Micaela es una mujer de la vida moderna, ha heredado el legado de su padre, siendo una peligrosa mafiosa, pero algo sale mal y pierde la vida, reencarnando en Sol D’Angelo, la hija de un duque, villana de la novela la cual leyó en su juventud, pero al tener los recuerdos de Sol, se da cuenta de que nada es lo que parece y ella jamás fue una mala persona, solo fue víctima de aquella que hermanastra que fue considerada la protagonista, aunque ahora, cuando la historia inicie, ella le demostrará a todos, lo que es ser una verdadera villana y buscará vengarse de aquellos que la hicieron sufrir.
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Con el rey
después de la retirada y "negativa" del duque, el rey quedó un poco molesto, no podía creer que el duque se negara a un compromiso con su hijo y pusiera esa condición estúpida.
el era la persona más importante del reino después de el, porque sería el futuro rey. No había mejor candidato para su hija (del duque) que su hijo y se había negado.
Lo peor para el, es que no podía obligarlo porque incluso en poder y fuerza, el duque era superior. Lo prefería de aliado qué de enemigo y que mejor manera que en un compromiso. eso uniría lazos entre ellos y le daría al reino el poder que les hace falta para sobresalir entre los reinos.
con este pensamiento el rey solicito la presencia de su hijo. Tenía algo que notificarle y era de suma importancia.
Él estaba consiente de que le había sugerido al duque No persuadir a su hija y se suponía qué el tampoco lo haría pero no estaba dispuesto a perder esta oportunidad.
Con esa unión dejaría de ser el más débil de los cinco reinos que conforman el imperio.
Buen día, padre, solícito de mi presencia
Dijo en chico entrando al despacho de su padre, hace un momento había estado "platicando con una chica" y fue interrumpido, eso era raro.
El rey lo miro con severidad y el príncipe no entendía el porqué
Federico: muchacho estúpido, hasta cuando dejaras de andar de pica flor, por lo menos te hubieras limpiado la boca antes de venir
El príncipe paso el dorso de su mano dándose cuenta de que tenía labial.
Perdón padre, no volverá a pasar
Federico: claro que no volverá a pasar, de lo contrario pondré de príncipe heredero a alguno de tus hermanos
Lo siento padre, tendré cuidado a partir de ahora.
Federico: más te vale, ahora volviendo al tema, te mande a llamar porque ya te tengo una prometida
Pero padre...
Federico: calla y escucha. se trata de la hija del duque Sebastián, ella es una joven muy hermosa, en unos días será su fiesta de presentación y quiero que la cortejes, que parezcas enamorado de ella a primera vista. De eso depende nuestro futuro, el es el segundo hombre más poderoso del imperio, solo por debajo del emperador, tu unión con ella, garantiza qué nuestro poder crezca y evitemos el riesgo de alguna posible invasión de nuestros reinos vecinos.
Está bien padre, lo entiendo pero...
El rey sabía de las andanzas de su hijo, que a este le gustaban mucho las mujeres, era igual que el. Por nada tenía un total de siete concubinas
Federico: losé, primero hazte de ella, después puedes habrír tú harem y metes a las concubinas qué quieras
está bien padre, así lo aré, seré el hombre más enamorado del reino
Federico: _suspiro_ solo mantén tus pantalones en su lugar, no eches a perder las cosas Fernando
Fernando: y si se trata de ella, ¿puedo? padre
Federico: sí ella te lo permite está bien, así sería más fácil el compromiso.
Después de la charla el rey y el príncipe se tomaron unos tragos para brindar por su nuevo propósito. Una vez terminaron, el príncipe se retiró a terminar lo que estaba iniciando antes de ser interrumpido.
En el ducado
El médico había llegado, afortunadamente las quemaduras habían sido leves y todo gracia al poder de curación qué tenía Sol. Nadie podía creer que su recuperación fuera tan rápida.
se que dirán que no era para tanto, pero una quemadura, por más leve que sea, siempre tarda unos días en mejorar.
Después de la revisión, el duque bajo, parecía un toro a punto de cornear a su víctima.
Sandra: padre, fue un accidente, ella venía corriendo, lo juro
Sandra y Marícela temblaba, la cara de Sebastián era parecida a un asesino serial
Sebastián: Marícela, que educación le estás dando a tu hija, no es la primera vez y que casualidad, todos son accidentes donde Sol es la culpable de lo que le pasa, al parecer mi hija es una estúpida qué no sabe ni como caminar.
Marícela: amor, de verdad fue un accidente, ella bajo corriendo y no freno a tiempo, pero no se preocupe, yo me encargaré de disciplinarlas
Sebastián: Diciplinarlas? Yo no te estoy pidiendo que disciplinas a Sol, yo conozco a mi hija, por algo le he pagado la mejor educación, encárgate de educar a tu hija o las mandaré lejos.
Ambas mujeres palidecieron, primero por el tono que el duque estaba utilizando y después por la amenaza de mandarlas lejos
maricela: te entiendo amor, no volverá a pasar
Sebastián: deja de llamarme amor, llámame por mi honorífico, duque.
maricela apretó ambos lado de su falda y respondió.
Marícela: así lo aré... duque
Maldito, creo que recuerda todo y sabe que nunca nos casamos o bueno, no con su consentimiento, que estúpida fui al no darle la infusión y confiarme, ahora debo buscar la manera de hacerlo o matarlo, así sería ella la dueña de todo.
El duque se dio la vuelta y se dirigió a su despacho, en el camino recordó que tenía que advertirle a su hija sobre las intenciones del rey. Él no pensaba cumplir lo que el rey le dijo, el si persuadiría a su hija. Sí algún día se casaba, que fuera por amor, sin importar que fuera un simple plebeyo, ultimadamente el poder y el dinero ya lo tenían. Pero tampoco sería ahora, esperaba qué su hija se casará cuando tuviera unos 50 años. Al pensar en eso recordó algunos sucesos de otra vida que el no recordaba pero que sin duda le resultaba bastante familiar, el problema es que no era a Sol a quien veía.
Un dolor de cabeza lo invadió, tal vez estaba estresado por todo lo que le estaba pasando en los últimos meses.
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Próximo capítulo, explicaré todo referente al duque. Claro que es lo que se imaginan. Lo único malo es que el no recuerda su vida anterior, solo pequeños fragmentos. Tengan paciencia para que él capítulo valga la pena
