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EMBARACE A MI ENEMIGO

EMBARACE A MI ENEMIGO

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Hombre lobo / Matrimonio arreglado / Diferencia de edad / Atracción entre enemigos / Matrimonio entre clanes
Popularitas:7.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

En el corazón del Bosque de Dragonwolf, donde dos clanes milenarios han pactado la paz a través del matrimonio, nace una historia que nadie esperaba.

Draco, el orgulloso y temido hijo del clan dragón, debe casarse con la misteriosa heredera Omega del clan lobo y tener un heredero. Louve, un joven de mirada salvaje, orejas puntiagudas y una cola tan inquieta como su espíritu, también huye del destino que le han impuesto.

Sin saber quiénes son realmente, se encuentran por casualidad en una cascada escondida... y lo que debería ser solo un escape se convierte en una conexión inesperada. Draco se siente atraído por ese chico libre, borrachito de licor y risueño, sin imaginar que es su futuro esposo.

¿Podrá el amor florecer entre dos enemigos destinados a casarse sin saber que ya se han encontrado... y que el mayor secreto aún está por revelarse?

Una historia de miradas tímidas, corazones confundidos y un embarazo no deseado.

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

¿Embarazado de mí enemigo?

Era porque mi maldito corazón… ya no me pertenecía.

Draco me tenía.

Me tenía en sus manos grandes, en su boca voraz, en su forma ridículamente intensa de desearme como si fuera lo único que importaba en su mundo de fuego y guerra. Pero sé que en el fondo me odia. Ni siquiera puede imaginarse tener un heredero conmigo.

—Ya me tienes… —repetí casi sin aire, casi sin orgullo.

Y él sonrió… esa maldita sonrisa torcida, arrogante, peligrosa… que me ponía la piel caliente. Solo quiero verlo a mis pies, pero es muy pronto. Quiero que se enamore de mi.

Me besó como un salvaje. Como un dragón hambriento.

Y yo… yo me dejé hacer todo lo que quiso.

Porque a pesar de que odiaba admitirlo —me quemaba en el ego decirlo—… me gustaba. Me gustaba que me devorara. Que me tomara como si lo mío fuera suyo desde siempre. Como si no le importara nada más que llenarme de él.

Mis uñas le arañaban la espalda, cuando sentía que me rompía por dentro, mis piernas se apretaban fuerte en su cintura, como si pudiera detener a esa bestia enorme. Podía ver si miembro aburtarse en mi estómago. De repente sentí náuseas pero me contuve.

No podía detenerlo.

No quería.

—Mierda, Louve… —gruñó contra mi cuello—. Sabes tan malditamente bien…

Sentí que me mordía, fuerte, marcándome otra vez, como si no fuera suficiente que mi cuerpo entero ya oliera a él.

—¡Ahhh! ¡Ummm!

Y lo peor… o lo mejor… es que me gustaba.

—¿Eso te gusta, uh? —me provoca jadeando —. Que te marque… que te llene… que te haga mío.

—Eres un animal… —le solté entre dientes, temblando.

Su risa grave me estremeció por dentro.

—Soy tu maldito animal. Y bien que me tomas por completo. Mira lo rojo que estás aquí abajo y aún así me aprietas como si fueras a partirme la verga.

Y cuando lo dijo así… tan ronco, tan seguro, tan dueño de mí… entendí que estaba perdido.

Que ya no era el lobo libre, salvaje, que podía correr sin ataduras.

Era de Draco.

De su fuerza. De su obsesión. De sus malditos brazos que no me soltaban ni aunque ardiera el mundo.

—No me dejes solo… Estoy cansado—escapé en un susurro sin pensar.

Sus alas se abrieron detrás de mí, como un escudo gigante.

—Jamás, lobito… —me jura contra la boca, luego me lame con devoción—. Ahora que te tengo… ni los dioses me lo quitan.

Y esa noche…

Esa maldita noche…

Me dormí entre sus brazos.

Marcado. Cansado. Dócil solo para él.

Pero mi mente, oh… mi mente ya maquinaba cómo volvérselo a poner de cabeza mañana.

Porque si él era un dragón terco…

Yo era un lobo imposible.

Me levanté tarde… mi cuerpo aún dolía deliciosamente de todo lo que ese maldito dragón me había hecho durante toda la tarde y toda la noche. Me sentía usado, marcado… pero también extrañamente satisfecho.

Qué vergüenza.

—Tengo hambre.

Me puse cualquier cosa encima, siento el cuello lleno de marcas, los labios hinchados de tanto que me había besado… o mordido. Caminé hasta la pequeña cocina de la cueva, sobándome la nuca, todavía escuchando en mi cabeza sus gruñidos en medio de la oscuridad.

—Bestia de mierda… —murmuro con una sonrisita idiota que no pude evitar.

Lo peor es que ni siquiera estaba aquí.

