Alina se encuentra en una situación desesperada.
No solo perdió a su esposo debido a algún malentendido que incluso si ella lo quiere aclarar solo lo oscurece más, sino que sus amigos y madre le dan la espalda.
Con un niño en brazos y otro en el vientre, Alina debe enfrentar un sinnúmero de situaciones que harán su vida difícil.
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Él está bien
ESTUDIO FOTOGRÁFICO DESIRE
Lancé un suspiro mientras miraba el edificio enfrente de mí. No pude evitar sentirme algo ansiosa por lo que estaba por suceder.
Sin embargo, al recordar la risa de mi bebé luego de que su cirugía haya sido todo un éxito, hizo que toda la ansiedad que tenía quedara en segundo plano.
— Estás haciendo lo correcto, Alina — me dije a mí misma.
Después de calmar un poco mis emociones, torcí los labios mientras tocaba el timbre. No tuve que esperar mucho tiempo afuera, pronto una mujer alta de cabellos rubios me abrió la puerta.
— Bienvenida, Alina — dijo con una sonrisa mientras me instaba a pasar.
— Buenos días, Señora — le dije.
— Ven, entra, la madame te está esperando.
Asentí mientras me dispuse a seguirla.
El ambiente dentro del estudio fotográfico, era un poco más agradable de lo que imaginé. Las paredes estaban pintadas de un color beige, había algunos cuadros de desconocidos pintores, así como imágenes con unas fotografías extraordinarias que atraían la atención del espectador.
— Estás aquí, viniste un poco antes de lo que esperaba — comentó Dalilah mientras se acercaba a mi lado.
Sonreí de manera cordial ante sus palabras.
— Buenos días, es un hábito mío, el de llegar unos minutos antes a cualquier lugar — respondí.
— Ese es un gran hábito. Ciertamente, soy la persona más impuntual del mundo cuando se trata de grandes eventos. Siempre terminó llegando media hora tarde e incluso más, he tratado de cambiar este mal hábito, pero no he tenido buenos resultados. Pero, ven, ponte cómoda mientras la maquillista llega.
— Está bien — le dije mientras me sentaba en un sillón.
— ¿Cómo está tu hijo? — cuestionó mientras me daba un vaso de jugo, el cual acepté, más no pude beber debido a que de nuevo mis malestares de embarazo hicieron su aparición.
— Él está mejor, es solo que aún no están muy seguros de la enfermedad que padece, por lo que nos estamos quedando en el hospital por cualquier novedad — le dije con sinceridad.
Dalilah guardó silencio por un momento.
— Mis mejores deseos para ti y para tu hijo, espero que la situación de ustedes mejore.
— Gracias por tus deseos.
Antes de que pudiera buscar un tema para entablar una conversación con Dalilah.
Una mujer de cabellos oscuros y mirada dulce apareció.
— Hola, tú debes ser Alina — dijo mientras extendía una mano a modo de saludo — Soy Celeste.
— Mucho gusto — respondí.
Celeste sonrió mientras se sentaba a mi lado y miraba a Dalilah.
— Jefa, la chica es muy bonita. Ahora entiendo su obsesión.
Dalilah soltó una risita mientras se levantaba del sillón.
— Bueno, pongámonos manos a la obra para terminar temprano.
Me levanté del sillón ante sus palabras.
Dios, de nuevo, me sentí algo ansiosa. Por lo que respiré un par de veces tratando de calmar mi corazón.
***
La sesión fotográfica marchó sin ningún problema. No era para nada como había imaginado, es más llamarla fotos de desnudos, era incluso ridículo.
Era más bien una sesión de fotos algo sensuales.
Además, todos eran tan profesionales que el ambiente fue algo divertido, incluso llegué a sentirme como una muñeca con tantos cambios de ropa.
— Cuando estén lista te mandaré una copia para que la revises — comentó Dalilah.
— Está bien — dije.
La miré pensativa por un momento.
Dalilah al notar mi mirada se acercó a mi lado mientras colocaba una chaqueta sobre mis hombros.
