¿que ocurre cuando un demonio se enamora de un ángel? ¿como pueden estar juntos sin ser condenados? se terminan las 10 vidas a las que te condenaron ¿podras recordarme? ¿elegirías vivir conmigo en el infierno? o ¿volveras al cielo?
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14 tercera vida
Casi 50 años pasaron, hasta que otra pluma ingreso en el reino de la Ira. 50 años donde 3 niños se habían vuelto adultos responsables, buenos y letales. Al igual que sus hermanos también se habían dedicado a los estudios de magia y Dante, en especial, entrenaba junto a su hermano Caleb usando espadas y realmente lo había superado. La noticia del regreso de Galadriel a la vida, los había puesto a todos de buen humor, aunque sabían que esta vez no podrían verla, el hecho de un haya regresado era un triunfo para ellos.
Erkan intentaba pasar el mayor tiempo del día con sus hijos, evitaba pensar en que otro hombre que no fuese él, besara y tocara a su esposa, sabía que era un castigo de Dios, pero sinceramente ignoraba el por qué debía hacer sufrir tanto a su hija.
Asrael le había mandado a Selene un espejo mágico, por el cual todos podían ver a su madre. Al principio cuando ella lo recibió, no entendió quién se lo mandaba. Su padre y sus hermanos mayores, le explicaron que ella tenía dos tíos que eran ángeles y que aunque no los había podido conocer, al menos Asrael había demostrado quererlos mucho.
Las imágenes, que mostraba el espejo, eran de una pequeña que disfrutaba de jugar con otros niños, al parecer esta vez crecería en un orfanato, sin el amor de sus padres, que según escucharon hablar a una monja, ellos habían muerto. Aún con sus hermosos 10 años, todos la reconocían perfectamente, pues tenía un hermoso cabello rubio y los ojos azul profundo, en todas sus vidas mantenía esa cálida sonrisa y también la bondad en su corazón.
Podían quedarse horas mirando el espejo y Erkan, se encerraba durante las noches en su cuarto para dejarlo del lado que ella siempre había dormido en su cama matrimonial y así al menos poder velar sus sueños. Los años en la tierra pasaban de manera demasiado rápida. Mientras en el infierno, los 6 gobernantes tenían todo y a todos bajo control, en la tierra se desataban guerras que dejaban muchos muertos, aunque eran menos que los que morían de enfermedades que se convertían en pandemias, también había muchos muertos por parte de la hambruna. Los reinos no daban abasto cuidando a su gente y la pobreza se hacía notar en cada rincón de la tierra. A eso también se le sumaba la horda de bandidos que azotaban pequeños pueblos, matando y robando todo a su paso.
erkan veía con preocupación, como el amor de su vida, acompañaba a los grupos de monjas, para ayudar a quienes lo necesitaban. Ejercía la medicina y se imponían al momento de discutir con quien fuese necesario cuando alguien se quejaba de que le cocinaba a enfermos, ancianos y niños. Con casi 18 años, galadriel ya tenía en vista su futuro y aunque aún no se lo había revelado a las monjas del convento, quienes dicho sea de paso esperaban que algún comerciante rico la desposara para darle la vida que se merecía, ella ya había encontrado su camino.
Madre superiora ¿puedo hablar con usted?- le pregunto, mientras la seguía en el recorrido habitual del pueblo donde ahora estaban.
Dígame pequeña Galadriel- le dijo deteniendo su caminata para voltearse a verla directamente a los ojos.
Me gustaría poder casarme con Dios, como lo hizo usted- la madre abría los ojos sorprendidos ante esa petición. Y mirando del otro lado de un espejo, alguien dejaba caer el vaso con vino que tenía en su mano.
Que loca ironía, Dios quería ver que fuera feliz con otro hombre y ella en la inocencia de sus pensamientos lo había elegido a él. Eso solamente explicaba que o era feliz con el diablo o era feliz con su padre ¿qué loco verdad?.
¿Estás segura? Esta es una decisión de la que no se puede retractar- dijo seriamente intentando buscar alguna pizca de duda en sus ojos.
Lo sé madre, pero también sé que con esta decisión, podre estar más cerca de Mi Señor y también ayudar a quienes lo necesiten- contesto con firmeza y sin ningún temor.
Bien, entonces al cumplir tus 18 vueltas al sol, serás entregada como novia de nuestro señor- le dijo dejándola allí sola y con una sonrisa plasmada en su rostro.
Esta es la vida que he elegido y sé que siempre estaré acompañada, pensaba apoyada en el marco de la ventana mirando el cielo.
Tomo los votos sagrados a la edad de 18 años, fue enviada junto con otras hermanas a recorrer los campos de guerra, para ayudar a los heridos e intentar hacer desistir a los soldados que aún querían salir a pelear. Los recorridos fueron muy duros, pero jamás dejó de pelear por sus ideales y de proteger a quien lo necesitaba fuera del bando que fuera. Los años iban pasando y con ellos iban menguando las guerras y la hambruna, ya con sus 45 años, fue enviada a una Abadía donde residían varios monjes y monjas. Se dedicó a seguir ayudando al prójimo y a la pintura, dibujaba sobre lienzos aquello que veía en sus sueños. Y eso era nada más ni nada menos que el hombre que siempre cautivo su corazón, solamente que no lo dibujo tal cual era, no plasmo en las telas, ni sus cuernos ni sus alas, sabía que eso era pecado. Pero por alguna razón, ella lo conocía y esperaba verlo al menos una vez en su vida, antes de partir al lado de su creador.
Mientras tanto en el infierno, un diablo buscaba la manera de poder dar con ella. Podía verla a través de un espejo, pero eso no era suficiente, sonreía cada vez que veía los dibujos que ella hacía y rogaba que en algún momento le permitieran aunque sea sostener su mano, antes de que se despidiera de ese mundo.
Padre, no deberías estar aquí encerrado- dijo Dante preocupado porque se encerraba durante horas en su estudio sin siquiera probar bocado.
No es justo hijo, esto no es justo- le dijo tomándose la cabeza y dejando escapar unas lágrimas.
Lo sé padre, pero nada podemos hacer. El tío Asrael ya te dijo cuál era el propósito de esto y aunque confieso que no estoy de acuerdo, sé que no podemos interferir- le dijo acercándose a él para colocarle su mano en el hombro para darle las fuerzas que en estos momentos su padre necesitaba.
Luego de estar un rato en silencio, Dante decidió dejar nuevamente solo a su padre. Al salir se encontró a su hermana en el corredor.
¿Cómo está?- pregunto Selene mirando fijamente los azulejos de la pared.
Devastado, nuestro padre no acepta la decisión de Dios y siendo sinceros, yo tampoco la acepto- dijo enojado.
Lo sé hermano, pero esto no se quedará así, hablaré con nuestro abuelo- dijo decidida, alejándose de allí y dejando a su hermano sorprendido.