Por lo visto, Draco se había ido temprano a entrenar con sus soldados. Mejor. No tenía ganas de verle la cara de macho arrogante otra vez… no después de lo que le dejé hacerme anoche.

Me serví un poco de sopa de raíces que había quedado del día anterior… pero apenas le di un par de cucharadas, sentí el mareo.

Un golpe seco en la cabeza.

Me agarré de la mesa.

—¿Qué demonios…?

Me sudaban las manos, el estómago se me revolvía, un calor extraño me subía desde el pecho… hasta las ganas de vomitar.

Corrí hacia la parte de atrás, donde tenían las plantas de medicina y el agua. Escupí todo lo que tenía. Náuseas, arcadas, siento el cuerpo temblándome.

—No… no puede ser…

No era debilidad.

No era cansancio por la noche desenfrenada.

Era ese tipo de malestar que conocía demasiado bien… lo había visto en otras lobas de mi manada.

Mis ojos se abrieron lentamente.

—Oh no… no, no, no…¿tan pronto?

Me llevé la mano a mi vientre casi por instinto.

—No puede ser…

Me giré bruscamente y me miré al espejo de la cueva.

—¿Embarazado? —me susurro a mí mismo, casi con horror—. No, ni de broma. Ese dragón de mierda…¿es tan dominante?

Lo peor de todo…

Sonreí nervioso.

—Maldición… se va a morir cuando se entere. Mi plan apenas comienza.

Y no sé por qué… pero una risita traviesa se me escapó.

—Esto va a ser divertido.

Me miré las manos temblorosas... y el presentimiento me caló hasta los huesos.

—Mierda...

No podía quedarme así esperando a que las náuseas se fueran solas. No. Esto era grave… o muy jodidamente real.

Y si era real… necesitaba confirmarlo con alguien en quien confiara.

Mi madre.

Ella era médica, partera, curandera… y la única persona que no iba a gritarme —al menos no de entrada— si lo que yo sospechaba era cierto.

Me lavé la cara a toda prisa, me cambié de ropa y, asegurándome que Draco no estuviera por ahí rondando como cuervo celoso, salí directo al bosque. Caminé ligero, casi corriendo por entre los árboles, el viento frío en la cara no alcanzaba a enfriar el calor que sentía en el cuerpo.

Ese calor... que no era solo fiebre.

Era miedo.

Y ansiedad.

Y rabia.

Cuando llegué a la aldea de los lobos, varios me saludaron con respeto, pero yo apenas gruñí un saludo. No estaba de humor.

—¿Louve? —la voz de mi madre se escucha desde la entrada de su casa, al verme llegar tan apurado— ¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Y esa cara? Te oli desde que pisaste la aldea.

No respondí. Solo entré y cerré la puerta detrás de mí.

—Necesito que me revises, mami.

Ella me mira de arriba abajo.

—¿Te peleaste otra vez con el dragón? Porque si vienes lleno de mordidas no pienso curarte…debes aprender a ponerle un límite hijo.

—¡Mamá, no es eso! —le gruñí, bajando la voz enseguida, nervioso— Necesito que me revises… porque creo… creo que estoy...

Ella me mira fijamente. El silencio se hizo pesado.

—¿Estás en celo otra vez? ¿se aprovechó de ti?—me dice mientras se dirige a su recámara.

—No... peor.

Tragué duro.

—Creo que estoy embarazado.

Su ceño se frunce en segundos, pero no dijo nada más. Su instinto de curandera fue más rápido que cualquier reproche.

—Ven acá, siéntate.

Me desnudé de la cintura para arriba, nervioso, mientras ella preparaba unas hierbas, unos aceites, y me hacía recostarme en su cama de pieles.

Me tocó el vientre despacio, con sus manos cálidas y firmes.

Luego se detuvo.

Y me mira.

Su cara lo dijo todo.

—Mierda, Louve... —susurra ella, llevándose la mano a la boca— Estás gestando, ya tienes un mes.

Mi corazón se fue directo a los pies.

Me cubrí la cara.

—No puede ser... no puede ser...¿todo este tiempo estuve embarazado?

Mi madre suspira profundo.

—¿Es... del dragón?

—¿De quién más va a ser, mamá? ¡Ese maldito animal no me dejaba ni caminar sin montarme encima! —bufé frustrado.

Ella no pudo evitar reírse muy bajito, pero su rostro volvió a ponerse serio.

—¿Y él lo sabe?

—No. Y no pienso decírselo todavía.

Ella me mira de lado.

—Louve... ¿sabes lo peligroso que es ocultarle un embarazo a un dragón de su nivel? Esos desgraciados son posesivos. Y si ese principe ... cuando se entere, va a querer arrancarte la cabeza por no decírselo antes.

Rodé los ojos.

—Que intente tocarme. Le muerdo otra vez esa maldita yugular.

Pero por dentro...

