e inteligencia son una gran contribución para nuestro crecimiento. Cada día que pasa, nuestra fuerza se reafirma con la llegada de esta nueva generación.

- Observo cómo los trillizos respiran, como si su alma regresara al cuerpo. Se acerca a mi padre, le extiende la mano mientras sonríe. Renzo comienza a explicarle sobre las drogas a mi padre y a mi tío, asegurándome de que la mercancía se haya ido. Al salir de la bodega, escucho que alguien grita mi nombre. Al volverme, veo a Caelis y Gian.

¿Qué ocurre?

Has informado a nuestros padres, lo cual ha quebrantado nuestro acuerdo

Gian, por favor, te pido que moderes tu tono. Aparte de ser nuestro padre y tío, ellos son nuestros líderes, a quienes debemos respetar y no podemos ocultarles nada, ya que eso podría considerarse una traición. Es importante que aprendas mucho de esta situación. Ellos están al tanto de lo que hacen y, al ser oficialmente parte de la organización, deberíamos sentirnos satisfechos.

Es cierto, Gian, ya formamos parte de esta organización, y nuestros líderes son conscientes de ello. No tenemos que rendir cuentas ni estar bajo el control de nadie más que de nuestros líderes. Regresemos, hasta luego, primo.