MI NUEVA REALIDAD

El príncipe Lorenzo, después de su sincera conversación con Dulce, se dio cuenta de que su amor por ella no solo requería paciencia, sino también una estrategia cuidadosa y respetuosa. Sabía que el camino hacia el corazón de Dulce no sería fácil, especialmente teniendo en cuenta sus responsabilidades y la importancia que ella le daba a su familia y a sus hijos. Para abordar esta situación de manera adecuada, decidió regresar al palacio y buscar el consejo de su madre, la reina Isabella.

La reina Isabella, conocida por su sabiduría y empatía, siempre había sido un pilar de apoyo y consejo para Lorenzo. Sabía que su hijo había desarrollado sentimientos profundos por Dulce, y entendía que esta situación presentaba desafíos significativos, no solo debido a la diferencia de estatus social, sino también por las implicaciones familiares y sociales.

Cuando Lorenzo llegó al palacio, se dirigió a la sala de reuniones privadas de la reina. La habitación estaba decorada con elegancia y tenía vistas a los jardines reales, un lugar sereno y adecuado para una conversación íntima y significativa. La reina Isabella estaba sentada en un cómodo sillón, leyendo un libro, cuando su hijo entró. Al ver a Lorenzo, su rostro se iluminó con una sonrisa cálida.

— Lorenzo, querido —dijo la reina, levantándose para abrazarlo—. ¿Qué te trae por aquí en este día tan tranquilo?

Lorenzo devolvió el abrazo con afecto y tomó asiento frente a su madre. Con un suspiro profundo, comenzó a hablar.

— Madre, necesito tu consejo. Como sabes, he llegado a sentir un afecto muy profundo por Dulce. Su dedicación a su familia y a la comunidad me ha conmovido profundamente. Sin embargo, estoy consciente de que nuestra situación es complicada. Dulce tiene una vida y una familia que son lo más importante para ella, y eso plantea desafíos para cualquier posible relación entre nosotros.

La reina Isabella escuchó atentamente, su expresión era de interés y preocupación. Lorenzo continuó, describiendo en detalle la forma en que Dulce había manejado su vida y la admiración que sentía por ella.

— Además, —prosiguió Lorenzo—, me doy cuenta de que mi interés por ella y sus hijos podría ser visto con escepticismo por la nobleza. La situación no es sencilla, y temo que mis sentimientos y acciones puedan causar problemas tanto para Dulce como para nuestra familia real.

La reina Isabella asintió, comprendiendo la complejidad de la situación. Con su carácter reflexivo y su experiencia, comenzó a ofrecer su consejo con cautela.

— Lorenzo, lo primero que debes recordar es que el verdadero amor y respeto se construyen sobre la base de la comprensión y el compromiso. Has demostrado respeto hacia Dulce y su familia, y eso es fundamental. Mi consejo es que continúes demostrando tu apoyo genuino, tanto a ella como a sus hijos, sin apresurarte. Dale tiempo y espacio para que vea que tus intenciones son serias y honestas.

La reina hizo una pausa, eligiendo sus palabras cuidadosamente.

— También es importante que pienses en cómo presentar esta relación a la nobleza. Las tradiciones y las expectativas de la sociedad pueden ser difíciles de cambiar, y es posible que haya resistencia. Sin embargo, tu sinceridad y el impacto positivo que has tenido en la comunidad pueden jugar a tu favor. Si logras demostrar que tu interés en Dulce y en sus hijos proviene de un lugar de verdadero amor y compromiso, es posible que ganes el apoyo de aquellos que te rodean.

Lorenzo escuchó cada palabra de su madre con atención. Su consejo era exactamente lo que necesitaba para formular un plan más claro. Agradeció a la reina por su sabiduría y se levantó para irse.

— Gracias, madre. Tu consejo me ha sido de gran ayuda. Haré todo lo posible para proceder con respeto y cuidado. Espero que con el tiempo, las cosas puedan resolverse de manera favorable.

La reina Isabella sonrió, satisfecha con la decisión de su hijo.

— Recuerda, Lorenzo, que el amor verdadero requiere paciencia y dedicación. Confía en tus sentimientos y actúa con integridad. Estoy segura de que, con tu determinación y el respeto que has demostrado, encontrarás una manera de superar los desafíos.

Con esas palabras de aliento, Lorenzo se despidió de su madre y regresó al ducado. Estaba decidido a seguir el camino que había trazado con su consejo en mente. Su plan era continuar apoyando a Dulce y a la comunidad de manera sincera, mientras trabajaba para encontrar un equilibrio entre sus propios sentimientos y las expectativas de la nobleza.

Lorenzo también sabía que era crucial establecer una relación de confianza con los hijos de Dulce. Decidió pasar tiempo con ellos, involucrándose en actividades que les gustaban y demostrando su interés genuino por su bienestar. Además, trabajó en proyectos conjuntos con Dulce, mostrando que su compromiso era con la comunidad y con la familia que ella había construido.