Mi nombre, consideró que mi nombre no tiene relevancia, porque mi vida nunca fue relevante para nadie, todos me utilizaron según su conveniencia, mi padre me comprometió con Álvaro Duque de Frost, un hombre que me ignoró y trajo una concubina quien en realidad era el amor de su vida, esa mujer con sus intrigas y acusaciones falsas, casi logra matarme, pero voy a luchar por obtener mi final feliz.
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Álvaro: la Duquesa ahora nos odia, ya entiendo porque, todo lo provocaste tú – mira a Vanesa -, Paula nunca te hizo nada, en cambio tú… qué clase de persona eres..., mis padres tenían razón eres un monstruo ¿Cómo pude enamorarme de ti?
- Vanesa: no lo entiendes, no entiendes lo que me duele saber que ella es la Duquesa, solo porque tus padres no me aceptaron, lo humillante que es ver como las damas de la sociedad a mí me ignoran o hablan a mis espaldas por ser tu concubina, mientras que a ella la adoran. Esa debería ser mi vida.
- Álvaro: cuando me case nunca volví a buscarte, fuiste tú la que vino a suplicar que te reciba, no te obligue, lo acepté porque en verdad te amo o al menos eso pensaba, sé que no amo a la persona que eres ahora, llévenla a su habitación, no puede salir de ahí.
Ustedes – mira a los empleados -, póngase de pie, le di mi palabra a la Duquesa de que no les haría nada, pueden volver a sus deberes.
- Empleados: gracias – se ponen de pie y se marchan.
Álvaro va a buscar a Tomás, para que le informe porque no ha llegado el doctor todavía, este le informa que ya envió a buscarlo, que el otro médico disponible sería el de sus Majestades que de seguro lo enviarían, pero que sabrían lo sucedido con la Duquesa y eso perjudicaría a la concubina Vanesa, por lo que deciden esperar al médico que ya habían mandado a ver.
- Mi señora, le duele mucho… - cuestiona Ana.
- No, ve por un té caliente, no te preocupes no me moveré de la cama – ordena Paula.
- Está bien – sin muchos ánimos Ana se retira.
Enseguida por la ventana ingresa un hombre de cabello negro y piel blanca molesto.
- Lo viste todo…- cuestiona Paula.
- No entiendo por qué lo permitiste, no me gusta que toquen ni uno de tus cabellos, supongo que es parte de algún plan. De esa manera piensas deshacerte de la concubina y te acercarás a tu esposo...
- No decías que es un estorbo… no sé si estás preocupado por mí, o celoso de que quiera recuperar mi matrimonio – el hombre se muestra enojado.
- Ambos, pensé que por fin tendría una oportunidad, si es lo que quieres dejaré que seas feliz.
- No te molestes no pienso seguir con mi matrimonio, voy a divorciarme – el hombre se alegra e intenta acercase a ella.
- Espera, no te acerques.
- ¿Qué pasa?
- La última vez curaste mis heridas, y las necesito – el hombre sonríe.
- Si quieres puedo devolverte las heridas anteriores, para que se preocupen más por ti, dirán que te habían golpeado antes.
- Está bien hazlo.
- Sera un placer… - se acerca a la cama y la descubre, con cuidado alza su vestido.
- ¿Qué haces?
- Obedezco tus ordenes, recuerda la última vez tuve que besar tu mano para curarte, devolverte las heridas es un poco complicado, por lo que, debo besar tus piernas. Tú lo pediste – con cuidado va depositando besos en sus piernas, lo que estremece a Paula, cuando termina ve como las marcas de los golpes anteriores comienzan aparecer -, no me gusta verte así, en cuanto termine el espectáculo volveré para sanarte.
- Pensé que desaparecías como sueles hacer.
- No lo hago por gusto, tengo responsabilidades que cumplir, vengo cada vez que puedo, ahora que te divorciaras por fin serás mía y no habrá nada que nos separe.
- Por fin me dirás tu nombre.
- Solo si juras no decirlo a nadie más.
- Quien va creer que un hombre misterioso entra por la ventana de mi habitación cada vez que lo desea.
- Me llamo Guillem, puedes llamarme, mi amor, cariño, esposo, eso me gusta.
- Ni siquiera me he divorciado y ya quieres que me case contigo.
- Lo harás te lo aseguro, me amaras tanto como yo te amo. Nos vemos en la noche, ya viene Ana, se espantará si nos ve juntos.
Antes de que Paula pueda decir algo, Guillem vuelve a saltar por la ventana y desaparece, enseguida Ana toca la puerta de la habitación e ingresa con el té que le había pedido con cuidado la ayuda a beber, tiempo después llega el médico junto a Álvaro.
