Mi Galán De Telenovelas

Le faltaban algunos metros para llegar a la casona cuando, ya no pudo contenerse más y giro para ver si Lucia había entrado el recinto de seguridad.

No entendía por qué razón, pero, si hubiera sido por él, se habría quedado junto a aquella mujer mucho más tiempo.

Una vez dentro, subió a su alcoba y corrió las cortinas antes de acostarse. Desde allí podía contemplar la casa de seguridad. Eso lo hacía sentir más tranquilo, sabiendo que Lucia se encontraba sola allí, sería muy bueno poder estar atento.

Su sueño aún estaba cambiado, seguía con el horario europeo. Unas pocas horas después vio

retirarse a Lucia del lugar y, recién ahí, se durmió.

Despertó pasado el mediodía con una llamada de Charly.

-¡Happy birthday soul brother!- fueron las primeras palabras de aquel amigo que se encontraba trabajando aun en Brasil.- ¿Cómo va tu día?

-Buen día hermano, muchas gracias. Aquí estoy, despertando con tu dulce voz- bromeo el cumpleañero- ¿Cómo está todo por allí?

-Ya casi término, si todo resulta bien, estaría llegando en una semana aproximadamente. Ve pensando cómo vamos a festejar tremendo acontecimiento-

-No hay mucho para festejar por estos lugares- Marcos se había puesto de pie y observaba el día desde su ventana.

-No seas aguafiestas, si hay un pub y algunas muchachas, hay fiesta- agrego Charly en respuesta a su amigo

Marcos se quedó callado. No se encontraba con ganas de festejos y mucho menos de tener algún encuentro cercano con ninguna mujer. Aún seguía teniendo en su cabeza a Priscia, aunque la noche anterior la hubiera olvidado por un instante.

No quiso contar nada de lo sucedido con Lucia, en realidad no tenía mucho para contar, pero prefirió guardarse aquel encuentro para él.

Todavía seguía en contacto con su amigo cuando escucho tocar la puerta del cuarto.

- ¿Kikito estás ahí? Te traje algo para que comas. - Era la voz inconfundible de Margarita

-Entra Marga- Contesto Marcos mientras se despedía de Charly.

Al entrar la mujer, dejo la bandeja que traía con café, jugo y algo de frutas y camino hacia donde se encontraba su mimado niño.

Marcos abrió los brazos y dejo que Marga lo abrazara.

- ¡Feliz cumpleaños cielo! -

Por un momento ninguno hablo.

A pesar del tiempo que había pasado, ellos conservaban la complicidad que les había obsequiado los momentos que vivieron juntos. Margarita fue testigo de muchos de los altibajos que Marcos tuvo en su existencia, sus rebeldías, su baja autoestima en la adolescencia, sus primeros amores, su crecimiento como hombre

de bien. Tanto en Europa, como cuando se instaló en Argentina, ella siempre fue una gran compinche y confesora.

- ¿Cómo amaneciste hoy? Veo que tarde… Aun tienes el sueño cambiado\, parece. - Comenzó a hablar la mujer y\, luego de acariciar la mejilla de su niño\, volvió hacia donde estaba la bandeja y le sirvió café.

-Estoy bien, puedes estar tranquila, necesitan mucho más que un golpe para derribarme- respondió Marcos con una sonrisa casual.

Marga le devolvió la sonrisa y se retiró, no sin antes decir

-Si en algún momento deseas hablar ¿Sabes que acá estoy?

Como una hora después, Marcos se encontraba conduciendo rumbo a la ciudad en la vieja camioneta Ford modelo 70 que Manuel conservaba como su mayor tesoro. Miro la larga lista de cosas que Marga había le escrito para que el fuera a comprar y dijo sonriendo.

- ¿Qué se cree\, que soy su chico de los mandados? -

 Estaba por entrar al Súper cuando, en la vereda de enfrente vio a Lucia. Pensó en llamarla y cruzar hacia donde estaba ella, pero la maldad acelero su corazón.

Sigilosamente cruzo la calle y corrió hacia Lucia. Al llegar a su lado le tomo la mano y dijo muy vivazmente

 - ¡Corre, corre!

La mujer, con cara de sorprendida, comenzó a correr a su lado.

- ¡Corre\, corre! - Volvió a repetir al ver la sorpresa que Lucia se llevó al darse cuenta que era él quien estaba a su lado

-Pero… ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué corremos? - lo cuestiono la mujer

Por dentro sentía ganas de reír a carcajadas, aunque se contuvo hasta llegar a la esquina siguiente. Allí detuvo el paso y, sin soltar la mano de Lucia acomodo el cabello de esta que tenía sobre la cara.

-Buen día ¿Cómo estás? - Le pregunto como si aquella carrera nunca hubiera existido.

El solo hecho de mirar la consternación que acarreaba la mujer le dio gracia.

-Bien, bien, pero… ¿De quién huías?

- ¿Quién huía? - Le pregunto. Parecía que Lucia aún no había entendido la broma

-Vos… ¿Por qué corrías? ¿De quién huías?

-Es un día hermoso para correr y, por lo que percibo, estas muy fuera de estado-

- ¡Por Dios! ¿Qué tiene que ver eso?... ¿Quién te persigue? ¿Te robaron?

Marcos ya no pudo contenerse más y rio a carcajadas. La cara de pánico de Lucia era tan inocente y tierna a la vez que, hasta llego a sentir algo de remordimiento por haberla asustado. Pero también estaba tentado por el episodio ocurrido.

-Solo te invite a correr, no dije nada mas- Le respondió y, por un momento sintió miedo de que lo tomara a mal.

- ¿Vos sos así o te dan apagones?

Marcos no entendió muy bien la expresión de Lucia

- ¿Apagones? –pregunto mientras seguía riendo abiertamente- ¿Qué significa eso? Tu castellano a veces es muy raro- siguió diciendo\, pero viendo que la mujer aun lo miraba muy asombrada le pregunto- ¿Te has enfadado?

Ella respiro hondo y, cuando él pensó que venía el reto como las veces anteriores con sus malas bromas, esta comenzó a reír también

-Si tu intención es no llamar la atención, deberías comportarte más “normal”- le remarco, haciendo comillas con los dedos

Marcos se sintió aliviado viendo que la broma había tenido éxito

-Vamos, tomemos algo. Esta carrera me ha dado sed- le dijo tomándola de la mano mientras se dirigía a un bar cercano.

En realidad, no tenía deseos de que se despidieran, ella lo hacia sentir muy bien.

Lucia no contesto nada, solo lo siguió sin soltar su mano.