- "el cristal es frágil, tu corazón también lo es, eso quiere decir que sos frágil como el cristal"-
Alma Baez, dueña y chef pastelera , de una de las confiterías más exclusivas de la ciudad, por decisión de ella, y debido a un desafortunado incidente, que la llevó a no creer más en el amor, se habia vuelto una intriga, nadie la conocía personalmente.
Federico Alcaraz, millonario y arrogante, debía casarse en un año, para ser el dueño de las acciones de la empresa familiar, nunca se habia enamorado.
Podrá enamorarse de una mujer que lo rechaza?
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capítulo 2
Alma entra al bar, y se sienta en la barra, hay mucha gente, así que debe esperar a ser atendida.
Detrás de ella entra Federico Alcaraz, 35 años hijo único de una de las familias más importantes de la ciudad. Había sido nombrado presidente de la empresa de sus padres, pero para ser dueño de las acciones y debido a su comportamiento, sus padres le habían impuesto que más tardar a los 36 debía formar una familia. Federico deseaba que eso ocurriera, enamorándose de alguien, pero eso se le hacia difícil, el era muy arrogante, se sentía poderoso y muy mujeriego, ya no quedaba señorita dentro de las familias adineradas que no se hubiese llevado a la cama, pero ninguna le duraba más de una semana, todas le parecían superficiales, le aburría los temas que tocaban, y solo le servían para una cosa, sexo.
Hoy había ido a ese bar, porque era nuevo y había quedado en encontrarse con un amigo. Cuando se dirige a la barra, ve que hay una bella morocha, sentada en la misma, mirando todo a su alrededor, como si estuviese inspeccionando el lugar, la comienza a recorrer con la mirada.
Morena, ojos negros con pestañas muy largas, poco maquillaje, casi nada, pelo corto y negro azabache, labios carnosos, llevaba un vestido celeste, corto bien pegado a su cuerpo, lo que hacía notar unos pechos maravillosos, y por lo que veía en su asiento, de atrás no venía nada mal , unas piernas bronceadas y muy torneadas, y en sus pies unas sandalias simples, sin taco. Lo que el calificaría como un monumento.
Se acerca y toma asiento, al lado de ella. Justo en ese momento el bartender la atiende.
- buenas noches, que le sirvo?
- aquí en la carta dice bebida 23, la que tiene pomelo, vodka y tintes de maracuya.
- enseguida se lo traigo.
Federico la miraba por el espejo que tenía enfrente de la barra. Alma ni siquiera lo había registrado. El bartender vuelve con la bebida y ella le paga, y comienza a beber, entonces el bartender va hacia Federico para tomar el pedido, cuando Alma lo interrumpe.
- perdón, discúlpame, pero esta bebida es horrible, quiero que me devuelvan el dinero.
Tanto el bartender como Federico la miran.
- señorita, es lo que usted pidió.
- no, yo pedí un jugo de pomelo, que no es, este es sintético, con vodka, que parece alcohol de curaciones, y los "tintes de maracuya", son solo semillas, de pulpa no hay nada. Me están estafando. Quiero que me devuelvan el dinero, aquí cobran muy caro, para una bebida que es un bleff.
El bartender, empieza a incomodarse. Alma estaba muy decidida y la clientela comenzaba a observarlos.
- señorita, hablare con el encargado del bar, veré que puedo hacer.
- es muy simple, devuelvanme el dinero y aquí no ha ocurrido nada.
- ya vuelvo.
- OK.
Alma mira en dirección a donde va el muchacho, cuando siente una voz que le habla, del otro lado.
- el no tiene la culpa, es un empleado.
- perdón?
- le dije que..
- ya lo escuché, mi asombro es porque se está metiendo en un asunto que no le compete, a no ser que usted sea el dueño del bar.
- no, no lo soy, permitame presentarme...
- si no es el dueño del bar, no hace falta presentaciones.
A Federico , ya le estaba cayendo mal la actitud que tenia Alma, pareciera que no solo estaba enojada con los del bar, sino con la vida, y el no tenia nada que ver, así que no le iba a permitir que le hablara de ese modo, en definitiva, quien se creía ella, si bien estaba para el infarto, no tenía ni idea de con quién estaba hablando.
- escucheme, no tiene porque comportarse de esa manera conmigo, yo no tengo nada que ver con lo que le pasó.
- exacto, por ese motivo, nunca debió existir esta conversación, que fue usted el que la inició.
Cuando Federico iba a contestarle, vuelve el bartender y también llega su amigo.
- señorita, el encargado me dijo que le devuelva el dinero, pero que por favor, no haga más escándalo y nos critique mal las bebidas.
- perfecto, igual, deberían ser más honestos con los clientes, y si lo que quieren es cobrar caro, por lo menos utilicen productos de calidad. Tengan todos buenas noches, toma su cartera y se dirige hacia la puerta.
El amigo de Federico y el mismo, se quedan absortos por como había tratado la situación.
- Guau, Federico, que fue todo eso?
- no lo sé, pero me encantaría averiguarlo.
- es una fiera, muy hermosa, pero fiera al fin.
- es diferente, jamás conocí a alguien como ella, a mí ni siquiera me dejó presentarme.
- pero no tenés ni idea de quien es...
- es verdad, pero voy a averiguarlo.
Sale corriendo hacia la calle, cuando puede divisarla, ella sale con su auto a toda velocidad, tanta que no le dio tiempo a ver la patente.
Vuelve a la barra, su amigo lo estaba esperando.
- y, pudiste averiguar algo?
- no, ya se había subido al auto y salió a toda velocidad, no pude ver la patente, si pude ver que en la tapa del baúl tenía grabada una lengua de los Rolling Stones.
- lo siento amigo, te la perdiste.
- no lo creo, no sé por qué, pero tengo el presentimiento que la voy a volver a ver.
- vas a tratar que la investiguen?
- con que dato lo haría?, para más pagó en efectivo, ni siquiera hay una copia del ticket de una tarjeta. Bueno, busquemos una mesa, pero pidamos cervezas, por lo visto aquí los tragos no son de confiar
Mientras se dirigía hacia la mesa, Federico seguía pensando en esa hermosa mujer de carácter fuerte...- no importa cuanto tarde, belleza, pero te voy a encontrar-