- Álvaro: ¿Cómo se encuentra?
- Ana: acaba de dormirse.
- Médico: lo siento, estaba en un parto, hay que despertarla – Ana con cuidado se acerca y la despierta.
- Paula: ¿Qué sucede Ana?
- Ana: mi señora, el doctor llegó.
- Paula: ayúdame a sentarme – con cuidado la ayuda a incorporarse.
- Médico: Duquesa siento la tardanza.
- Paula: no se preocupe.
- Medico: me deja revisar sus heridas – con cuidado examina el rostro de Paula -, no tiene más golpes…
- Paula: no
- Ana: mi señora…
- Paula: Ana, no.
- Álvaro: ¿Qué sucede?
- Ana: tiene otras heridas.
- Médico: por favor permítame revisarla.
- Paula: está bien – Paula agacha la cabeza y Ana la ayuda a descubrirse, dejando en evidencia los golpes de sus piernas.
- Médico: estos golpes no son de hoy o me equivocó...
- Paula: no.
- Médico: algo más…
- Paula: no.
- Álvaro: Ana es verdad…
- Ana: es verdad mi señor, el tiempo que la Duquesa estuvo con su padre logro recuperarse de lo demás.
- Medico: sé que en los matrimonios suele haber conflictos Duques, pero las leyes actuales no permiten que ejerza tal violencia sobre su esposa.
- Paula: no fue él.
- Médico: no debe defenderlo Duquesa, su vida es más importante.
- Paula: fue su concubina.
- Médico: usted es la Duquesa, que mujer más…, mejor no emito comentarios. Como puede apreciar Duque, los golpes no solo son de hoy, espero que haya tomado medidas al respecto, claro si la Duquesa lo desea puedo informar al palacio.
- Paula: no es necesario, el Duque ya se encargó de aclarar la situación con la concubina.
- Médico: le dejaré algunas cremas, para ayudar que los moretones desaparezcan y unas pociones para aliviar el dolor, las indicaciones se las daré a su dama de compañía, quien supongo es quien se encargara del llevar el tratamiento.
- Paula: así es.
- Álvaro: le pido que también me dé las indicaciones, estaré pendiente de que se cumplan correctamente.
- Médico: por supuesto, Duquesa no dude en buscarme si los moretones no desaparecen enseguida, vendré y le daré algo más fuerte, me entiende.
- Paula: si, no debe preocuparse.
- Médico: déjenla descansar.
- Álvaro: como ordene doctor.
Sin más que decir salen de la habitación, el médico le da las pomadas, pociones e indicaciones, tras despedirse, el Duque acompaña al doctor a la salida, mientras que Ana regresa atender a su señora, enseguida le da una de las posiciones y comienza a tratar con cuidado cada uno de los golpes, son interrumpidas por el Duque quien desea hablar a solas con Paula.
- ¿Por qué no me dijo antes lo que estaba sucediendo? – cuestiona Álvaro.
- Al principio intenté hablar con usted, pero no me escuchaba, pensó que lastimaba a lady Vanesa por envidia, de que a ella la amara, o de que pasara tiempo con ella, antes de que pueda hablar, usted se marchaba regañándome, incluso insultándome en ocasiones, con el tiempo me rendí, ya no importaba.
- Lo siento, la Vanesa que conozco, nunca se comportó de tal modo, siempre fue amable y obediente.
- Creo que sus razones para actuar de tal manera son evidentes, quiere el puesto de Duquesa, supongo que en este mes desempeño las actividades de Duquesa a la perfección, sé muy poco de su historia, sé que tuvieron una relación, ustedes sé querían, por alguna razón sus padres no aceptaron su relación, se vio obligado a casarse conmigo. Si alguien sobra en esa relación, soy yo, vamos a separarnos.
- No, no puedo aceptarlo, le prometo que todo va a cambiar.
- No cree que es demasiado tarde, cuando ya intentaron matarme varias veces, tengo suerte de seguir viva, Duque jamás los he lastimado, no entiendo por qué no puede darme el divorcio, pero si desea matarme…
- Le prometo que no tuve nada que ver con eso, por eso me parecía una locura cada vez que usted mencionaba el tema.
- No tengo porque mentirle, ahora le pido que me deje descansar por favor.
- Averiguaré sobre los intentos de asesinato y si alguien del Ducado está involucrado lo llevaré ante la justicia.
prefiero verla con Guillem
no me gustaría que pase como en la anterior novela tantos insultos y maltratos que le daba ese duque y terminó quedándose con el después que perdió la memoria
no me gustaría que pase algo similar con Paula
ella merece a un hombre que la ame y la valore y le de su lugar