Por dentro estaba hecho un nudo.

Iba a tener un hijo de mi Draco.

Del dragón que más odiaba.

Del dragón que más me hacía arder.

Y lo peor...

Sabía que cuando él lo descubriera, todo en mi mundo iba a explotar. ¿me dejará conservarlo a pesar que fue en contra de su voluntad? ¿me va a abandonar?

—Mamá... —dije de pronto, bajando la voz, como si hasta las paredes pudieran chismearle a Draco lo que iba a contarle— ¿Sabes que ese condenado dragón intentó darme remedios para que no quedara embarazado?

Ella, que andaba anotando algo en un cuaderno, se quedó congelada a mitad de palabra.

—¿Cómo dices? —alza la mirada, arqueando una ceja bien loba— ¿Draco hizo qué?

Asentí, con una risita sin humor.

—Cada vez que terminábamos… tú sabes... —me encogí de hombros, medio avergonzado— venía todo tierno con un juguito "refrescante". Muy servicial el hombre, que hasta me lo traía a la cama o me lo preparaba él mismo. Ya sea sopa, jugo o caldo se lo ponía a todo lo que fuera líquido.

Mi madre abrió los ojos como platos.

—No puede ser... —susurra, como si recién captara el nivel de locura— ¿Y tú lo tomaste?

Solté una carcajada seca.

—Mamá… soy un lobo. Tengo nariz, ¿recuerdas? Olía raro, muy raro. Como hierbas amargas disfrazadas de frutas. Al principio me hizo dudar... pero luego me di cuenta que siempre aparecía con esa poción justo después de… bueno, de meterme su dragón hasta el alma.

Ella se tapó la boca, escandalizada pero muerta de risa.

—¡Louve! —me regaña sin ganas.

—¿Qué querías que hiciera? —seguí contando, casi divertido— Me lo acercaba todo dulce: "bebe, es por tu bien", "bebe, te sentirás mejor". Y yo por dentro: sí, claro, para que ni tus hijos me queden.

—¿Y qué hacías con eso?

Reí con malicia.

—Lo botaba en las matas. Una diferente cada vez… que se riegue bien el veneno, decía yo. Otras veces fingía tomar y escupía a escondidas.

Mi madre me miraba entre orgullosa y horrorizada.

—Pero… Louve… —me dice con cierta preocupación— eso quiere decir que...

—Sí, mamá —interrumpí, poniéndome serio por primera vez—El no quiere este bebé. Estoy bastante seguro que esta vez… si lo descubre estaré en problemas. Los mareos, las náuseas, el sueño... todo cuadra. Y tú me lo has confirmado. Debo ocultar todo eso de él hasta que el bebé este estable.

Ella soltó un suspiro profundo y se sentó a mi lado.

—Ay, hijo… te metiste en la boca del dragón… y parece que le dejaste regalo.

Solté una risita nerviosa.

—Eso me pasa por jugar con fuego… y con escamas.

Me miró, esta vez con ternura.

—¿Y qué piensas hacer después de eso?

Suspiré fuerte.

—No lo sé. Supongo que seguir molestándolo hasta que le reviente la vena esa que siempre se le marca cuando lo saco de quicio… y luego darle la noticia cuando menos se lo espere.

La sonrisa de mi madre fue pura maldad maternal.

—Eso va a ser un espectáculo digno de verse. Tienen un matrimonio por el bien de ambas razas. No seas tan duro con él. Tal vez te diga sus razones, el porqué está reacio de dejarte embarazado.

Me encogí de hombros con una sonrisita torcida.

—Que se aguante. Él empezó el juego… yo solo voy a terminarlo a mi manera.

1
Elizth
más capitulo de acerca una batalla a muerte/Scowl//Sob/
Maria Elena Sanchez Garcia
Excelente
danielaflores
estoy llorando que tristesa que no le pase nada por favor💔😿
Mckasse Escritora
gracias amor
Gelen Burgos
Es un relato muy único jaja sin duda será popular.
Elizth
más capitulo xf
Yendi Jaramillo Avila
está maravillosa la historia
Gelen Burgos
sentí la adrenalina
Gelen Burgos
la amo , la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo la amo
Gelen Burgos
Tu mandas , bien dicho.
Gelen Burgos
esto está muy buenooo
Kysa_lov
Que desgraciado
Gelen Burgos
JAJAJAJA ME MEO
Gelen Burgos
eso me asusta , donde me anoto para la fila
Gelen Burgos
cuidado te. cansas 😒
Gelen Burgos
t falla mijo ? Lo trataste como muñequito de trapooo
q esperabas
Gelen Burgos
Ya veremos
Gelen Burgos
Tengo preferencia por los loquitos intensos , vas por buen camino jajaj
Gelen Burgos
y yo : aaaaaaaaah
Elizth
más xq está interesantes de como llevar el mando
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