— Hace algo de frío, así que llévate esto, puedes quedártelo.
— Gracias, pero…
Titubee por un momento mientras pensaba como abordar el tema que me estaba molestando.
— ¿Qué pasa? — cuestionó.
Torcí los labios antes de morder la bala y hablar.
— Siento que me estoy aprovechando de ti debido a que no puedo imaginar que las fotos que me tomé puedan valer millones.
Dalilah soltó una risita juguetona ante mis palabras.
— Eres ingenua, Alina. Aunque entiendo tu punto. Pero estás fotografías están destinadas para exhibirlas en una galería de arte, en dónde las personas más acaudaladas asisten. Y ya sabes cómo somos los ricos, a veces gastamos dinero en cosas que parecen tan simples y normales para otros. Todo es cuestión de gustos.
— Quizás tengas razón — dije mientras sacaba mi celular para tomar un taxi.
— ¿No vienes con nosotros a cenar? — cuestionó Dalilah al notar mis acciones.
— No, lo siento. Para otra ocasión será, yo quiero ver a mi hijo.
Dalilah asintió al escuchar mi explicación.
— Estaré en contacto contigo. Pareces una chica buena, así que si en algún momento necesitas algo no dudes en decírmelo. Y ánimo, Alina. Vas a ver qué estás fotos que tú consideras algo común, te van a hacer ganar mucho dinero. Por lo general, la proporción de ganancias entre la modelo y la empresa es de 70/30, pero esta vez haré una excepción, te daré la mitad de las ganancias.
Suspiré mientras pensaba que lo que decía Dalilah parecía tan irreal e inverosímil.
— Muchas gracias, de nuevo. Ya con el adelanto que me has dado me ayudaste demasiado. Por lo que también espero que todo marche bien para ti en tu galería.
Tras decir aquello, bajo la compañía de Dalilah me subí a un taxi con dirección al hospital.
Cuando llegué Scarlett sonrió mientras me daba un abrazo.
— ¿Qué tal te fue? — cuestionó.
— Bien, todo marchó bien, pero, ¿cómo está mi bebé? — pregunté algo ansiosa.
Sacrlett sonrió mientras me llevaba hasta donde se encontraba Andresito. El cual sonrió cuando me vio.
Mi corazón se convirtió en un charco de dulzura ante su sonrisa.
— Él está bien. El doctor dijo que en unos días más podías llevarlo a casa. En cuanto a su enfermedad, aún es un misterio.
— Qué bueno, hemos estado aquí durante tanto tiempo, que he olvidado como luce nuestro hogar.
Sin embargo, lo que más deseaba es que Andresito ni tenga ninguna recaída, esperaba que su salud mejore con el pasar de los días.
En cuanto a su enfermedad desconocida, esperaba que en un futuro pueda saber que es lo que tiene para poder tratarlo.
— Ojalá y el asunto de las fotos marche sin problema y sean compradas a un buen precio para que no tengas que preocuparte por los gastos médicos del niño. De igual manera, sabes que cuentas conmigo y con las demás chicas. Aunque no tenemos mucho, haremos todo lo posible para contribuir con lo que podamos.
— Sabes, nosotras somos como una pequeña familia en dónde nos ayudamos las a unas a las otras siempre — comentó Scarlett.
Mi corazón se sintió tan conmovido por sus deseos y palabras.
— Estoy agradecida con todas ustedes. Por su amor y apoyo, no saben lo mucho que me ha ayudado en estos momentos oscuros. Hacen que no me sienta tan sola. Yo también espero que esas fotos sean compradas a un buen precio, con que den algunos miles de dólares me basta. Eso me ayudaría bastante.
Sin embargo, aunque ese era mi deseo, no esperaba que tres meses después, Dalilah me llame emocionada debido a que mis fotografías habían sido vendidas por una cantidad bastante considerable.
$10 millones de los que $5 millones me pertenecían.
Hola, pequeña reina, gracias por leer, no te olvides de dejar un like o comentario, con amor, Erica.
pero cuando eso se rompe ya es imposible confiar.